La educación dual está en auge. En Europa muchos países tienen aceitados estos sistemas que permiten a los estudiantes elegir, a determinada edad, entre culminar su formación en las aulas para seguir un camino académico o pasar al campo laboral como aprendiz, recibiendo un salario y combinando horas de práctica con apoyo teórico. Tras los buenos resultados de este modelo, algunos países de América Latina intentan seguir los pasos. Uruguay no se queda atrás: en los últimos años se ha hecho un diagnóstico de la educación en relación con el trabajo, y ahora comenzarán los primeros planes que tienen el potencial de ser “un cambio en el paradigma educativo”, comentó a la diaria el director de Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), Eduardo Pereyra.

Antes del 20 de diciembre, el Inefop abrirá una convocatoria a las empresas nacionales que presenten una propuesta de formación dual. Pereyra explicó: “La idea es que presenten currículas formativas que incluyan carga horaria teórica y formación práctica dentro de la empresa con una carga horaria determinada y con una remuneración asociada. Establecimos que sea 75% del jornal de la categoría en la que esté practicando con un piso en el salario mínimo”. Además, detalló que el Inefop “va a financiar la propuesta formativa en sí, va a financiar una parte de la remuneración de los jóvenes y también se hará cargo de los tutores”.

En su opinión, será un importante cambio en el sistema educativo y habrá que trabajarlo continuamente. Se vinculará lo teórico y la práctica “y se reconocerá que la práctica tiene un valor formativo”. Destacó que ya hay empresas que tienen pasantías remuneradas para estudiantes, “pero ahora se impulsa con más convicción y de manera más institucional, con más respaldo político tanto de los actores sociales como del gobierno y de las autoridades de la educación”.

En esta primera convocatoria los estudiantes que se quieran presentar deberán tener aprobado al menos el ciclo básico de secundaria o su equivalente. Por el momento, el pasaje por la formación dual no será validado como bachillerato, por lo que no permitirá el acceso a carreras terciarias. No obstante, Pereyra dijo que “sería un objetivo a perseguir”, así como a futuro también pueden abrirse los requisitos y que se transforme en “una modalidad que puede aplicarse también a personas con bajas calificaciones que no tengan ciclo básico”.

Hasta febrero las empresas tendrán tiempo para presentar sus propuestas. Luego serán analizadas por una comisión interinstitucional que incluye delegados de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el Inefop, el PIT-CNT, las cámaras empresariales y el gobierno. Con las propuestas sobre la mesa, dependiendo de las áreas que abarquen y del desarrollo que tengan, se definirá la cantidad de proyectos que se financian y si hay que hacerles algunos ajustes.

Según Pereyra, los estudiantes uruguayos tienen un interés muy grande en el campo laboral: “Lo corroboramos año a año cuando hacemos el llamado de Yo Estudio y Trabajo, que es un programa que compatibiliza las dos partes. Siempre tenemos más de 20.000 jóvenes inscriptos. El nivel de deserción de estos jóvenes es mínimo, sus evaluaciones dan resultados muy positivos para todos, pero sobre todo para los jóvenes de menores ingresos; es decir, hay señales muy claras de que los jóvenes quieren estudiar pero también trabajar”.

Made in Suiza

Pereyra fue uno de los panelistas en el Primer Encuentro de Jóvenes del Mercosur, organizado por la empresa suiza Nestlé. Participó en una mesa que presentó el sistema de educación dual suizo –uno de los primeros en funcionar: hay antecedentes desde el siglo XVI– y se comparó con experiencias de la región. El modelo suizo se caracteriza por dar a los estudiantes la opción de elegir dos caminos cuando tienen 15 años: seguir la educación formal académica, preparatoria para una carrera universitaria, o formarse en una de las 230 profesiones que forman parte del sistema dual. Si siguen la última opción, pasarán a estudiar en una empresa que se hará cargo de su formación teórica al tiempo que les pagará un sueldo por las horas que trabaje como aprendiz. A medida que avanzan en los cuatro años de formación, son más las horas de práctica y menos las teóricas. Al final terminan con un título que también los habilita a inscribirse en la universidad.

El embajador de Suiza en Uruguay, Martin Strub, explicó durante el encuentro que en Europa “los nuevos aprendizajes se orientan en las necesidades del mercado, por eso el porcentaje de desempleo de los jóvenes es mínimo en Suiza, digamos 3%”. “Eso se debe a que el sistema educativo está orientado hacia el mercado, lo que en el camino académico no siempre es el caso: a veces se eligen unos estudios académicos que no tienen relación con el mercado”, explicó. Según los datos que manejó, en su país 80% de los jóvenes deciden incorporarse a la formación profesional, cerca de 20% decide seguir un camino universitario, y hay mínima deserción del sistema. Destacó que, a diferencia de los países americanos, hay una gran valoración de la profesión; en su opinión, cuando esa discriminación se supere, el modelo dual podrá ser exitoso.