El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), el Ministerio del Interior (MI), el Instituto Nacional de Formación Profesional (Inefop) y la Asociación de Familiares y Víctimas de la Delincuencia (Asfavide) firmaron un acuerdo de atención profesional, orientación, intermediación laboral y derivación a capacitaciones para personas que recurrieron a la ayuda de esta asociación. La idea surgió de la búsqueda de soluciones por parte de familiares de personas que habían sido víctimas de la delincuencia, que en una primera etapa “encontraron algunas respuestas” en el MI, después en el MTSS, y luego entre este ministerio e Inefop “se pensó en la posibilidad de dar cursos de capacitación para el empleo”. “Por ejemplo, si la persona que fue víctima era el jefe de familia o estaba a cargo de un negocio, que o los hijos más grandes o la esposa puedan adquirir herramientas para seguir sosteniendo el negocio o buscar nuevas formas de solventar sus ingresos”, explicó a la diaria Jorge Rondán, asesor en políticas de género de Inefop y referente del convenio firmado.
El técnico dijo que las personas que llegan a Inefop primero pasaron por Asfavide para encontrar “un apoyo psicosocial” de parte de su equipo multidisciplinario. “Después de que la persona empieza a recuperar su vida social y afectiva, necesita preguntarse cómo se va a sostener, cómo va a seguir adelante desde el punto de vista económico. El convenio marco firmado permite en forma muy flexible que la persona pase por un proceso de orientación en el que reflexione acerca de sus trayectorias educativas y laborales anteriores, que permita, a partir de pensar juntos, definir cuál podría ser la capacitación adecuada para que pueda contar con mejores herramientas para la búsqueda de empleo”, agregó.
Aclaró que no todos los familiares de víctimas de la delincuencia recurren a la ayuda de Asfavide y no todos los que acuden después recurren a Inefop, por lo que no se trata de un “volumen importante de personas” que serán atendidas mediante el convenio. “También muchas veces se dan procesos bastante largos de recuperación. Cuando las personas llegan a nosotros es porque se ha trabajado con ellas el momento, la posibilidad. Además, vienen con un informe, y partir de ahí empiezan a trabajar con un psicólogo para ver cuál es la capacitación a medida que pueden realizar”, expresó Rondán. Añadió que la intervención de Inefop “ayuda a potenciar los procesos de ayuda anteriores desde el punto de vista psicológico, implica la inclusión en un grupo, volver a estudiar, poner en funcionamiento todas las capacidades cognitivas y reflexivas”.
Inefop, a diferencia de otros países, no proporciona capacitación con equipos propios, sino que contrata a instituciones del medio “que se especializan en determinados temas y que se presentaron al registro para poder trabajar como proveedoras”. “Esas instituciones son controladas para ver si cumplen con la currícula y la metodología de trabajo que le ofrecieron a Inefop”, concluyó.
El convenio fue firmado la semana pasada por los ministros Ernesto Murro (MTSS), Eduardo Bonomi (MI), el director general de Inefop, Eduardo Pereyra, y la presidenta de Asfavide, Graciela Barrera, en el local de esta asociación.
En el acto, Barrera destacó la importancia de “poder seguir trabajando con Inefop para que todas las personas que hayan sido víctimas de la delincuencia tengan una herramienta más”. También señaló “el eco” que encontraron en el MI y el MTSS cuando tuvieron que “pelear por una ley para la pensión” y cuando necesitaron un local, “y a través de los dos ministerios” lo consiguieron.
En tanto, Murro destacó la importancia del acuerdo y subrayó la necesidad de cuidar la vida en tiempos en que la sociedad está cada vez más violenta. “Creo que tenemos que valorizar la vida y que cosas como las que están haciendo en Asfavide, en Mujeres de Negro, es una enseñanza que nos están dando para humanizarnos”, expresó el ministro.
Por su parte, Bonomi habló de la importancia del trabajo como fenómeno integrador de una sociedad y Pereyra explicó que las capacitaciones, que van a depender de las trayectorias laborales y educativas de las personas, “van desde actividades de servicio hasta actividades productivas”.