“Hace años que nos vienen pagando en cuotas. De repente nos daban 3.000 pesos a principio de mes y no podías pagar una cuenta porque el resto no sabías si lo cobrabas el 10 o el 20”, contó a la diaria Mariano Díaz, recepcionista de uno de los dos hoteles Bahía de Colonia. Ubicados en el centro de la ciudad y en la Rambla de las Américas, de cara a los atardeceres del Río de la Plata, los hoteles Bahía son propiedad de un empresario argentino, aunque gerenciados por otro de igual nacionalidad.
Este último fue quien contrató a los 14 trabajadores que mantuvieron operativas las 27 habitaciones de cada hotel a lo largo de todo el día con horarios rotativos que muchas veces los llevaron a trabajar desde las 15.00 a las 23.00, para entrar nuevamente a las 7.00, haciendo a veces horas extras que luego no eran remuneradas. Díaz hacía su trabajo las ocho horas de corrido sin media de descanso: “Si estás comiendo y viene alguien, tenés que atenderlo”, afirmó.
En los hoteles, las tarifas van desde 80 dólares en base doble en el Bahía Centro y hasta los 120 en el Playa –con piscina climatizada, jacuzzi y sauna–. En tanto, una mucama gana 14.500 pesos por mes y el trabajador mejor remunerado no llega a los 20.000. Eso cuando les pagaban, porque estos últimos dos meses no cobraron ni sueldo ni aguinaldo.
Sin respuestas del gerente, los trabajadores resolvieron acudir a un abogado para reclamar los adeudos. Fue entonces que vino el dueño de las propiedades desde Argentina “y dijo que se iba a hacer cargo del hotel y nos iba a pagar”, sostuvo Díaz, quien confirmó que se volcaron “2.000 dólares para pagarnos a todos, unos 4.000 pesos a cada uno”. Según dijo, “esa fue la propuesta del empresario para reenganchar el trabajo”, pero notó que eran “muchos empleados” y ofreció “hacerse cargo de ocho”, trasladando la decisión de “quienes quedan y quiénes no” a los propios trabajadores a cambio de completarles el 80% del sueldo. “Somos todos compañeros, era una tomadura de pelo, y ahí resolvimos empezar la toma”, relató.
El primer sábado de las vacaciones de julio los trabajadores ocuparon el Bahía Playa, y se declararon en asamblea permanente en el Centro. Contaban con varias reservas, de modo que se preocuparon en reubicar a los turistas; Díaz aseguró que “se le devolvió la reserva a la gente que había puesto dinero en efectivo” porque “nuestra intención no es generarle problemas al huésped, sino llamar la atención a nuestros empleadores”. Ante esto, sostuvo que “la gente lo tomó muy bien, entendieron nuestra situación”.
Los trabajadores están preocupados porque dicen no saber realmente quién es el dueño real de la empresa; quieren cobrar lo que les corresponde y mantener las fuentes de trabajo.
“Nada del otro mundo, estamos reclamando el trabajo que hicimos; los sueldos no son gran cosa”, dijo Díaz, a quien le adeudan dos meses de sueldo, salario vacacional y medio aguinaldo.
Buscando apoyo, dieron con el Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del Uruguay (SUGHU), del que “no estábamos informados de la existencia”. El viernes estuvieron en Colonia el presidente y la secretaria general del gremio, Jorge González y Fernanda Aguirre, en una instancia con la empresa en el Ministerio de Trabajo en la que no hubo ningún avance.
Según Aguirre, “la empresa alegó que no tenía un peso para pagarle a nadie” e hizo “algunas amenazas absurdas”, propias “de patronales represoras y tránsfugas”. También señaló que “el representante jurídico de la empresa, bastante poco ilustrado en lo que es el derecho laboral, llegó al punto de decir que podían deberles hasta tres meses a los trabajadores antes de que puedan reclamar”.
En vísperas de las vacaciones argentinas de invierno –que arrancan hoy y seguirán hasta fin de mes–, los trabajadores seguirán ocupando el Playa mientras permanecen haciendo guardia en el Centro, que, dicen, no está ocupado, sino en “asamblea permanente”, ya que no pueden atender turistas “porque el gas está cortado y se tendrían que bañar con agua fría”. La medida, según Aguirre, durará “hasta que la empresa dé una explicación de cómo va a pagar los créditos laborales y cómo piensa continuar”.
Consultado por la diaria sobre la ausencia de organización sindical en un departamento en el cual tanto la gastronomía como la hotelería generan tantas fuentes de trabajo como irregularidades, el presidente del SUGHU admitió que “en Colonia es bastante complicado el tema sindicalización”. Contó que “otras veces que se afiliaron los echaron a todos juntos” y que “no hemos podido llegar a Colonia ni a otros lugares en los que hay turismo abundante”. “La patronal de Colonia es muy represiva y los compañeros sin duda que tienen miedo”, afirmó. Según González, en la última asamblea general del SUGHU Colonia fue “uno de los puntos del que se estuvo hablando mucho”, y dijo que es prioritario para este año “el tema de la difusión del sindicato mismo”, ya que, salvando Montevideo y Maldonado, departamento en el que tiene más fuerza, “en realidad en todo el interior tiene poca difusión”. También comentó que están “buscando los lugares neurálgicos del turismo”, ya que, si bien “fortalecimos Salto, nos quedan pendientes Colonia y Rocha”.