La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) comenzó hoy a las 0.00 a aplicar la medida de “trabajo a reglamento” en todas las plantas del país, ante el fracaso del intento de acordar un convenio colectivo. Según Hebert Figuerola, dirigente de la FTIL, el lunes se reunirá el plenario de la federación para discutir la instrumentación del plan de acción que “está en suspenso”, y la viabilidad de aplicarlo en aquellas empresas “donde hay dificultades” para que las medidas no “se conviertan en un búmeran”. En particular se refirió a Pili, Coleme y Calcar. “Habrá que adecuar el plan en función de cada situación”, precisó el sindicalista.

Figuerola aclaró, para evitar “confusiones y malentendidos”, que el trabajo a reglamento, que consiste en no hacer horas extras, no va a perjudicar el abastecimiento de leche a la población, sino que sólo afectará a la industria, y que los trabajadores de recolección, distribución y reposición no realizarán esa medida.

Ayer, una delegación de la FTIL fue recibida por la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca de la Cámara de Senadores para informarle cómo ve la actual situación de la industria láctea. Figuerola dijo que se puso al tanto a los legisladores sobre la negociación colectiva, en la que se había llegado a un acuerdo sobre casi todos los puntos pero, a último momento, la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay no aceptó la cláusula de paz propuesta por el Poder Ejecutivo y aceptada por la FTIL.

Consultado sobre la propuesta del Poder Ejecutivo anunciada el miércoles para auxiliar a la empresa Pili, Figuerola se manifestó de acuerdo. Implica el envío de un proyecto de ley al Parlamento que cree un fondo de 1,5 millones de dólares, para que la empresa pague su deuda con trabajadores y productores remitentes de leche. El préstamo sería devuelto en diez años con dos de gracia, y Pili deberá presentar en los 30 días siguientes a la promulgación de la ley un estudio de viabilidad para efectuar el repago. Para que eso sea posible, tendrá que procesar un volumen de leche que hoy no recibe, y el Poder Ejecutivo propone que Conaprole le remita a la empresa sanducera 100.000 litros diarios.

También ayer, Un Solo Uruguay (USU) emitió una declaración en la que expresa “su profunda preocupación por la situación de conflicto generada en la industria láctea, situación que no es más que el reflejo de lo que estamos viviendo como país”. USU rechaza “tajantemente la desconsideración, la falta de respeto y la intolerancia hacia los productores y trabajadores que quieren sacar adelante la producción lechera dejando de lado los intereses corporativos”.