Luego de que la economía uruguaya creciera por debajo de lo previsto en 2018, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) corrigió a la baja la proyección de crecimiento para este año y el que viene. En la Rendición de Cuentas de 2017, el gobierno preveía un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país en 3,3% para este año y en 3% para 2019, pero el informe económico financiero de este año incluido en la Rendición de 2018 ajusta a la baja esas cifras y pronostica un crecimiento de 0,7% y 2,6%, respectivamente.

“En 2018, la economía uruguaya verificó un crecimiento del PIB de 1,6% lo cual constituye un guarismo menor al previsto en la pasada Rendición de Cuentas. Ello se produjo como consecuencia de un debilitamiento, a partir del segundo semestre de 2018, del escenario económico global y particularmente, en un severo deterioro del panorama regional”, explica el documento presentado al Parlamento por el equipo económico. Ese año se esperaba un crecimiento de 2,5% del PIB, que finalmente fue de 1,6%.

Según se sostiene, cuando se elaboró la Rendición de Cuentas del año pasado “la actividad económica estaba acelerándose en casi todas las regiones del mundo y el crecimiento de la economía mundial estaba proyectado en 3,9% en 2018 y 2019, respectivamente”. No obstante, “dicho crecimiento se vio afectado por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, la desaceleración más profunda del nivel de actividad de esta última, las condiciones financieras más restrictivas y la volatilidad en los mercados de materias primas”, lo que hizo que la economía mundial creciera por debajo de lo esperado (3,6%).

Además, “el declive económico de la región resultó mucho más agudo del esperado como consecuencia de la abrupta caída de la actividad económica en Argentina y de la débil expansión que experimentó Brasil”, lo que “impactó de modo relevante en el comercio de bienes y servicios” de Uruguay con estos países. También, según asegura el informe, influyó la sequía del primer semestre de 2018, que afectó cultivos de verano como la soja, lo que implicó una contracción de las exportaciones, y la caída del turismo por la mencionada debilidad regional.

Por eso, el MEF concluye que “la actividad económica continúa mostrando signos de debilitamiento en los primeros meses del año”, lo que “se verifica en un deterioro de las variables del mercado de trabajo y en bajos niveles de inversión”.

Respecto de este año, a pesar de que en el primer trimestre el PIB cayó 0,2% respecto del mismo período del año anterior, el MEF calcula que se culminará con un incremento de la actividad en 0,7%, “para emprender una senda de mayor dinamismo en 2020 con 2,6%”. En esta última cifra, admite el equipo económico, “juega un rol determinante la instalación en nuestro país de la tercera planta de fabricación de pasta de celulosa de la empresa UPM Kymmene”.

Entre otros indicadores, el equipo económico sostiene que si bien ha habido “moderación del crecimiento del salario real”, se espera que el consumo privado crezca 0,8% y 2,7% en 2019 y 2020, respectivamente. En esto jugará un rol fundamental “la trayectoria descendente de la inflación”, que permitiría que “el gasto de los hogares siga aumentando en línea con el crecimiento de la economía en los años siguientes”.

A su vez, también el MEF espera un mayor dinamismo en la inversión, “asociado a la concreción de las obras vinculadas al plan de infraestructura, en particular el ferrocarril central y las obras portuarias”. Según la cartera, a partir de 2020 “la inversión privada contribuiría nuevamente a ser un factor expansivo del PIB como en años anteriores”, nuevamente debido a la nueva planta de UPM.

Expectativas 2018 2019
PIB 0,7% 2,6%
Inflación 7,5% 7%
Ocupación -0,3% 1,8%
de cambio 13,3% 7,7%