En el “Informe mensual de comercio exterior” correspondiente a marzo, Uruguay XXI realizó un análisis del “impacto de corto y mediano plazo que la crisis sanitaria tendrá sobre la economía uruguaya y el sector externo”. Para el instituto, si bien es difícil cuantificar el impacto de la covid-19 en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, debido a la incertidumbre sobre la expansión y el efecto de la pandemia, “es evidente que implicará fuertes contracciones en el nivel de producción, gasto de los hogares, inversión privada y en el comercio internacional”. “Las proyecciones actualizadas indican que la economía mundial tendrá uno de los peores años de las últimas décadas. Aún en un escenario de rápida recuperación, se estima que las principales economías tendrán una contracción de entre 3% y 6% del PIB respecto a los pronósticos previos a la irrupción de la pandemia, siendo Estados Unidos y la Euro Zona las economías más afectadas”, indica Uruguay XXI.

El informe agrega que los efectos finales de la pandemia en el crecimiento de la economía mundial van a depender de múltiples factores, y menciona que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos estima que “los efectos directos de las medidas sobre los niveles de producción tendrían un impacto de hasta 2 puntos porcentuales del PIB por cada mes que continúen vigentes”.

China, desde donde comenzó a expandirse la pandemia, ya pasó los peores momentos y según Uruguay XXI “muestra un panorama alentador, con un repunte de la actividad industrial que superó fuertemente las expectativas”. La reactivación de la economía del gigante asiático es importante para Uruguay, ya que se trata de su principal socio comercial.

No obstante, el informe advierte que el desafío de China es “reactivar el consumo”, y en eso “influyen aspectos que están fuera del alcance del gobierno chino”. “Por un lado, la propagación mundial del virus contrajo fuertemente la demanda externa; la recuperación de las exportaciones chinas dependerá de la evolución del resto de países del mundo. Por otro, el mercado interno se vio resentido con un shock negativo de sus ingresos, lo cual, sumado a la posibilidad de una segunda ola de contagio, obliga a los hogares a mantener prudencia en sus niveles de gasto”, indica Uruguay XXI.

Las economías emergentes

Para Uruguay XXI, en este contexto, los países considerados como economías emergentes “enfrentan a un escenario aún más adverso, y con fuertes limitaciones económicas a la hora de implementar estímulos efectivos”. “En particular, como estos países no emiten monedas de reserva internacional, enfrentan fuertes restricciones vinculadas al acceso de divisas, las que solo pueden obtener mediante exportaciones o ventas de sus reservas”, indica el informe, que agrega que “el bajo nivel de ahorro interno y el mayor peso de commodities en la canasta exportadora de estos países representan una debilidad importante a la hora de enfrentar una crisis de esta magnitud”.

Según el informe las perspectivas para América Latina “son preocupantes”, debido a la caída de la actividad en economías importantes, que a final del año registrarían recesión (Argentina -6,7%, Brasil -5,5%, México -5,4%), y además se espera que se genere una disminución de la inversión extranjera directa en la región.

¿Y por casa?

Para Uruguay XXI la llegada de la covid-19 a Uruguay se da en “un contexto adverso”, “con una economía detenida, y con muchos de sus principales sectores presentando caídas en sus niveles de actividad”, teniendo en cuenta los últimos datos del Banco Central del Uruguay.

“En este contexto, el COVID-19 constituye un fuerte shock negativo para la economía uruguaya. En un escenario de rápida recuperación –con una caída abrupta pero transitoria de los niveles actividad económica– supondrá que la economía se contraiga 0,5% en 2020, lo que representa una pérdida de aproximadamente 2,5 puntos del PIB en 2020”, dice el documento.

Según las proyecciones de la consultora Exante, el segundo trimestre del año “será el de mayor impacto negativo”, con “una caída de la actividad de 3,4% interanual”. No obstante, en el tercer trimestre “la economía dejaría de caer y mostraría un claro repunte en los últimos meses del año”.

Para el informe, habrá un freno de la oferta “en el comercio (menos supermercados y farmacias), la industria manufacturera, la construcción, el turismo y las actividades culturales y de recreación”. Según una encuesta a pedido de la Cámara de Comercio y Servicios 89% de los comercios tuvieron caídas en las ventas, mientras que 66% tuvo una caída pronunciada, a la vez que un relevamiento de la Cámara de Industrias arrojó como resultado que 70% de los industriales tuvieron “una disminución de sus ventas en marzo y el 87% prevé una reducción de las ventas durante el mes de abril”.

En cuanto a la demanda, a raíz de la expansión de la covid-19 en China, en febrero se produjo una caída inmediata de 49% de las solicitudes de exportaciones hacia ese país, “lo que significó una reducción de 18% en el valor total exportado del mes en términos interanuales”. “Las estimaciones para el año sugieren una caída de las exportaciones del entorno de 11% en el acumulado de 2020. Muy en línea con el acumulado del primer trimestre del año (10,9%) para las exportaciones de bienes”, sostiene el informe.

Uruguay XXI destaca que después de la caída de 18% de las exportaciones en febrero, durante marzo la disminución mostró “una desaceleración”, ya que se registró una baja de 8,5%. “Se destaca la evolución de las ventas a nuestro principal socio comercial –China– luego de un mes particularmente malo en febrero, con una caída dramática (50%) de las ventas a este país. En el mes de marzo, y en línea con los indicadores de repunte de la actividad industrial de ese país, se comenzó a recuperar los niveles de demanda de bienes uruguayos, que aún registran una disminución de 23% en términos interanuales, pero son un 65% superiores al mes de febrero e indican una clara vuelta a la normalidad en este mercado”, se indica.