“Que la crisis no la pague el pueblo. Por trabajo, por salario, por salud”, decía el fondo del estrado ubicado al lado del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), donde este jueves la Federación Uruguaya de la Salud (FUS) realizó el acto central con el que culminó un paro nacional de 8.00 a 15.00. La columna de trabajadores llegó hasta el lugar, tras marchar por 18 de Julio desde el Obelisco. La medida tuvo como objetivo destrabar la negociación en los Consejos de Salarios del sector para alcanzar un acuerdo que contemple la defensa del empleo, del salario y de las condiciones de trabajo.
El convenio colectivo del grupo 15 venció el 30 de junio, y la FUS espera el resultado de una nueva reunión del consejo de salario que será el próximo lunes. “Por ahora no tenemos aumento salarial, pero además de la discusión del salario, está la discusión del empleo. Nosotros queremos discutir con el Poder Ejecutivo, pensando en que el gobierno en sí tiene que sostener el sistema privado por lo menos por un año, por lo menos mientras estemos enfrentando esta pandemia, porque de lo contrario, si se cae el sector privado, estamos hablando de un millón y medio de uruguayos que están afiliados a las instituciones por medio del Fondo Nacional de Salud”, dijo el secretario general de la FUS, Jorge Bermúdez.
En declaraciones a TV Ciudad, el dirigente aseguró que cuando las personas no tienen empleo se “caen” del sistema privado y “van hacia el público”, y ya hay “casi 80.000 uruguayos más en el sector público”. “Se va a formar un cuello de botella en el sector público y claramente va a ser muy complejo luego el combate a la covid-19”, sostuvo Bermúdez.
La FUS plantea que el gobierno debería extender los seguros de paro que vencen en agosto y que abarcan a unos 200.000 trabajadores, para mantener las coberturas asistenciales, o sostener las cápitas que recibe cada institución de asistencia médica por parte del Sistema Nacional de Salud.
Bermúdez informó que a junio ya se perdieron 50.000 cápitas “y la perspectiva es una pérdida de 140.000 cápitas a fin de año”. “Por lo tanto la pérdida de puestos de trabajo impacta en la propia sustentabilidad de las instituciones”, aseguró. No obstante, aclaró que con esta propuesta no están diciendo que quieren “sostener el negocio a los que ganan fortunas con la salud, a los gerentes que ganan más de un millón y medio de pesos por mes, ni salarios de los sectores anestésico quirúrgicos por encima de los 600.000 pesos por mes, o a quienes especulan con la publicidad y el marketing, que también se hacen millonarios con la salud. No, nosotros queremos cambiar eso”.