La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó la semana pasada el informe “Un crecimiento débil y crisis global frenan la recuperación del empleo en América Latina y el Caribe”, que destaca que esta región fue una de las que más creció en el mundo en 2021 (6,9%), después de haber sido la más afectada por el impacto de la pandemia de covid-19 en 2020 (-7,0%).
Según los datos del primer trimestre de 2022, la tasa de desocupación promedio de la región es de 7,9%, la tasa de ocupación es de 57,2%, y la tasa de participación en la fuerza de trabajo es de 62,1%. “Son casi los niveles del primer trimestre de 2019, pero el panorama laboral de la región, afectado también por los impactos de la guerra en Ucrania, puede complicarse con mayor informalidad y pobreza laboral”, advierte la OIT.
Pese al crecimiento registrado, el producto interno bruto (PIB) por habitante de América Latina “acumuló en el bienio 2020-21 una caída promedio” de 2,6%, y 12 de las 20 economías de la región “terminaron 2021 con un PIB por habitante inferior al de 2019”, entre ellas la uruguaya, que cayó -6,4% en 2020, y creció 4% en 2021. “Sólo Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Paraguay y República Dominicana habían recuperado los niveles prepandemia”, dice el informe.
El documento sostiene que el retiro gradual de “los estímulos fiscales y monetarios en un contexto de aumento de la tasa de inflación y un escenario financiero internacional más complejo ya hacían prever una disminución de la tasa de crecimiento y un retorno hacia los bajos niveles registrados en el quinquenio previo a la aparición” de la covid-19 (2014-2019), y sobre este escenario se agregó en febrero de 2022 la invasión de Rusia a Ucrania, “agravando los problemas que ya venía sufriendo la economía global”. Los impactos en la región fueron el aumento de los precios internacionales de la energía y de los alimentos, e “impactos indirectos relacionados con el deterioro general de la economía mundial”.
Comparando el primer trimestre de 2022 con el primer trimestre de 2019 se observa que la tasa regional de ocupación “aún no ha recuperado plenamente los valores registrados” aunque “la diferencia es pequeña”. “Tampoco se volvió a la tasa de participación económica promedio de aquel momento. Debido a que el rezago en la recuperación de la participación es mayor que en el caso de la ocupación, la tasa de desocupación regional registró una caída (de 8,7 a 7,9%) entre ambos momentos del tiempo”.
Pero, además, la OIT destaca que en algunos países de la región el empleo formal ha registrado “bajo dinamismo o incluso contracciones durante el primer semestre de 2022”, y la tasa de informalidad regional en el cuarto trimestre de 2021 fue de casi 50%, “cercano al registro de 2019”. “O sea, casi uno de cada dos trabajadores en la región es informal”, subraya la OIT.
En cuanto a la recuperación del empleo femenino, el documento señala que “ha exhibido una intensidad mayor a la experimentada por el empleo masculino”, pero advierte que las mujeres de menor nivel educativo “no sólo han sido el grupo más golpeado por la pandemia sino también el más rezagado en la fase de recuperación del empleo”.
Por su parte, la tasa de ocupación regional de los jóvenes en el primer trimestre de 2022 fue 41%, “casi 21 puntos porcentuales inferior a la de los adultos (61,7%). “Si bien la tasa de desocupación promedio de los jóvenes fue descendiendo luego de alcanzar un valor máximo de 24% a mediados de 2020, en el primer trimestre de 2022 continuaba siendo muy elevada, de 17,6%. Pero incluso algunos países de la región exhiben tasas significativamente más altas que esa, llegando a valores de 24/34%”, indica la OIT.
El informe también constata que la aceleración de la inflación “ha generado significativas pérdidas de poder adquisitivo de los salarios medios y de los salarios mínimos”. “El agregado de ingresos laborales hacia fines de 2021/comienzos de 2022 se ubicaba todavía, en la mayoría de estos países, por debajo del agregado de ingresos provenientes del trabajo generados hacia fines de 2019”, señala.
Tomando como fuente al Fondo Monetario Internacional, el informe muestra un gráfico comparativo de la variación interanual de los índices de precios del consumo (diciembre 2020/diciembre 2021) en algunos países de América Latina. En 2020 Uruguay fue el país con mayor porcentaje inflacionario (9,4%), seguido por República Dominicana (5,6%) y Guatemala (4,8%). En cambio, en 2021, Brasil trepa al primer lugar con (10,1%), República Dominicana sigue en segundo lugar (8,5%) y Uruguay pasa al tercer lugar (8,0%).