Este martes se llevó a cabo una reunión entre las autoridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra) para analizar las inquietudes del sector tras la habilitación para la importación de pollo.

Participaron el ministro del MGAP, Fernando Mattos, el director general de Servicios Ganaderos, Diego de Freitas, y el director de Granja, Nicolás Chiesa. De parte de Cupra estuvieron presentes el presidente Domingo Estévez y el director ejecutivo Federico Stanham, y representantes de todas las empresas del sector avícola. Esto último fue valorado por el ministerio, según dijo Chiesa a la diaria, ya que “en más de dos horas de reunión cada cual pudo exponer sus puntos de vista, miedos e interrogantes”.

Chiesa aseveró que fue una “buena reunión”, donde se intercambió información y quedaron a la espera de “escuchar la propuesta de las industrias” para continuar negociando. “Mañana vamos a dar una devolución, porque la idea es que rápidamente se solucione y dar tranquilidad”, expresó y asumió que “los volúmenes que se importaron el año pasado en algunos casos fueron demasiado elevados”.

Las supremas de pollo congeladas de Brasil

El fasonero denunció que desde el INAC se deben efectivizar los controles ya que en la importación de supremas a granel desde Brasil, que se disponen en bloque, separadas por un nailon y en un solo envase “se venden descongeladas como si fueran frescas y quien las compra no sabe que no las puede volver a congelar" y esto implica "un alto riesgo sanitario". Para Pereira también es menester “que la gente sepa que está comprando suprema brasilera y se la están cobrando igual a la producida acá", cuando tiene mucho menor precio de importación.

A pesar de que quienes integraron la reunión aseguraron que “no se habló de topes” a la importación de pollo desde Brasil, Pereira manifestó que "en la reunión se planteó que el MGAP quería habilitar 300 toneladas de corte y 300 de pollo entero por mes, lo que es un disparate”. Frente a esto, “se les hizo una contrapropuesta, 100 toneladas de corte y 200 toneladas de pollo entero mensuales”, ya que en las 9.000 toneladas de consumo mensual de pollo en Uruguay, importar tanto “afectaría mucho a la industria”.

La idea del MGAP para monitorear la situación a futuro es tener una reunión “continua con el sector y con las gremiales” para asegurarse de que “el sector va a seguir creciendo”. “Como hubo un buen acercamiento con Cupra, esperemos que se pueda seguir de esta forma con el resto de la cadena”, sentenció Chiesa.

El conflicto se inició en marzo de 2022 con la quita del tope de importaciones a Brasil. En total, el volumen de carne avícola importado el año pasado duplicó el registrado en 2021, lo que produjo preocupación entre los fasoneros.

Al respecto de la reunión, el presidente de Cupra dijo a la diaria que salieron “relativamente conformes. Notamos que hay preocupación del ministro y sensibilidad en cómo las importaciones pueden afectar al sector productivo”. Estévez contó que el MGAP “reconoció que en el tema de importaciones se descontroló algo y hay que encauzarlo para mantener los equilibrios”, y reparó que aunque las importaciones van a seguir existiendo, “tienen que hacerlo de una forma controlada sin que dañe el sistema productivo uruguayo”.

El asunto “se va a continuar monitoreando, lo vamos a trabajar en conjunto con el MGAP las próximas semanas”, sentenció Estévez, que anunció que Cupra es sólo uno de los eslabones de la cadena avícola, “otros pueden tomar medidas y están en libertad total de hacerlo”.

Desde el MGAP, Chiesa detalló que en los próximos días esperan resolver la situación, “primero con el sector industrial y después se hablará con el resto. En definitiva, se busca llegar a un acuerdo que no afecte a los industriales de pollo”.

En tanto, el fasonero e integrante de la Coordinadora para la Defensa de la Cadena Avícola Daniel Pereira dijo a la diaria que “ha sido una incertidumbre y un dolor todo el año [2022], nos cambiaron reglas acordadas sin consulta a la Mesa Avícola ni a la Mesa Consultiva del Instituto Nacional de Carnes (INAC)”.

Asimismo, expresó que la reunión de ayer no se contempló la situación de otros eslabones de la cadena. “No estuvieron los fasoneros, los distribuidores y los del ciclo dos [de la cadena avícola], que son aquellos que compran el pollo a la planta de faena, troza y vende después el ala, la suprema y el muslo por separado. Ellos son los más afectados”.

Desde su sector, aseguró que se van a reunir con el presidente Lacalle Pou y que están esperando la resolución del problema “por respeto a la industria”. Para el fasonero “el ministro no ha tenido sensibilidad ninguna, el nivel de actividad en el ciclo dos cayó a 50% y el daño es brutal”. No obstante, cree que el presidente “entiende de esto y conoce”, sólo que “se encontró con algunas medidas mal tomadas por algunos burócratas del medio que no tuvieron el efecto deseado de bajar la inflación”.

Manifestación con “pollitos bebé”

El integrante de la Coordinadora para la Defensa de la Cadena Avícola reclamó que “desde fines de setiembre [el sector avícola] está expuesto a una situación puntual de problemas de mercado de Brasil en la que sin medidas estamos recibiendo un volumen que nos está afectando”. Sumado a que “se anuncia una recesión a nivel mundial en 2023”, cree que “va a haber un ajuste en la producción que puede implicar que haya que desprenderse de ciertas cantidades de pollitos bebé”, entonces “se está hablando de “llevar al hall del MGAP con las medidas adecuadas de bienestar animal, dos partidas de 50.000 pollos. Nosotros no lo podemos criar si no hay una solución para que el sector productivo pueda afrontar esta realidad”.

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