“Un día triste para Ancap”. Así calificó el presidente del ente autónomo, Alejandro Stipanicic, el revés que significó la ausencia de oferentes luego de abrir los sobres para la licitación de asociación público privada en el negocio del cemento pórtland y la cal.

La producción de cementos pórtland significó uno de los cometidos iniciales detrás de la creación de Ancap. Sin embargo, el artículo 1 de la Ley 8.764 del 15 de octubre de 1931, que consignó su establecimiento, no otorgó al ente el monopolio de su importación, producción y exportación; a diferencia de lo establecido para el petróleo crudo; carburantes líquidos, semilíquidos y gaseosos, “cuando las refinerías del Estado produzcan por lo menos el 50% de la nafta que consuma el país”; así como alcoholes, si bien establece que, para bebidas alcohólicas destiladas, el monopolio regirá “para las cuales el ente lo solicitara de manera expresa”.

Según figura en el sitio web de Ancap, la razón por la cual se le otorgó a la empresa estatal la potestad de fabricar cemento pórtland fue la “necesidad de obras públicas, que se buscaron incrementar a efectos de absorber la gran desocupación provocada por la crisis de 1929”. Es así que en 1956 Ancap instaló una planta de producción de cementos pórtland en la ciudad de Minas; en 1962, una a las afueras de la ciudad de Paysandú; y, en 1968, un polo logístico de distribución en Manga. Esto, detalla, permitió llevar a cabo “obras emblemáticas que acompasaron el desarrollo del país”, entre las que enumera la represa de Salto Grande y los puentes binacionales del departamento de Paysandú.

Dado que no se dispuso el monopolio de su comercialización, el mercado del cemento pórtland en Uruguay se encuentra distribuido entre cinco empresas. De ellas, Ancap es accionista mayoritario de Cementos del Plata SA, operada en régimen de asociación público-privada con la empresa argentina Loma Negra. La asociación, que contempla un contrato de exclusividad para la compra y distribución de pórtland producido por el ente, fue ratificada en 1998 y renovada una década más tarde, luego de la cual Ancap fue incrementando su participación en la empresa, hasta lograr el control del 99,84% del paquete accionario en 2022.

Según consta en el balance financiero disponibilizado por Cementos del Plata para el período contable que finalizó el 31 de diciembre de 2022, la empresa cuenta con un pasivo de 28.738.172 dólares (convertido de pesos uruguayos utilizando la tasa correspondiente al día de hoy), casi cuatro millones de dólares más que en el ejercicio anterior. Cementos del Plata acumuló en el ejercicio anterior pérdidas por un total de 21.544.939 millones de dólares, mientras que en el sector del pórtland Ancap tuvo pérdidas por un total de 20,7 millones, según consta en un informe del directorio.

Adicionalmente, el vicepresidente de Ancap, Diego Durand, reveló a la diaria que, de acuerdo con estimaciones realizadas desde el ente para el cierre del ejercicio 2023, se proyectan pérdidas para el sector del pórtland de otros 20 millones de dólares. Asimismo, aclaró que a dicha cifra se debería agregar el concepto de deterioro, “que tiene que ver con el negocio” y que arrojaría un saldo negativo de aproximadamente 40 millones.

Así, Durand explicó que fue esa la razón que llevó al directorio del ente a “salir a buscar un socio inversor, que tuviera capacidad de instalarse en el mercado regional”, y por la cual aún no descartan “ninguna acción futura para lo que se llama el rescate del negocio”. Por ello, lamentó la “inmadurez” de los detractores del proceso de asociación, entre los que se encuentra la Federación Ancap (Fancap), que tildó como “la alternativa más adecuada” frente a otras “mucho más drásticas”, como clausurar el negocio y abandonar el mercado.

Además de Cementos del Plata, comprenden el mercado de pórtland uruguayo Cementos Artigas SA, ex Compañía Uruguaya de Cemento Pórtland SA, propiedad conjunta de la brasileña Votorantim Cimentos (51%) y la española Cemolins Internacional (49%); la Compañía Industrializadora de Minerales SA (Cimsa), también conocida como Cementos Charrúa, entre cuyos accionistas se encuentran los exfutbolistas Diego Lugano y Diego Godín; la Compañía Nacional de Cementos SA (CNC), de capitales uruguayos; y Cielo Azul Cementos y Calizas SA, propiedad del inversor brasileño radicado en nuestro país Ernesto Correa da Silva Filho, que también cuenta con plantas en Paraguay.

De ellos, Cimsa comercializa cementos importados desde Turquía ya que carece de una planta de producción propia en nuestro país, según recoge un artículo publicado por Brecha en 2021. Sin embargo, la información disponibilizada por la empresa en su sitio web caracteriza a los diferentes tipos de cemento pórtland que comercializa como “producidos en Uruguay”, aunque no es posible encontrar información alguna respecto de sus plantas.

Asimismo, bajo este criterio, también podría sumarse a la lista de comercializadores de cemento pórtland la empresa Dook SA, que ofrece entre sus productos pórtland producido por la brasileña Pozosul Cimentos, así como otros productos importados de Brasil y Argentina y utilizados en la construcción.

En este contexto, y hacia finales de 2022, un informe disponibilizado por Ancap explica que el ente abasteció al mercado interno con 231.673 toneladas de cemento pórtland, 227.846 de las cuales fueron producidas en las plantas de la empresa estatal. Sin embargo, dicho informe advierte una pérdida en los niveles de ventas en comparación con los esperados del 5,33%, que atribuye a la aparición de “un nuevo competidor en el mercado interno”, rol que corresponde a Cielo Azul.

Simultáneamente, los precios de la bolsa de 25 kilogramos comercializada por Ancap, según figuran en su sitio web, se han incrementado en los últimos años. En 2020 cada unidad costaba al consumidor final unos 210,01 pesos uruguayos. Hacia 2023, ese precio alcanza los 369 pesos, un incremento del 56,9%, sin calcular el IVA. Similarmente, y para la venta a granel (una tonelada de cemento pórtland), se observa un incremento del 64,1%.

Obra en Colonia.

Obra en Colonia.

Foto: Ignacio Dotti

El vicepresidente de Ancap reconoció que existió una “baja” del mercado acompañada por crecientes niveles de competencia, que “agudizó” la “situación ya difícil” que atravesaba el ente, si bien afirmó que se ha buscado mantener el posicionamiento de los productos de Ancap dentro del mercado –cuya calidad reivindicó–, al tiempo que se efectivizó el llamado a licitación para asociarse con empresas privadas.

De todas formas, Durand no consideró que la introducción de cementos importados al mercado sea la razón por la cual Ancap no es competitiva, aunque sí admitió que la aparición de un nuevo competidor, Cielo Azul, se sumó a sus complejidades. El vicepresidente de Ancap recordó que la empresa de capitales brasileños comenzó a asentarse en Uruguay en 2017, momento en el que “se debió haber visto venir que no solamente la situación era compleja”, por lo que lamentó que “no se hizo nada”.

También apuntó hacia las diferencias que mantienen el ente y sus competidores en torno a la cadena productiva. Según detalló el vicepresidente de Ancap, la principal dificultad radica en la separación del proceso industrial entre el ente, que está a cargo de la producción del cemento pórtland, y Cementos del Plata, que se encarga de la distribución.

Así, explicó Durand, Ancap opera con altos costos operativos, mayores niveles de rotación de personal, “horarios limitados”, un menor “dinamismo” y mayores dificultades en los procesos, que, según explicó, no afectan a las empresas privadas, a las que caracterizó como de “mayor dinamismo”. Es por eso que Durand argumentó que el ente necesita “jugar a la par” con sus competidores. “Si nosotros no tenemos igualdad de condiciones en una competencia, estamos compitiendo en forma despareja”, concluyó.

De esta manera, si bien aclaró que no existe aún una definición sobre qué debería hacer el directorio del ente con el sector del pórtland, el vicepresidente de Ancap enumeró la posibilidad de asociarse con un privado mediante una venta directa, puesto que falló la licitación –tal y como lo establece el literal D del artículo 33 del Tocaf–, así como la utilización de “caminos jurídicos” que permitan que “todo el negocio lo trabaje Cementos del Plata” como “posibilidades” que se encuentran “arriba de la mesa”.

Manuel Colina: la industria del pórtland “tiene todo lo necesario para crecer y ser sólida”

Desde Fancap, por su parte, discrepan con las explicaciones vertidas desde el directorio del ente respecto de los problemas de competitividad del negocio del cemento pórtland así como las razones detrás de sus pérdidas económicas.

Manuel Colina, vicepresidente del sindicato, calificó en conversación con la diaria la gestión del actual directorio como un “abandono total”, lo que llevó a Ancap “perder un enorme porcentaje del mercado”.

“Este directorio no ha gestionado la industria cementera para otra cosa que para su cierre y su venta”, denunció el vicepresidente de Fancap. Asimismo, explicó que el proyecto de asociación público-privada no resultó debido a que el propio directorio propuso un pliego licitatorio “que no cumplía ni con la más mínima condición constitucional para poder ser llevado adelante”. También cargó contra ellos por “eliminar el prestigio de una industria que tiene 60, 70 años en Uruguay y que, entre otras cosas, es la marca elegida por la mayoría de los constructores”.

Según detalló Colina, los problemas en la cadena productiva del cemento pórtland se deben a “problemas de insumos, de abastecimiento y de gestión mínimos”, así como falta de personal, por los cuales no es posible mantener “los procesos continuos” dentro de las plantas propiedad del ente.

De esta forma, el vicepresidente de Fancap acusó que, tan sólo entre enero y octubre de 2023, la planta de Paysandú operó aproximadamente unos 60 días, mientras que la planta de Minas tan sólo unos 25, algo que, explicó, no se debió a medidas sindicales. “La propia lógica de gestión del directorio es que no funcionen las plantas”, denunció Colina, quien agregó que, debido a esta situación, “el stock es mínimo, deficitario por momentos”. Según detalló, de utilizar el Estado los depósitos de piedra caliza en su propiedad, cuya calidad reivindicó, podría producir cemento pórtland “al doble del nivel de producción que tiene ahora” durante unos 80 años.

Colina afirmó que existe “una única salida” a los problemas de Ancap, que requiere inversión pública. De esta manera, dijo la necesidad de una “política de Estado” a largo plazo que apueste por la “conservación de los recursos naturales del Estado, trabajo digno y soberanía de las comunidades que acogen a las industrias”, que “tiene[n] todo lo necesario en Uruguay para crecer y ser sólida[s]”.

Por poner en perspectiva, en concordancia con el presupuesto 2023, según consta en el Decreto 458/022, se destinaron 3.697 millones de dólares en inversiones al sector de producción de pórtland de Ancap, tan sólo un 3% de la inversión total realizada en el ente. Según había explicado Durand, “no hay más para seguir invirtiendo más que lo necesario”, puesto que el ente ha perdido, históricamente, aproximadamente el doble de las inversiones realizadas.

Es así que Colina lamentó la falta de compromiso desde el sector político. “El gran problema de la industria cementera es que no se soluciona en cinco años. No se crece y no se genera el protagonismo que nosotros entendemos que puede tener una industria en cinco años; por lo tanto, no capta votos, no es atractivo electoralmente. Por eso hemos tenido los problemas que hemos tenido con los gobiernos pasados y, básicamente, con este. El problema mayor lo hemos tenido con este gobierno”, consignó.