Marisol Fuentes, presidenta de la Federación de Cooperativas de Producción (FCPU) y representante de trabajo en la Confederación Uruguaya de Cooperativas (Cudecoop), conversó con la diaria sobre los principales desafíos y líneas de trabajo de la organización que preside a pocos días del Día Internacional de las Cooperativas, que se celebra el 1° de julio; la FCPU nuclea a 200 cooperativas, si bien se estima que existen 700 de trabajo, sociales y de artistas en todo el país.

Cercanía como desafío

Fuentes explicó que desde la FCPU buscan generar mayor cercanía con las cooperativas que existen en el interior del país con el fin de alcanzar mayores niveles de representación; considera que es necesario revertir el centralismo que existe de parte de la organización que preside, que de momento cuenta con una conexión fuerte con las experiencias cooperativas de Montevideo y Canelones pero no con el resto del país. Evalúan que en el interior las cooperativas están “más dispersas”; “queremos revertir esta centralidad que genera una federación muy instalada en la capital y la zona metropolitana pero con grandes ausencias en el interior”, explicó. Es por esa razón que buscan “reforzar la cercanía con el resto del país”; “es una apuesta y un desafío en el que nos estamos esforzando mucho, además nos genera entusiasmo poder brindarles ese espacio institucional”, valoró. Explicó que trabajan actualmente en una reforma de los estatutos de la federación “para lograr que el interior del país tenga representación en la dirección”.

Todos los años la FCPU elige una “capital del cooperativismo” a nivel nacional para conmemorar el Día Internacional del Cooperativismo. Este año la actividad se realizó en Melo, Cerro Largo; allí se homenajeó a la cooperativa más antigua del lugar: la Cooperativa Lechera de Melo (Coleme), que cumplió 91 años de existencia; el año anterior se había homenajeado a Caorsi, una fábrica recuperada en 1962 en Tacuarembó, convertida en una cooperativa de trabajadores dedicada a la producción de fideos. El 19 de abril en la casa de la Universidad de la República de Cerro Largo, además del homenaje a Coleme, se presentó un estudio sobre el desarrollo del cooperativismo uruguayo realizado por académicos de Uruguay, publicado en el número 21 de la revista del Instituto de Estudios Cooperativos de la Universidad de Deusto (España) con el título “El desarrollo del cooperativismo en Uruguay”. La presentación contó con la participación de académicos de la Udelar e integrantes del Instituto Nacional de Cooperativismo (Inacoop) y de la Cudecoop. “Vislumbramos con sorpresa quienes participamos en la presentación de la investigación que existen cerca de 60 sectores de actividad donde hay alguna cooperativa desarrollándose en todo el país”, señaló Fuentes, y agregó que “existen, para mencionar algunos ejemplos, cooperativas de transporte, de educación, cooperativas que desarrollan trabajos de cuidados, en el área de servicios, en energías renovables, en la construcción y muchas cooperativas nuevas en el área de la comunicación”, lo que a su entender fue “una grata sorpresa”, porque “no es un ámbito donde se estuviera trabajando mucho de forma cooperativa”.

Economía verde y circular

Para Fuentes la discusión sobre el trabajo y el cuidado del medioambiente pasa por preguntarse qué sociedad queremos y qué sociedad tenemos, quiénes son los dueños de los recursos naturales y cómo los utilizamos en pos de un mejor vínculo con el medioambiente y con lo que nos rodea, un asunto en el que siente que desde el cooperativismo tienen mucho para aportar por sus valores y principios. Fuentes se preguntó qué sistema es mejor a la hora de cuidar el medioambiente: “¿optamos por un sistema que depreda el entorno en función de un crecimiento desigual del capital, o un sistema que contribuye a la mejora de la calidad de vida y de un vínculo armonioso con la naturaleza, en beneficio de todos y todas?”. Fuentes fue enfática en señalar que el cooperativismo es crucial en esta discusión porque también plantea otra forma de vivir y de relacionarse con el trabajo.

Políticas públicas

Con relación a las políticas públicas de fomento al cooperativismo, Fuentes valoró que, “más allá de los gobiernos”, la propuesta cooperativa subsiste por el contenido de su propia propuesta, “que es una opción de vida en la que el trabajo se manifiesta de otra manera, hablando particularmente de lo que son las cooperativas de trabajo asociado, en las que los trabajadores se apropian de la fuerza de trabajo y deciden qué hacen con ella y lo hacen sin un patrón”.

La cooperativista valoró que en el mercado una propuesta cooperativa que tiene esas características “siempre es difícil”, y a veces “hay gobiernos que dan una apertura mayor que otros”. Por esa razón Fuentes piensa el problema desde una perspectiva sistémica: “Hay un sistema del capital donde las empresas que funcionan dentro de las lógicas del capital centran todo su accionar en torno a este”, en tanto las cooperativas de trabajo se centran en torno a las personas, a los derechos, y se abocan a resolver los problemas humanos y no del capital, por lo tanto concluye que la propuesta cooperativa “es esencialmente una propuesta contrahegemónica”.

Consultada sobre la creación desde Presidencia del programa Sembrando, dirigido por Lorena Ponce de León, creado como una política pública para fomentar el emprendedurismo, valoró que es necesario pasar del paradigma individual al colectivo, del “yo al nosotros”.

“Nosotros entendemos que el movimiento cooperativo da una posibilidad de crecimiento a escala”, puntualizó; desde el movimiento cooperativo valoran que el asociativismo no sea sólo entre personas, sino, fundamentalmente, entre emprendimientos, “para generar un crecimiento a escala y un fortalecimiento intercooperativo que busca incidencia a nivel nacional”, concluyó.

Del yo al nosotros

Las propuestas cooperativas desde la perspectiva de Fuentes no surgen para resolver “una necesidad concreta”, se trata de una propuesta que instala una forma diferente “de ser, de estar y de permanecer en el mundo y en la sociedad, de hacer economía de una forma más humana desde la inclusión social”, por lo tanto lo que piden siempre, “más allá del gobierno”, es un “diseño de política pública que haga posible que la economía social tenga un espacio independiente de fomento y desarrollo por lo que significa su propuesta”; “pedimos que no se traslade al sistema cooperativo ni se lo compare con las lógicas de una empresa de capital”. Esto que plantea Fuentes debe expresarse también en un porcentaje de compras públicas para las cooperativas que no pueden competir en licitaciones con multinacionales o grandes empresas.

Cambiar el paradigma y pasar de lo individual a lo colectivo “no es fácil, ya que el paradigma del sistema es el esfuerzo individual, ese es el principal desafío, superar esa matriz cultural que tenemos instalada de sobrevivir a como dé lugar, siempre en competencia con otros. El cooperativismo se trata de apropiarnos de nuestra fuerza de trabajo y generar un vínculo en función de los trabajadores y no del capital”, concluyó.