Sur Futuro, una organización no gubernamental sin fines de lucro, presentó un trabajo denominado “Atlas de los trabajos del futuro. ¿Cuáles son y dónde están?”, un estudio y análisis de los mercados laborales de América Latina y el Caribe, de cara a las transformaciones que se avecinan en el mundo. Los autores son Megan Ballesty, Ramiro Albrieu y Sofía Alberro. La edición y el diseño estuvieron a cargo de María Chehín y Rocío Garré Travadelo.
En diálogo con la diaria, Megan Ballesty explicó que Sur Futuro es “un pequeño hub de investigación e incidencia. Básicamente estudiamos cómo las grandes tendencias que están transformando las economías y los sistemas productivos del mundo afectan específicamente al mercado laboral. Nos interesa entender qué tipos de trabajos se ven amenazados por estas tendencias, tales como la tecnología, el cambio climático y la demografía, y qué otros trabajos se ven potenciados por estas mismas tendencias y, por lo tanto, dónde están las oportunidades”.
“Este trabajo surge de la necesidad de consolidar todo esto en un solo lugar, de poner en común los hallazgos de todos estos diferentes subcampos de investigación. Es un trabajo que acumula aprendizajes y hallazgos o investigación de muchos años, pero el trabajo en sí mismo básicamente lo trabajamos a lo largo de 2024, decantando lo que veníamos estudiando en años anteriores”, dijo la autora.
La organización ya piensa en una segunda parte para esta investigación, para la cual comenzarían a establecerse las bases y los ejes entre 2025 y 2026.
Consultada por si la investigación y el análisis se vieron alterados por la pandemia de covid 19, respondió que “sí, por una cuestión de que se aceleraron los tiempos y ese futuro que parecía lejano de golpe se acercó muchísimo, sobre todo a países como los nuestros, en donde veníamos con mucho rezago tecnológico. Entonces, observamos que todos los índices de digitalización y adopción tecnológica realmente aumentaron. De alguna manera, se volvió una urgencia lo que antes era como algo más de largo plazo, pero no tan importante”.
Acerca del mercado de trabajo del futuro, afirmó que “se está construyendo, y nosotros en la región estamos un poco rezagados. Tenemos un camino más largo por delante, pero a la vez está encaminado, sobre todo en países como Uruguay y Argentina, que son los que junto con Chile ranquean más alto en la región, donde nos da entre un 22% y 23% de los trabajos que pertenecen a algunas de estas categorías de empleo de futuro”.
“Un dato que llamó la atención y que no esperábamos es que, dentro de los trabajos de futuro, la gran mayoría en la región, y en Uruguay y Argentina, son trabajos de cuidado. Es el grupo o el segmento ocupacional menos conocido, menos discutido dentro de los trabajos del futuro, y la verdad es que es un segmento ocupacional muy resiliente, y que no está amenazado por las tecnologías ni por el cambio climático y ocupa a muchas mujeres”, dijo Ballesty, que es colíder de Sur Futuro e investigadora de la Red Sudamericana de Economía Aplicada (Red Sur).
La organización Sur Futuro está dentro de la Red Sur, que es una red de investigación académica formada hace 20 años por universidades públicas y privadas y centros de producción de conocimiento de la región (miembros plenos e instituciones asociadas). Las oficinas de Red Sur están ubicadas en Montevideo.
Datos del informe
Según el informe, “en América Latina y el Caribe, el 16% de los empleos pueden considerarse ‘trabajos de futuro’, es decir, resilientes frente a las megatendencias que están moldeando los mercados laborales de los próximos años. En contraste, el 62% de los empleos son vulnerables ante el auge de las tecnologías de automatización o los efectos del cambio climático”.
En el marco de este estudio, los trabajos de futuro abarcan empleos en disciplinas tales como STEM (la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas), el empleo verde y en el área del cuidado.
El informe destaca que “el empleo STEM, un segmento ocupacional fundamental para aprovechar las oportunidades aparejadas a la revolución tecnológica, es aún pequeño en América Latina y el Caribe. Sólo el 4% de las personas trabaja en estas ocupaciones comparado con el 9% en los países desarrollados. La participación femenina es aún más baja, con sólo el 2% de las mujeres latinoamericanas empleadas en áreas STEM”.
Acerca del empleo verde, otro segmento estratégico ante la necesidad de ir hacia economías más sustentables, “también es incipiente en la región: representa el 7% del mercado laboral en América Latina y el Caribe, en comparación con el 10% en los países desarrollados”. Es el segundo segmento más relevante entre los empleos de futuro de la región.
En ese sentido, se explica que, en particular, “los empleos verdes de mayor calificación, que abarcan, por ejemplo, áreas de protección ambiental y biología, son tres veces más prevalentes en los países de ingresos altos que en la región. Por otra parte, en este segmento también se vislumbra una brecha de género, ya que sólo dos de cada diez puestos de trabajo son ocupados por mujeres”.
El empleo del cuidado, “un segmento que está ganando relevancia frente a tendencias como el envejecimiento poblacional y otros cambios socioculturales, es el más numeroso dentro de los trabajos de futuro en América Latina y el Caribe. Emplea al 12% de las personas ocupadas, lo que representa el 75% del total de los empleos de futuro en la región”.
En esa explicación, agrega que “es la principal fuente de trabajo de futuro para las mujeres; da cuenta de nueve de cada diez empleos. En los países de ingreso alto la situación es similar, con la diferencia de que allí una mayor proporción de mujeres ocupa puestos del cuidado de alta calificación”.
Entre otros datos, para las mujeres, los desafíos están más relacionados con la diversificación y la calidad. El 90% de los trabajos de futuro que ocupan se concentran en el área del cuidado y, de ese porcentaje, la mitad se ubica en cuidados personales y trabajo doméstico, sectores con alta informalidad y bajos salarios.
Según este informe, nueve de cada diez de los empleos de futuro que ocupan los hombres son de calificación alta, pero sólo el 10% del trabajo masculino en la región clasifica como empleo resiliente. Además, están más expuestos a amenazas como la automatización y el cambio climático que las mujeres.
“En los países de ingresos altos, ocho de cada diez empleos de futuro requieren un nivel de habilidades alto, mientras que en nuestra región la proporción se reduce a siete de cada diez y, para las mujeres latinoamericanas, a seis de cada diez”, señala otro fragmento del estudio.
En América Latina y el Caribe predominan los trabajos de futuro en segmentos de menor calificación. En los países de ingresos altos, el 84% de los empleos de futuro son de alta calificación contra el 68% en la región. “¿La razón? La baja incidencia latinoamericana en los segmentos de empleo STEM y en los empleos verdes de alta calificación, sumada a la prevalencia del empleo del cuidado de media y baja calificación entre las mujeres”, explica el informe.