Hasta el 1° de abril a las 23.59 está abierto el séptimo llamado de Incubacoop a colectivos con proyectos innovadores que quieran formar una cooperativa. Incubacoop es una herramienta institucional, impulsada por la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (Cudecoop), el Instituto Nacional del Cooperativismo y el Ministerio de Industria, Energía y Minería, que acompaña a nuevos emprendimientos en sectores generadores de innovación y conocimiento donde tradicionalmente no hay cooperativas.

La actual convocatoria apunta a incubar proyectos vinculados con “las tecnologías de la información y las comunicaciones [TIC], innovación en sistemas agroalimentarios, logística, diseño, audiovisual e industrias culturales y creativas, tecnologías para la salud y los cuidados, servicios ecosistémicos y de gestión ambiental, cooperativas de plataforma, turismo, electrónica y biotecnología”.

En diálogo con la diaria, Gabriel Isola, coordinador general de Cudecoop, contó que “el proceso de acompañamiento es de poco más de un año, entre un año y un año y medio”, y el llamado “está orientado fundamentalmente a grupos de personas que están con ideas e inquietudes de poder conformar un emprendimiento de trabajo colectivo, asociativo”. “En particular, en esta edición, buscamos proyectos que quieran ser incubados dentro de cooperativas preexistentes. Hay una cooperativa que ya tiene su camino andado, pero quiere desarrollar una manera nueva de negocios, también puede postular a la convocatoria”, agregó.

Isola aclaró que en materia de innovación tienen una concepción “bastante flexible”: “Un proyecto de una cooperativa de vivienda no va a ser un proyecto que vamos a apoyar por innovador porque ya existe un universo muy desarrollado, pero vemos que en varios sectores de actividad hay ausencia de cooperativas emprendiendo”. “Aun cuando la idea no sea muy desafiante en términos tecnológicos o científicos, pero sí es una cosa que para el cooperativismo uruguayo es nuevo, eso está claramente dentro de lo que consideramos innovación”, agregó.

Para Isola, “hay sectores que son bastante dinámicos y que son más propensos a poder emprender en forma colectiva que otros. En algunos de esos sectores encontramos que ya había un desarrollo cooperativo importante. Por ejemplo, el sector lácteo. En el sector lácteo ya no hay mucho más que hacer, hay una participación de las cooperativas muy grande, pero, sin embargo, aparecían otros como el audiovisual, el diseño, TIC, donde había pocas o incluso ninguna cooperativa, y ahí es donde Incubacoop priorizó los apoyos”.

Según el coordinador general de Cudecoop, en algunos sectores ya se han generado ecosistemas, como en el audiovisual.

Trabajo en equipo

Sobre cómo se seleccionan las propuestas, Isola dijo que “califica mejor un grupo que ya tiene cierta experiencia de trabajo grupal”, y agregó que se han presentado “ideas de proyectos muy interesantes, pero donde uno se da cuenta de que es la idea y el proyecto de una sola persona, y eso no es lo que buscamos”. “Todos aquellos grupos que tengan alguna idea mínimamente avanzada y que tengan interés en desarrollarla en un formato de trabajo asociativo pueden presentarse, y la incubadora lo que va a hacer es acompañarlos en ese proceso, por un lado, de irse consolidando como equipo y posteriormente como cooperativa, e irlos ayudando también a afinar o a ir transformando esa idea en un plan de negocios, y después también hay un acompañamiento en la formalización de la cooperativa como tal”, afirmó.

Isola también aclaró que el período de acompañamiento no tiene “un mínimo ni un máximo”. “Hay un entorno de 13 a 16 meses, que es más o menos lo que manejamos en promedio. Pero cada grupo hace un poco su trayectoria, un poco sus velocidades y su madurez”, añadió.

También cabe señalar que la incubadora no brinda apoyos económicos directos. “Hay recursos que están volcados para los emprendimientos, transformados en trabajo de especialistas para cada una de estas etapas, la formulación de los planes de negocio. Cada uno de los emprendimientos tiene un tutor a lo largo de gran parte del proceso, que es muy importante porque va acompañándolos en cada una de estas etapas, de pasar de la idea a un proyecto, de un plan de negocios y empezar a explorar efectivamente lo que va a ser su inserción de mercado mientras se van generando algunos fortalecimientos en el trabajo de equipo o en los aspectos propiamente del armado de estatutos y formalización en el aspecto de gestión. Pero todo eso es un privilegio frente a otras cooperativas que lo tienen que hacer a los ponchazos, aprendiendo a los golpes. En este caso es todo una experiencia y un aprendizaje que tiene la posibilidad de contar con esos apoyos que son muy valiosos. Los otros productos o recursos que tiene la incubadora son las vinculaciones; tanto Cudecoop como Inacoop y el MIEM cuentan con una red de relaciones institucionales y de contactos que son muy valiosas también para estas nuevas cooperativas que egresan de la incubadora. En particular, pueden facilitar el acceso a determinados recursos de financiamiento, sean créditos o a veces una mezcla de recursos no reembolsables; hay distintas herramientas y el acceso a las mismas se hace más fácil porque hay toda una preparación previa”.

El coordinador general de Cudecoop aclaró también que “las cooperativas son empresas que después tienen que enfrentarse a un mercado competitivo”, y desde la incubadora no pueden garantizar “el éxito absoluto una vez que egresan”. “Tenemos historias diversas, cooperativas que se han consolidado muy bien, están creciendo, incluso han generado proyectos en conjunto con diversas cooperativas que han salido de la incubadora y otras iniciativas que quedan por el camino. A veces, la propia dinámica del colectivo no termina de funcionar del todo, y aun teniendo un proyecto interesante se nos quedan por el camino. Pero son las excepciones, por suerte”, señaló.

Isola sostuvo que, según lo que transmiten los grupos, se presentan porque “tienen la pretensión de poder generar un trabajo que ellos mismos puedan organizar, conducir, esto de la autogestión, de contar con independencia. Muchos además ven el formato cooperativo y la convocatoria de este proceso como una etapa de más apoyo, de un salto en sus propios procesos colectivos previos”. “Llegan grupos de amigos, de compañeros de estudios, que en el proceso de estudio han estado deliberando posibilidades de armar proyectos y encuentran que este formato es el mejor para poder llevarlos adelante”, expresó.

Si bien una cooperativa necesita un mínimo de cinco socios para conformarse, los emprendimientos pueden presentarse con menos integrantes, y “en el camino” del acompañamiento se procura que “puedan contar con ese número porque es el que les permite formalizarse”.

Otra cuestión a tener en cuenta es que aquellos grupos que presentaron proyectos en ediciones anteriores y no fueron seleccionados pueden volver a inscribirse.

Como en un videojuego

Uno de los emprendimientos que participaron en la edición anterior de la incubadora es la cooperativa Cooplay, que se dedica a la creación de videojuegos, y trabaja básicamente “para afuera”. María Ambrosoni, integrante de Cooplay, contó a la diaria que hacía muchos años que trabajaban juntos, pero con sus empresas unipersonales. “No éramos una empresa y queríamos pasar a eso, en vez de estar dispersos y tener cada uno sus facturas y esas cosas. Queríamos ser una cooperativa, eso lo veníamos pensando hace tiempo. Y mientras estábamos averiguando cómo hacer esos trámites, nos encontramos con el llamado de Incubacoop y nos pareció que era una muy buena oportunidad porque nosotros no teníamos mucha idea de cómo se hacían esas cosas en el mundo cooperativo. Y la verdad es que nos ayudó un montón, porque nos guiaron pila en todo”, detalló.

Ambrosoni añadió que en este momento está “la aprobación de los estatutos [de la cooperativa], que es el paso final”, y enfatizó en que “la educación, la parte práctica del cooperativismo” que les brindó la incubadora, “fue invaluable”. “Nos ayudaron mucho viendo cómo administrábamos. Revisaron lo que ya hacíamos y encontraron que hicimos las cosas bien, pero además nos dieron muchos consejos de cómo mejorarlo. Y también nos conectaron con el mundo cooperativo local y conseguimos financiación para equipos”, concluyó.

Clasificación por sectores:
Agroindustrial 1
Agroecológico 1
Audiovisual 7
Comunicación 4
Diseño 2
Ecoconstrucción 3
Energía 1
Logística 1
Medioambiente 1
Movilidad 1
Soluciones Habitacionales 2
TIC 6
Turismo 2
Videojuegos 1

Grupos que se han incubado desde que inició el instrumento (2016): 35

Distribución por departamento:
Canelones 3
Cerro Largo 2
Florida 3
Maldonado 1
Montevideo 20
Paysandú 3
San José 1
Soriano 1
Treinta y Tres 1

.