El martes la Comisión de Puerto de la Intergremial de Transporte Profesional de Carga Terrestre (ITPC) se reunió con autoridades de la Administración Nacional de Puertos (ANP) como consecuencia de las “permanentes dificultades” que se vienen dando en la operativa del puerto de Montevideo, según marcaron en un comunicado. La cuestión está en que estos problemas terminan “recayendo en los transportistas”, incrementando “notoriamente el tiempo de operación con su consiguiente costo, que recae siempre y únicamente” en ellos, se subrayó.
La Intergremial agregó que, más allá de las características de las dificultades, “la única responsable de toda la cadena” es la administración de puertos. Consultado por la diaria, Ignacio Asumendi, presidente de la intergremial, reafirmó esta idea, subrayando que “el funcionamiento del puerto es la armonía” entre las balanzas, la aduana, las terminales y los ministerios que hacen los distintos controles. En ese sentido, dado el rol que cumple en la coordinación la ANP, si algo funciona mal, “no se puede lavar las manos”, consideró.
Entre los planteos efectuados el martes, aparecieron la falta de recursos humanos para el funcionamiento de las balanzas, la falta de escáneres, los problemas de infraestructura para la convivencia con el nuevo tren y la operativa de las terminales. Luego de la instancia, Asumendi explicó que se va a esperar “unos días a ver cómo se van decantando algunos de los temas”.
Las terminales y algunas interrogantes
En la reunión, la ITPC reiteró el reclamo por “demoras excesivas en las terminales”. En esa línea, Asumendi subrayó que da la sensación de que son “muy eficientes” desde “el muelle hacia el mar”, pero cuando se mira del “muelle hacia tierra” es donde “vienen los problemas”. “La operativa se distorsiona cuando llegan los barcos, porque generalmente la terminal pone más recursos ahí, entonces eso termina enlenteciendo”, complementó.
En cuanto a la responsabilidad de la ANP en el funcionamiento de las terminales, el presidente de la Intergremial hizo referencia a las “fallas en el diseño del sistema”. Más allá de la comunicación que debe mantener con la Terminal Granelera Montevideo y Terminal Cuenca del Plata, Asumendi se detuvo en el hecho de que en esta última, la ANP forma parte del paquete accionario. Partiendo de eso, preguntó si “puede, en esas condiciones, ejercer el rol de regulador a la vez que es partícipe de esa empresa”.
Balanzas y la falta de personal
De acuerdo a lo que informó la ITPC, en la reunión se confirmó que “hasta no tener disponible más personal”, se tiene la capacidad de habilitar un máximo de cinco balanzas diarias de las 12 con las que se cuenta. Luego de la instancia, se resolvió llevar adelante una coordinación con la ANP para “tratar de orientar” el personal de las balanzas para “los puntos del puerto donde hay más flujo” de transportistas esperando pesar su carga, explicó Asumendi. “Se necesita gente que esté todo el tiempo visualizando los flujos, donde pestañea alguien, el puerto se le tranca”, analizó.
Estas dificultades ya se habían planteado y, a propósito, la ANP ya había prometido 16 balanzas inteligentes hace dos años, señaló. El martes se informó que se estaría firmando su compra “en los próximos meses”, pero que estas entrarán “en funcionamiento recién sobre fines de año o el año próximo”. Estas balanzas automáticas solucionarían el problema de personal, pero, por lo pronto, dados los pasos que restan para su puesta en marcha, se trata de una dificultad que “se va a extender en el tiempo”, dijo Asumendi.
Rehenes del escáner
El puerto de Montevideo cuenta actualmente sólo con un escáner, aunque está planificada la instalación de dos nuevos en mayo. Desde la ITPC se sostiene que mientras se mantenga sólo el actual, los transportistas no pueden “ser rehenes de sus ineficiencias vinculadas a personal, roturas o mantenimientos por servicio”. Según explicó Asumendi, cuando hay problemas técnicos, se le pide al operario del transporte que “haga un esfuerzo doble” que “nadie lo paga”, esperando a que esté todo solucionado para cumplir con el proceso de escaneo.
Sobre esto, la solución que emergió de la reunión tiene que ver con que los “viajes se van a cerrar cuando el escáner no esté operativo”, por lo cual, los transportistas podrán dejar la carga, sin tener que esperar su puesta en marcha. En ese escenario, el transporte de la carga hacia el escáner debería quedar a cargo de la terminal, la aduana o de la propia ANP. Algo similar a lo que, según detalló Asumendi, ya está haciendo Aduana para escanear la carga que llega en barcazas para ser exportada a través del puerto.
El ferrocarril central: ¿un nuevo problema?
El primer tren con celulosa ingresó el martes al puerto y esto genera, por lo pronto, nuevas dificultades. En concreto, las balanzas que están en el acceso norte, cuando entra el tren, quedan fuera de servicio por falta de espacio. A su vez, también queda directamente “restringido en el ingreso” al puerto, como consecuencia de que “el viaducto” planificado para poder pasar mientras circula el tren no está terminado, y sólo se encuentra operativa la parte de la obra hecha para la salida de los camiones.
El problema de las balanzas se va a resolver porque van a ser “relocalizadas”, pero por los tiempos de acondicionamiento es un problema que a corto plazo no será resuelto. En cuanto al viaducto de ingreso, “no sabemos cuándo queda”, apuntó Asumendi. Si bien se ha manejado un flujo de dos convoy diarios, la ITPC apuntó a que la demora del pasaje del primer tren en esa zona del puerto fue “similar a la anunciada” –siete minutos– cuando, sin embargo, el número de vagones fue “sensiblemente menor” al que se espera en su operativa normal.