Desde el jueves, la Terminal Cuenca del Plata (TCP), gestionada por la empresa belga Katoen Natie, se encuentra sin actividad por un conflicto sindical. Según informó El País y confirmó la diaria con fuentes sindicales, el Sindicato Único Portuario y Ramas Afines (Supra) reclama pasar de trabajar ocho horas a seis tras la incorporación del sistema informático Navis N4, en funcionamiento desde el pasado viernes. Este reemplazará al sistema Ascot, informaron desde la empresa.

En diálogo con la diaria, Álvaro Reinaldo, secretario general del sindicato, dijo que desde “hace tiempo” están buscando la reducción horaria. “Ya hay un sector dentro de la terminal que trabaja seis horas, no causó ningún inconveniente para la empresa y demostró que se puede avanzar por sectores”, explicó.

A su vez, Reinaldo aclaró que el planteo formó parte de una batería de propuestas que le hicieron a la empresa porque se encuentran “en una ventana de negociación por el nuevo convenio colectivo”, ya que el actual “se vence el 27 de octubre” y 90 días antes se abre un espacio de diálogo para actualizarlo. “La empresa ha querido desviar el tema, no ha querido negociar el convenio y presentó la incorporación del Navis como imposición”, declaró.

“Tenemos un montón de reivindicaciones que son propias del convenio colectivo, que la empresa se negó a poder discutir; además planteó que el Navis no iba a ser objeto de discusión ni de negociación. Primero hay que sentarse a negociar esas cosas y después tenemos todo un convenio colectivo para poder negociar”, afirmó al respecto.

Según el sindicalista, desde “el día uno” se encuentran “de acuerdo con el avance tecnológico”, pero “que tenía que ser parte de la negociación colectiva”, ya que “la empresa lo presenta como una simple actualización de software, y no es así”. “Aceptamos todo este proceso de capacitación para la implementación del nuevo sistema, que viene desde noviembre del año pasado, y no lo entorpecimos. Ahora estamos buscando llegar al acuerdo definitivo para poder ponerlo en marcha”, dijo.

Comentaron que, según sus averiguaciones, los países que ya están utilizando este sistema reciben sus beneficios a partir “del año y medio o los dos años de incorporado”: prevén “un aumento del 20-30% en la productividad” y, aunque no haya despidos, “una disminución de la mano de obra”.

“La empresa nos dice que no va a echar a nadie. Estoy seguro de que es verdad, pero más adelante la empresa va a tener que contratar menos gente y, con el mismo personal o con menos, puede trabajar mejor. Más allá de eso, sabemos que hay riesgo de perder categorías y puestos de trabajo, porque además de no incorporarse mano de obra, también se está perdiendo mano de obra”, aseveró Reinaldo.

Así, con esta necesidad sobre la mesa, “la empresa se negó rotundamente a establecer un diálogo”, dijo el sindicalista. “Estamos en contacto con las autoridades y sabemos que están trabajando, pero para negociar se necesitan dos partes: estamos dispuestos, hemos flexibilizado las medidas y del otro lado, por ahora, es un ‘no’”, reiteró.

Respecto de las medidas, el integrante del sindicato hizo varias precisiones. Dijo que la única empresa en asamblea es TCP, pero que la otra empresa que mueve contenedores, Montecon, “está trabajando con total normalidad”, al igual que “el resto del puerto y los puertos del interior”. Al mismo tiempo, no pudo precisar hasta cuándo se extenderían las medidas y aclaró que “siguen en asamblea y expectantes”, dispuestos a “cualquier reunión, no importa la hora ni el día”.

La empresa emitió múltiples comunicados a raíz de la situación. En uno de ellos adelantó que este lunes no habría atención de camiones, porque “el sindicato de TCP ha manifestado su negativa a utilizar el sistema operativo Navis N4” y “sólo lo acepta si la empresa reduce la jornada laboral a seis horas, con el pago correspondiente a ocho horas”.

Asimismo, en una nueva misiva dirigida a sus funcionarios, Katoen Natie consignó que, con el nuevo sistema, “no habrá pérdida de puestos de trabajo”, “no se afectará la forma de trabajar”, y las responsabilidades “se mantienen sin cambios, salvo algunos casos ya comunicados y confirmados”, como “apuntadores de abordo y tierra”. Al mismo tiempo, consignaron que la empresa “convocó al sindicato a una mesa de diálogo bipartito para discutir la propuesta” y propuso “establecer un período de cuatro meses de evaluación del sistema”.

“La única propuesta del sindicato es reducir la jornada y modificar el régimen de grúas, basándose en un incremento de productividad del 20-30% que no está previsto y sólo podría verificarse en un período de prueba”, se lee en la misiva. “Este sistema no se incorpora con el fin de reducir los puestos de trabajo”, aseguraron.

“El convenio colectivo establece un procedimiento para gestionar conflictos, creado conjuntamente para asegurar el diálogo y la resolución de problemas. Es importante que sigamos este procedimiento, lo que hoy el sindicato no está haciendo”, finalizó, no sin antes denunciar que “las medidas sindicales no se ajustan a lo acordado en el convenio colectivo vigente”.

Transportistas y exportadores en alerta

Por su parte, Ignacio Asumendi, el presidente de la Intergremial de Trabajadores de Transporte de Carga, dijo a la diaria se comunicó con Ignacio Asumendi, presidente de la Intergremial de Trabajadores de Transporte de Carga. “Hoy TCP, que es la que maneja el 70% de los contenedores que mueve el país, está parado y, por lo tanto, está parado prácticamente el 70% del comercio exterior nacional”, advirtió.

Recordó que el bloqueo comenzó el jueves pasado, un día antes de la fecha pautada para implementar el nuevo sistema informático. Respecto de las pérdidas, Asumendi señaló un promedio de entre 500 y 600 contenedores por día, con una pérdida monetaria en torno a los 300 o 400.000 dólares diarios para las empresas del sector. Agregó que algunas de las gremiales que afilia la cámara “están pensando en generar algunas movilizaciones para exteriorizar esta preocupación y las pérdidas que están teniendo”.

“No es sólo por lo que están dejando de facturar, sino que cuando reabra el puerto los clientes van a querer sacar los contenedores cuanto antes y va a ser una batalla campal para poder ingresar al puerto y cumplir con la tarea”, advirtió.

Por otro lado, la Unión de Exportadores del Uruguay también se expresó al respecto. En un comunicado publicado en X, hicieron “un llamado a la reflexión” y consignaron que, “al igual que en otras oportunidades”, la situación “genera incertidumbre y gran preocupación en el sector exportador”.

“La paralización de operaciones deja mercadería sin embarcar, insumos sin recibir y pérdidas millonarias por cada día sin actividad”, plantea el escrito, además de afirmar que la coyuntura “pone en riesgo el cumplimiento de los compromisos asumidos con clientes del exterior” y “deteriora la imagen de Uruguay como proveedor serio y confiable”.

En relación con la situación actual del contexto internacional, plantearon que “en momentos que son sumamente desafiantes e inciertos” y “han aumentado las omisiones de los buques”, Uruguay debe “hacer un frente común para posicionarse y competir”, por lo que solicitan “buscar los mecanismos que permitan una resolución”.