El presidente de la Confederación de Funcionarios del Estado (COFE), Martín Pereira, concedió una entrevista a la diaria en la que realizó diversos cuestionamientos al gobierno de coalición, liderado por Luis Lacalle Pou, principalmente en lo referente a cómo se abordaron la planificación y la ejecución del nuevo régimen de licencias médicas. También se refirió a qué espera del relacionamiento con el nuevo gobierno del Frente Amplio (FA), y resaltó que será vital el diálogo entre las partes. Habló de las condiciones de trabajo de los empleados públicos, de la falta de recursos humanos en el Estado y de la designación de Juan Castillo como ministro de Trabajo.

¿Cómo finaliza la relación entre COFE y el actual gobierno?

En cuanto al tema de las licencias médicas, fue un asunto que, a nuestro entender, lo trabajaron mal, y decían tener un fin que después fue otro. Decían que era para terminar con los abusos y desde la confederación expresamos que estábamos de acuerdo con eso. Fuimos un paso más allá, diciendo que los trabajadores que abusen y que tengan un certificado falsificado no tienen lugar en el Estado, porque no sólo iban en contra del Estado, sino que dejan a un compañero solo trabajando en una oficina o un hospital, y eso no nos parece, como sindicato, que haya que defenderlo. Decíamos que esto tenía un fin meramente y netamente económico, y así lo declaró Marcela Bensión, del equipo del Ministerio de Economía, que querían avanzar en esto para hacer caja por el déficit fiscal. Era solamente avanzar para tener un descuento sobre los trabajadores, y el tiempo nos termina dando la razón. Por ejemplo, en ASSE [Administración de los Servicios de Salud del Estado] dijimos que no estaba preparado un organismo tan grande, y casi no se ha descontado por enfermedad. En un organismo de 32.000 funcionarios, sólo 400 tuvieron descuento. Ese aluvión de funcionarios públicos que se iban a reintegrar a los organismos no pasó, y el gobierno no está haciendo la caja que pensaba que haría y está perjudicando a los buenos trabajadores, que un día se enferman y tienen que certificarse.

¿En qué está el tema de las certificaciones médicas tras la denuncia ante la Organización Internacional del Trabajo [OIT]?

Tenemos la comunicación de la OIT. Estamos esperando la convocatoria de la OIT, que nos informó que después de enero nos convocará, así que vamos a empezar de forma tripartita con el gobierno actual y terminaremos las negociaciones con la próxima administración. Eso es lo que sabemos por ahora, y estamos a la espera de que la OIT confirme la fecha para sentarnos en la mesa a negociar. COFE dio el visto bueno a dialogar con la OIT y el gobierno.

La Suprema Corte de Justicia aplicó el régimen de licencias médicas a fines del año pasado y rechazó el recurso de inconstitucionalidad presentado por los funcionarios.

Desde COFE observamos que hay trabajadores A y B en todo lo que son organismos de contralor del gobierno. En este caso, a los jueces de la Suprema Corte no se les realiza el descuento, y a los trabajadores administrativos del Poder Judicial sí. Ellos le desestimaron la inconstitucionalidad que presentaron por un tema de forma. La Asociación de Funcionarios presentó el recurso antes de que se aplicara, mientras que COFE, para presentar la inconstitucionalidad, esperó que se aplicara. Presentamos recibos y los respectivos descuentos, y no fue general, sino a un grupo de cerca de 200 trabajadores que presentamos los recibos con los respectivos descuentos y su firma, denunciando la inconstitucionalidad de la norma. Estamos a la espera de que el tema avance.

Se ejecutaron medidas en 2024, entre ellas paros a nivel nacional y ocupaciones. ¿Qué balance se hizo de esas resoluciones tomadas?

Tenemos el plan de acción que desarrollamos, no sólo las medidas sindicales, sino también lo jurídico. Ahí el balance es positivo. La decisión de ir a la OIT, con el esfuerzo económico que eso conlleva, creemos que fue positiva. También pudimos reunirnos con las autoridades de la organización a plantear la situación y nos terminaron dando la razón. Ahora hay que sentarse y negociar. Fuimos aplicando las medidas que entendimos, a medida que avanzaba el gobierno también. Había diferencias dentro del propio gobierno, si aplicar o no aplicar. Luego empiezan a aplicarlo en año electoral. Hay, en teoría, asesores que le decían al presidente de la República que rendía pelearse con COFE por este tema. No sé cuánto rinde o no en votos, cuando estás hablando de un espectro de cerca de 300.000 trabajadores públicos con sus respectivas familias. No sé el costo político, no sé si el relato ese de los funcionarios públicos que no quieren trabajar y que todavía quieren que les paguen cuando no están enfermos y dicen que están enfermos… le sumás a ese relato.

¿Cómo observa la confederación el reclamo de ministerios y entes por la falta de personal?

Es un problema desde el principio de este gobierno. Antes de la pandemia, una de las primeras resoluciones que tomaron fue achicar el Estado. Cada tres vacantes que se generaban, ocupar una sola. Eso llevó a que se perdieran 3.000 puestos de trabajo, más 3.000 puestos más o menos de contratos que cesaron, que después se fueron a través de la privatización con fundaciones como A Ganar. Eso ha sido de público conocimiento. Eso puso en peligro al país entero. Tuvimos que, por un conflicto del Ministerio de Ganadería y una reunión de COFE con el propio presidente de la República, habilitar vacantes que después fueron difíciles de ocupar. Estaba la resolución presidencial, pero hacia abajo era complejo de cumplir para que hubiera inspecciones y que Uruguay mantuviera el estatus sanitario. En esta pelea de seguir generando ese relato en contra de los públicos, el gobierno no se daba cuenta de que ponía en riesgo al propio país. Lo mismo pasa con las aduanas. Hay puestos que están cerrados porque no hay personal. ¿Eso qué quiere decir? Que entra mercadería de contrabando que compite contra el pequeño comerciante. No es sólo el narcotráfico que se dice que entra a Uruguay. Si están la Aduana cerrada y el paso liberado, entran el narcotráfico, el contrabando y lo que quieras. Otro ejemplo es lo que sucede con los funcionarios registrales, que se tienen que mover de un departamento a otro para culminar trámites. Eso nadie lo ve, pero es un esfuerzo para el trabajador. Todo porque no hay oficinas. El gobierno habló tanto del interior del país y cerró oficinas del Ministerio de Trabajo en algunos departamentos. Entonces, ¿cuido el interior o cuido a los malla oro del interior? Porque la gran mayoría son trabajadores que dependen de ese trabajo. Ahí es cuando se ve concretamente lo que hablamos del achique del Estado. Esto no es COFE defendiendo su statu quo, sino que son ejemplos concretos que afectan la vida diaria del ciudadano.

¿Cómo procederá la confederación en estos temas ante el nuevo gobierno del FA?

Hablamos con Yamandú Orsi, en la ronda de encuentros con los candidatos a presidente, planteándole cuál es la postura de COFE en determinados temas vinculados al Estado. Quedó en conversar cuando asumiera y, ahora en la previa, ir conversando antes de asumir y rever esa situación organismo por organismo. Siempre respondemos cuando vienen y le expresan a COFE que en determinado lugar sobran trabajadores. Discutamos al respecto. Esa discusión la queremos dar. Capaz que en algún lugar hay excedente de trabajadores y se pueden redistribuir. En esto de la redistribución, que parece muy fácil, hay un problema relacionado con lo salarial. Hay ministerios ricos y pobres. COFE no está cerrado a hablar ni tampoco es que nos defendemos porque somos funcionarios públicos. Siempre se negoció con gobiernos de todos los partidos políticos.

¿Cuáles serán las claves principales del relacionamiento con Orsi y su gobierno?

Tiene que haber diálogo. Quizás después no llegamos a acuerdos o entendimientos, y cada uno con su libertad de acción. Con la independencia que tiene el movimiento sindical, tomará las medidas que tenga que tomar, pero siempre hay que dialogar. Hoy el gobierno plantea que tendrá en cuenta los salarios menores a 25.000 pesos; hay casi 600.000 uruguayos en esa situación. Hay que dialogar acerca de lo que van a hacer en el país en estos cinco años. Creo que el FA tiene que aprender y hacer autocrítica, que no es sólo renovación de nombres, sino renovación de cómo va a ser su política en este gobierno. Si no aprendió de los errores que se cometieron durante 15 años, creo que no se puede pensar en un FA a diez o 15 años más, sino que esto va a ser una rotación de partidos constante. Entiendo que la fuerza política debe haber aprendido de los errores cometidos y que va a haber un mayor relacionamiento con el movimiento sindical y con la sociedad civil.

¿Cómo calificaría, en líneas generales, las condiciones de trabajo de los empleados públicos?

Hay de todo. Es compleja la situación en algunos lugares. En determinadas oficinas y organismos públicos, si realmente fueras a cumplir todas las normas y condiciones, habría que cerrarlas. Y cuanto más observás el interior profundo, el deterioro es mayor. Uruguay es Montevideo dependiente, ya que el poder está en la capital y las decisiones se toman acá, y muchas veces cuanto más lejos vas al interior, más situaciones complejas hay, principalmente con los temas edilicios, funcionarios que hacen la tarea de tres empleados, no hay auxiliares de servicio y el funcionario se tiene que limpiar la oficina. Se ven como naturales cosas que no deberían ser normalizadas.

¿Hay opinión en el Ejecutivo de COFE sobre la designación de Juan Castillo como ministro de Trabajo?

No lo hemos discutido en la orgánica, pero nos parece bien. Juan Castillo fue parte del movimiento sindical, fue coordinador del PIT-CNT y tiene un conocimiento del movimiento sindical, y también con los empresarios. Hay una ventaja en el relacionamiento y conocimiento previo. Podemos levantar el teléfono y decirle: “Juan, ¿cómo estás? Tenemos este problema”. Con alguien que no haya estado antes hay que generar ese relacionamiento, que luego el tiempo dirá si es bueno o no. En COFE hablamos con todos los ministros. No es que una rama habla sólo con un ministro. Vamos a tener que hablar con Castillo y hablaremos con todos los ministros, porque nuestros representados están en esos ministerios. Todo nos lleva a tener un diálogo permanente con las autoridades. Nos parece un buen ministro de Trabajo designado, y el tiempo dirá con cada uno de los demás ministros si podemos tener una menor o mayor afinidad.

¿Cuáles son los temas centrales para COFE en 2025?

Creo que los temas centrales deben mirarse no sólo en 2025, y no sólo en la mirada del salario o las condiciones laborales, sino [también pensando] hacia qué Estado vamos. Tenemos preocupación por las fuentes laborales que se van a perder con la inteligencia artificial y la automatización de algunos oficios. Sería una postura muy obtusa de COFE ponerse en contra de la tecnología, [hay que] ver cómo se van reconvirtiendo esos puestos laborales y, con el avance de la tecnología, analizar qué puestos se pierden. Es algo que pasa a nivel mundial y de lo que Uruguay no escapa. Hay una preocupación grande. En la confederación tenemos un instituto de formación y estudios, con compañeros que trabajan en esas temáticas, y es algo que vamos a plantearle al gobierno. No es una discusión coyuntural de la ley de presupuesto o de relaciones de gobierno, sino que es un problema que tienen el gobierno y los trabajadores, y hay que empezar a tratarlo con urgencia, en algunos casos. También pensando qué se va a hacer a cinco o diez años. Hay temas que trascienden los gobiernos y los sindicatos.

La ley de presupuesto, entre los objetivos a trabajar, ¿es uno de los temas centrales?

Sí, creo que va a ser el objetivo central la ley de presupuesto, porque también los ministros se juegan el financiamiento de su gestión. Después la Rendición de Cuentas se puede ir retocando, pero a grandes líneas lo que hará un ministro en su cartera lo define la ley de presupuesto. En este 2025 la preocupación inmediata es el presupuesto, pero también la formación de los empleos públicos. La Escuela Nacional de Administración Pública debe tener un rol mucho más activo y llegar a mucho más empleados; puede ser parte de la solución a esto del avance de la tecnología y la reconversión de determinados trabajos. Hay trabajadores que estudian, más allá de su cargo de ingreso, pero sin chance de ascender o que no son tomados en cuenta. Son temas a discutir un poco más a largo plazo.