Durante el gobierno del expresidente Luis Lacalle Pou, el PIT-CNT centró sus reclamos en la pérdida de empleo, la caída del salario real, el aumento de la pobreza y la reforma de la seguridad social. A simple vista, podría parecer que los temas relacionados con el género quedaron relegados en su agenda pública. Sin embargo, Flor de Liz Feijoo, responsable de la Secretaría de Género, Equidad y Diversidad de la central sindical, descartó esa interpretación. En diálogo con la diaria, aseguró que el PIT-CNT mantuvo –y mantiene de forma independiente al gobierno de turno– una perspectiva de género transversal en todos los temas que afectan al conjunto de la población.

“La necesidad de una estrategia de desarrollo nacional que promueva el trabajo de calidad y diversifique la matriz productiva es parte de la lucha de las mujeres por la autonomía económica”, sostuvo Feijoo. “Cuando hablamos de autonomía económica, hablamos del derecho a elegir, a decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos sin depender de nadie; eso también es parte del movimiento feminista, que apuesta a transformaciones estructurales”, agregó.

Asimismo, señaló que denunciar el crecimiento de la pobreza infantil durante el gobierno anterior también fue una forma de visibilizar la pobreza que atraviesan “miles de mujeres” en el país, así como “la falta de oportunidades para las mujeres jefas de hogar y los bajos ingresos de las abuelas pensionadas o jubiladas, que muchas veces son el sostén del hogar” tanto con sus ingresos como con las tareas de cuidado.

“Por lo tanto, las reivindicaciones del movimiento sindical no están alejadas de las reivindicaciones feministas, sino que las incorporan. Una cosa es la falta de participación de las mujeres sindicalizadas, que se da por distintos motivos, y otra muy distinta es si estamos o no alejadas de las reivindicaciones feministas”, afirmó la dirigente.

Mujeres y disidencias presentes

Grethel Artola, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT y de la Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP), sostuvo a la diaria que la agenda de género “no se separa del resto”, sino que “es parte de un todo”. “En contextos de crisis, cuando el Estado se retira de los territorios, aumenta la pobreza infantil y el desempleo, se dan rebajas salariales para sostener el empleo y se eliminan o reducen políticas sociales como el Sistema de Cuidados, la repercusión es social y afecta aún más a las mujeres”, señaló.

Artola afirmó que todos estos temas forman parte de una “agenda con perspectiva de género que estuvo presente en los diferentes lugares de lucha: juntando firmas, debatiendo, concurriendo al Parlamento con diversos planteos y en las calles”. “Las mujeres y disidencias estuvimos presentes. Creo que se atendió lo urgente sin perder la perspectiva de género, entendiendo que los derechos conquistados deben cuidarse y defenderse siempre”, subrayó.

Feijoo señaló que lo que ocurrió en relación con los temas de género, fue que la administración de Lacalle Pou, como “todo gobierno conservador de derecha”, “hizo oídos sordos a todos los planteos que apuntaran a profundizar la agenda de derechos”. Según la secretaria, a esto se sumó el avance de las derechas en América Latina y el mundo, “con personajes nefastos que intentan instalar la mal llamada ‘ideología de género’, demonizando a los feminismos, porque juntas somos una fuerza revolucionaria”.

La dirigente sindical también apuntó que la “austeridad” del gobierno anterior se tradujo en “menos presupuesto para las políticas públicas, y con eso menos educación, salud, vivienda y menos recursos para combatir la violencia basada en género, menos trabajo de calidad; menos todo”. Y en ese contexto, “las mujeres, las disidencias y las niñeces pagamos el precio más alto”.

“Hubo hambre, pobreza y precariedad. Siempre faltaron recursos. Nunca fue urgente combatir los femicidios”, señaló la dirigente sindical. Para la secretaria, fue desde las organizaciones sociales, el movimiento feminista y el sindicalismo que se “puso un freno” para que la gestión de Lacalle Pou “no pudiera plasmar toda su perspectiva reaccionaria sobre los derechos de nuestro pueblo”.

El lugar de los feminismos en la lucha sindical

Feijoo explicó que las “prioridades” de la central sindical son definidas por los organismos que integran la central sindical y, en ese sentido, sostuvo que no existe un desplazamiento de los temas vinculados a la violencia machista en contextos socioeconómicos desfavorables frente a otras urgencias sociales.

“El PIT-CNT es una organización de masas, con determinada estructura; compañeras, compañeros y compañeres, sean feministas o no, intercambian y debaten en sus asambleas y en las direcciones de cada sindicato o federación cuáles son sus prioridades”, indicó. Señaló que esas inquietudes pueden ser trasladadas a la Mesa Representativa, “donde se debaten e intercambian las líneas de acción, entre todas las organizaciones sindicales, en función de un programa o de la propia coyuntura”.

A su vez, mencionó que la Mesa Representativa también recibe planteos de otras organizaciones sociales, feministas, de derechos humanos, animalistas, de ollas populares, de cooperativistas, entre otras. “Las prioridades siempre van a estar marcadas por las injusticias que viven las y los trabajadores, y las grandes mayorías de nuestro pueblo”, resaltó.

“El desafío es, o debería ser, incorporar los feminismos como un componente más de la lucha de clases, que nuestra identidad de clase con perspectiva de género se adopte con naturalidad en todas y todos. ¿Solamente con ‘despatriarcalizar’ es suficiente? Por ahora, la certeza es, claramente, que necesitamos más mujeres organizadas”, planteó.

Avances y desafíos

En relación con el lugar actual de las propuestas feministas dentro del PIT-CNT, Feijoo destacó los avances de los últimos años, aunque reconoció que aún queda mucho por recorrer. “Estamos avanzando de la misma manera que avanzamos en el resto de la sociedad. A veces, la palabra feminismo no es comprendida por el conjunto de las mujeres sindicalizadas, aunque muchas de ellas son las primeras en defender a sus compañeras frente a las inequidades; te dicen: ‘¡Pero yo no soy feminista!’”, señaló.

No obstante, aclaró que, más allá del proceso individual de cada persona y cada sindicato, el PIT-CNT sostiene de forma permanente la defensa de los derechos de todas las personas, la lucha por la igualdad y la equidad, y la búsqueda de nuevos mecanismos de participación.

“Somos feministas insertas en la militancia sindical; somos feministas de clase, antirracistas, anticapitalistas”, afirmó Feijoo y subrayó que ubicarse en ese lugar dentro del movimiento sindical ya representa un “avance”. “Los planteos están y transversalizan lo programático”, indicó, aunque reconoció que “falta mucho” y que “despatriarcalizar” el PIT-CNT “es un debe”. “Será un gran avance el día que podamos dar fraternalmente ese cambio”, resaltó.

Por su parte, Artola sostuvo que el PIT-CNT “ha mostrado un fuerte compromiso con las luchas feministas y de género en los últimos años”. Mencionó el apoyo activo a las movilizaciones y paros convocados cada 8 de marzo, así como la creación de la Secretaría de Género para “promover políticas inclusivas dentro del movimiento sindical”. Además, señaló que existen “puntos en común en el entendido de que los feminismos y el PIT-CNT tienen entre sus horizontes la lucha por la justicia social”.

Las oportunidades del gobierno actual

Las dirigentes sindicales señalaron a la diaria que el cambio de gobierno –y de orientación política– renovó la “expectativa” de que sus planteos sean considerados por la nueva administración. “Hoy tenemos otro escenario: un gobierno progresista y policlasista al frente del Estado, que abre una nueva expectativa frente al desastre anterior”, sostuvo Feijoo.

Por su parte, Artola destacó la diferencia en el vínculo con el gobierno actual: “Siempre decimos que el movimiento sindical es independiente, pero no indiferente. La apertura al diálogo marca una diferencia sustancial con el gobierno anterior, además de que existen puntos en común entre el programa de gobierno y el del PIT-CNT”.

En diálogo con la diaria, la directora del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Mónica Xavier, consideró que en los últimos cinco años el PIT-CNT hizo “reclamos fuertes”, en sintonía con las demandas de las organizaciones de la sociedad civil, donde sin dudas estuvo presente la violencia basada en género.

Recordó que en diciembre de 2019, durante el gobierno de Tabaré Vázquez, se declaró la emergencia en esta materia, aunque la medida “no tuvo eco en los años posteriores”. Según la jerarca, durante el gobierno de Lacalle Pou, más allá del aumento en el uso de tobilleras, “no hubo una política permanente de reconocimiento y sensibilización sobre la violencia basada en género”.

Xavier también mencionó el posicionamiento del PIT-CNT en temas económicos y sociales, como los reclamos salariales, que tienen una clara dimensión de género. “Las mujeres tenemos menos empleabilidad y, a lo largo de nuestras vidas, menores ingresos, entre otras razones, por la penalización que implica la maternidad”, afirmó.

“Junto con la autonomía económica que implica que una mujer tenga trabajo, están otros componentes –como la violencia o la necesidad de cuidados– que forman parte de los temas más significativos que vi presentes en la agenda y en los reclamos de trabajadoras y trabajadores, pero que atraviesan también al conjunto de la sociedad”, agregó la jerarca.

Sobre la disposición del actual gobierno a recibir los planteos del PIT-CNT, Xavier recordó que el pasado 10 de marzo, en el marco de la conmemoración del 8M, “hubo un compromiso de la igualdad de género como una condición para el desarrollo nacional y como una política de Estado”.

La directora del Inmujeres destacó que el mensaje fue respaldado por el presidente Yamandú Orsi, la vicepresidenta Carolina Cosse, el ministro de Desarrollo Social, Gonzalo Civila, y el propio instituto. En esa línea, expresó su confianza en que el gobierno “pueda implementar una serie de compromisos” orientados a “remover dificultades y brechas que enfrentan las mujeres en nuestra sociedad”.

Como ejemplo, mencionó el inicio del diálogo social sobre la seguridad social, que en sus distintas etapas incorporará la perspectiva de género en temas como los cuidados, las políticas dirigidas a la infancia y la adolescencia, y la situación de las mujeres jefas de hogar. A su vez, mencionó que el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social firmaron un acuerdo para promover la generación de espacios de cuidado en las cláusulas de género, en la negociación salarial.

“Son una serie de modalidades que promueven, sin duda, la rectoría y responsabilidad del Estado, pero también el involucramiento de la sociedad y de las comunidades, que en cada territorio pueden encontrar soluciones que contribuyan”, sostuvo Xavier. De todos modos, aclaró que “no se trata de una transferencia de responsabilidades hacia la sociedad”, sino de reconocer que “el Estado no debe hacerlo todo y que la sociedad puede generar una transformación cultural que, en cualquiera de estos temas, es imprescindible”.