Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La Vertiente Artiguista (VA) decidió apoyar la precandidatura de Yamandú Orsi para las internas frenteamplistas, y esto da pie para considerar las perspectivas de la disputa del “centro” en las próximas elecciones nacionales.

Desde que se aprobó la reforma constitucional de 1996, para ganar la presidencia de la República hay que lograr mayoría absoluta en la primera vuelta de octubre, o la mayoría de quienes voten a una fórmula en el balotaje de noviembre. Esta exigencia y la de candidaturas presidenciales únicas por lema consolidaron la polarización entre el Frente Amplio (FA) y los partidos Colorado (PC) y Nacional (PN), que se había ido acentuando durante décadas.

Después de la dictadura hubo sucesivos intentos de formar una fuerza política intermedia, pero sus líderes terminaron aliados con uno u otro de los dos grandes bloques. Sin embargo, el espacio no alineado de antemano existe, y define hacia qué lado se inclina la balanza electoral.

No se trata sólo de quienes siempre figuran como “indecisos” en las encuestas, ni solamente de personas “moderadas”. En la primera vuelta de 2019, una parte de la ciudadanía que solía inclinarse por el FA prefirió a Cabildo Abierto o a la candidatura de Ernesto Talvi por el PC, y en el balotaje del mismo año buena parte de esas personas cruzaron nuevamente la frontera porque no querían votar a Luis Lacalle Pou.

Los dos bloques necesitan, por lo tanto, afianzar las adhesiones con que cuentan y a la vez ganar confianzas entre quienes no los prefieren de antemano. Pocas candidaturas sirven para ambas cosas.

Las postulaciones nacionalistas que se perfilan con más fuerza por ahora son las de Álvaro Delgado y Laura Raffo, más atractivas para los ya convencidos que para sumar nuevos apoyos. En el resto del oficialismo no asoman opciones prometedoras para que la “coalición multicolor” recupere votantes desconformes o crezca.

En la oposición hay por ahora dos precandidaturas predominantes, y Carolina Cosse se ha ubicado en una posición más asociada con lo típicamente frenteamplista, mientras que el perfil cultivado por Orsi puede ganarle la confianza de personas reacias a votar al FA, pese a que integra el Movimiento de Participación Popular. La decisión de la VA subraya este perfil.

Es un panorama que le complica la vida al senador Mario Bergara. Él tiene potencial para atraer votos fuera del frenteamplismo tradicional, pero hay quienes piensan que si compite en las internas le quitará votos a Orsi, favoreciendo a Cosse, y prefieren que no sea precandidato.

Habrá, por supuesto, gente desconforme con el actual gobierno que no querrá apoyar ninguna candidatura del FA. En este espacio puede cosechar el nuevo partido cuya creación anunció el exsindicalista Richard Read, quien ya había manifestado su afinidad con Orsi y no descarta una alianza con el FA el año que viene.

Tal alianza no sería un aporte menor si el partido de Read logra representación parlamentaria, porque desde que hay balotajes siempre los ha ganado quien cuenta con mayorías en el Poder Legislativo a partir de los resultados de octubre, y así ofrece más garantías de gobernabilidad.

Hasta mañana.