El gobierno argentino, encabezado por el presidente Alberto Fernández, declaró el lunes 26 de julio un “estado de emergencia hídrica” por 180 días que abarca la cuenca de los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú. Según se expresó en un comunicado oficial, es “la bajante histórica más importante de los últimos 77 años”. La situación podría afectar el abastecimiento de agua potable, la navegación y operaciones en puertos, la generación de energía hidroeléctrica y el incremento en la posibilidad de incendios forestales. Las provincias más afectadas son Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires.
“Estamos frente a un problema ambiental que es multicausal; un escenario de cambio climático, una sequía que lleva un año y medio, una baja inédita. Sobre este escenario se montan acciones productivas que potencian negativamente ese fenómeno: la tala de bosques nativos, el desmonte en la alta cuenca del Paraná”, manifestó Sergio Federovisky, viceministro de Ambiente, a Página 12. Uno de los problemas de la zona es que productores intentan apropiarse de los humedales que quedan al descubierto por la baja hídrica, queman pastizales y construyen muros para que no vuelva a entrar el agua en la crecida. Buscan extender ilegalmente las zonas productivas, pero al mismo tiempo causan incendios forestales.
En el intento de frenar las consecuencias, en agosto, el Ministerio de Ambiente argentino otorgará un sistema de cámaras para la detección de humo y calor. El viceministro definió a los humedales como “esos ecosistemas cuyo servicio ambiental era retener el agua y soltarla cuando fuera necesario”. “Se ha dicho hasta el hartazgo que los humedales funcionan como esponjas. Bueno, para decirlo brutalmente, esas esponjas desaparecieron”, sentenció. Remarcó que el déficit hídrico es “un desastre natural” y “no es un castigo divino: el origen es socioambiental, está asociado a un modo de producción y consumo”.
El Instituto Nacional de Agua realizó un informe técnico en que determinó que en Rosario el río ya bajó más de tres metros su nivel conocido. La altura promedio en invierno era de 3,2 metros; mientras que el 25 de julio fue de -0,17 metros. El caudal del río Paraná es de 6.000 metros cúbicos por segundo. Dentro del análisis del instituto se enfatizó: “La tendencia descendente observada continuará en las próximas semanas, con muy alta probabilidad de que la bajante persista durante el invierno y posiblemente siga una tendencia similar en el último trimestre del año”. El piso histórico del río fue, en 1944, de 5.800 metros cúbicos. El organismo ve posible que en futuros escenarios se llegue incluso a niveles más bajos.
Mientras autoridades del Ministerio de Seguridad sostienen que no se le está pidiendo a la población un cuidado extra con el consumo del agua, la empresa estatal proveedora de agua, Aguas Santafesinas, advierte que como “la tendencia es de bajante”, hay posibilidades en el “futuro cercano” de “estar obligados a restringir la presión del servicio” cuando no se pueda captar agua suficiente del río. También ha traído complicaciones en la central hidroeléctrica compartida entre Paraguay y Argentina, Yacyretá, que está operando a la mitad de su capacidad, y en las centrales nucleares de Zárate, ubicadas a 90 kilómetros de la capital, donde se tuvo que contratar una draga para asegurar la disponibilidad de agua.
La escasez de agua también repercutió en el comercio por hidrovía: por el río Paraná salen al resto del mundo 2.500 buques por año, que transportan soja, maíz, harina, aceite, combustible. Desde hace un par de meses su capacidad máxima de carga se redujo 10%, por la baja profundidad. La Bolsa de Comercio de Rosario afirmó que el sector agroexportador tendrá una pérdida de 315 millones de dólares por el aumento de los costos logísticos y de transporte.
El gobierno argentino anunció un fondo especial de 100 millones de pesos para las zonas afectadas. Según expresa el comunicado en que se hizo público el estado de emergencia hídrico, se van a adoptar medidas para “mitigar las consecuencias de la grave situación que genera la bajante”. Distintas áreas participan en los ámbitos de discusión y el jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, está promoviendo reuniones en la Casa Rosada.