En mayo el Banco Europeo de Inversiones (BEI) realizó una encuesta sobre las percepciones vinculadas al clima por parte de habitantes de Latinoamérica y el Caribe, con el objetivo de conocer sus expectativas respecto al cambio climático y su abordaje gubernamental. De acuerdo a la información difundida, los resultados arrojan que 84% de los 500 uruguayos que participaron de la investigación “está a favor de medidas gubernamentales más estrictas” para hacer frente a la problemática.
Además, 58% afirmó que esta situación perjudica sus ingresos económicos y 42% que lo “afecta mucho”. En ese sentido, el BEI contempló las consecuencias de la crisis hídrica, que provocó que 57% de los uruguayos sufriera la escasez de agua en condiciones marcadas por “el desabastecimiento y conflictos por los recursos hídricos”. Según la institución, “se trata de la tasa más alta de todos los países latinoamericanos donde se ha llevado a cabo la encuesta”.
Por otro lado, con relación a la actuación del Estado ante el cambio climático, 88% consideró que “la atención debería centrarse en el medio ambiente y el crecimiento sostenible, en lugar de en el crecimiento económico a cualquier precio”, señaló el informe. Para 83%, las nuevas políticas mejorarán su vida cotidiana, “por ejemplo, a través de la alimentación y la salud”. A la vez, 77% opinó que serán una fuente de “crecimiento económico y riqueza” para el país.
Respecto a los recursos que podrían utilizarse para la implementación de nuevos métodos sostenibles, 82% de las personas se mostró a favor de que se le dé prioridad a las inversiones en energías renovables. En esa línea, 49% prefiere fuentes “de gran envergadura” como centrales hidroeléctricas, eólicas, solares o geotérmicas, y 33% a las “de menor tamaño”, como paneles solares.
Por último, la investigación también arrojó que 24% de los uruguayos piensa que podría tener que trasladarse a otra región o país debido al cambio climático. Esta posibilidad tiene mayor lugar entre los encuestados más jóvenes: 32% de las respuestas positivas fueron expresadas por menores de 30 años. Aún así, el BEI asegura que “las cifras son mucho más elevadas” en otros lugares del continente, como en Argentina, en donde el índice es de 50%.