Hace poco más de una semana, la diaria informó que el empresario y político estadounidense Roque de la Fuente propuso invertir casi ocho millones de dólares en un teleférico que pretende instalar en el cerro Pan de Azúcar. No es la primera vez que tiene proyectos en nuestro país, ya que desde hace 20 años invierte en negocios vinculados con nuestra costa. El intendente de Maldonado, Enrique Antía, aprobó la iniciativa que presentó el privado para llevar adelante la infraestructura y envió el expediente a la Junta Departamental. Las alertas por los impactos ambientales que podría generar el teleférico no demoraron. Sin ir más lejos, una de las voces que se pronunció fue la Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar. La organización elaboró en 2023 una propuesta para que el territorio ingrese al Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

¿Cuál es la riqueza que tenemos en el cerro Pan de Azúcar y de qué impactos lo debemos proteger? Sobre esto trata la propuesta que presentaron ante el Ministerio de Ambiente y a la que accedió la diaria. Antes de continuar, una advertencia: la importancia del sitio no es sólo ambiental −si bien es considerada como una isla de biodiversidad y tiene características únicas−, sino también arqueológica, científica, educativa y, para muchos, espiritual. A su vez, los impactos que sufre el cerro son varios. El fuego causado por seres humanos y la expansión inmobiliaria que arrasa con los espacios verdes, los fraccionamientos de padrones que ayudan a la proliferación de esta última actividad y la invasión de especies exóticas que pone en riesgo a las nativas son tan sólo algunos ejemplos.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Una historia reciente con colibríes, venados de campo y Darwin

La propuesta de ingreso al Sistema Nacional de Áreas Protegidas fue firmada por Camilo Abreu, Manuel Asuaga, Martín Coronel y Mercedes Valdés, integrantes de la Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar. El área se ubica dentro del municipio de Piriápolis, Maldonado, y está ubicada a 5 kilómetros de la costa. “Se trabajó en la delimitación del área, tomando como centro el cerro Pan de Azúcar, Cerro Negro y las Sierras de las Palmas, ya que poseen alto valor de biodiversidad” y yacimientos arqueológicos, expresan. Enseguida, apuntan que la propuesta tiene una dimensión total de 2.347 hectáreas, donde se incluyen 240 padrones rurales y 1.711 padrones suburbanos. Los autores señalan que, con base en el mapa de usos de suelo, se destaca la presencia de “monte nativo, zonas arbustivas y suelos herbáceos naturales”. Por otro lado, también “se observan algunas zonas forestadas y lugares con cultivos menores a cinco hectáreas (viñedos, olivos y secano), que hasta el momento no presentan una gran amenaza para el área protegida”.

En el documento mencionan que el cerro Pan de Azúcar, con sus 389 metros sobre el nivel del mar, es “una de las elevaciones más destacables del paisaje geográfico de la costa este de Uruguay”, explicando las razones para ello y también realizando un recorrido sobre la historia del lugar, entre otras coas, citando relatos de personajes históricos que pasaron por allí. Por ejemplo, en 1778, el explorador Alejandro Malaspina escribió que “el cerro del Pan de Azúcar domina el lado occidental convertido en un esplendoroso jardín botánico adornado de minúsculos colibríes”. Más de 50 años después, en 1832, Charles Darwin describió al cerro Pan de Azúcar como un “accidente geográfico bien conocido por todos los que han navegado el Río de la Plata aguas arriba”. En 1890 el área fue fragmentada cuando “Francisco Piria compró una estancia cuyos límites abarcaban desde el cerro Pan de Azúcar hasta el puerto Inglés, actual puerto de Piriápolis”. Este último realizó varias actividades agroindustriales y “modificó en poco tiempo el paisaje de la zona”. La actividad minera fue de las predominantes hasta mitad del siglo pasado.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Finalmente, décadas después, la Intendencia de Maldonado “expropió esta área e instaló un parque turístico y reserva de fauna autóctona”. Relatan que en 1980, a partir del impulso del naturalista Tabaré González, se creó la Estación de Cría de Fauna Autóctona (ECFA), que se encuentra en el padrón municipal. Dos años después la comuna fernandina inauguró el Parque Municipal Cerro Pan de Azúcar, e indican que continúa vigente “el proyecto, aportando en el campo de investigación y educación, a través de convenios con instituciones y centros educativos a nivel departamental, nacional e internacional”. Se han realizado un gran número de trabajos académicos en el sitio. Por citar tan sólo un ejemplo, a partir de una articulación con el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, se busca salvar a nuestro venado de campo, una especie nativa que está al borde de la extinción.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Híbridos abuelos y una isla de biodiversidad

Manuel Asuaga, uno de los promotores de que el cerro Pan de Azúcar ingrese al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, se emociona al hablar del territorio, en especial cuando cuenta a la diaria sobre las particulares palmeras que pueden encontrarse. “Hay mucha gente que no lo sabe, pero en el cerro las palmeras butiá comparten ambiente con otra palmera nativa, la pindó. Ellas se mezclan y forman un híbrido que se llama Butyagrus nabonnandii. Para que aparezca tienen que darse condiciones e interacciones ambientales muy importantes y raras”, señala. En la propuesta los autores subrayan que en “el cerro Pan de Azúcar y sus adyacencias se da la mayor concentración de estas palmeras híbridas en el mundo”. También explican que este sitio es uno de los pocos lugares del país donde el híbrido “se da naturalmente”.

“A uno de estos ejemplares le llamamos híbrido abuelo. Es una palmera que tiene en el entorno de 35 metros de altura y una edad estimada de 250 a 300 años. Es increíble verlo. A este híbrido lo han venido a ver desde los albores de 1800. Rompe con todo lo que te podés imaginar de las cosas comunes que pasan en la botánica. Es increíble el tamaño, el lugar donde está, todo”, describe. Manuel, que estudió biología en la Facultad de Ciencias y ve el Cerro Pan de Azúcar desde su casa, se fascinó con esta especie desde que era adolescente. Hace más de 25 años la salvaguarda y releva; en el camino se encontró con más personas que, dice, “tienen el mismo bichito de la curiosidad de incursionar en el sitio”. De esta forma, nació la propuesta de ingreso.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Manuel describe el territorio como “una caja de Pandora”. En la propuesta le llaman una “gran isla biodiversa”. “Entendemos el cerro Pan de Azúcar como una isla biológica, ya que dada su topografía aún mantiene zonas con poca alteración, en comparación con su periferia que ha sufrido una profunda modificación de origen antrópico. La forestación, el desarrollo agroindustrial y urbanístico desde principios del siglo pasado han desencadenado ciertas presiones que atentan con la conservación de este paisaje natural y sus nichos ecológicos. No obstante aún sigue manteniendo características testimoniales de la matriz original”, manifiestan. En el documento reportan que hasta el momento se han relevado en el área 332 especies vegetales, de las que 35 son prioritarias para la conservación según los criterios del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

A su vez, indican que el cerro se compone “por una gran heterogeneidad de ambientes”. Uno de ellos es la cima, donde “predominan sitios extremadamente expuestos, por ejemplo, las losas graníticas las cuales son el hogar de la clásica vegetación xerófila (asociada a suelos con poca humedad) donde se destacan los cactus, herbazales y matorrales muy achaparrados debido a la acción constante del viento y sol”. Otro es la zona media, que se caracteriza por albergar “extensas zonas de matorral serrano, compuesto por las típicas especies propias de este ecosistema, como por ejemplo espina de la cruz (Colletia paradoxa), chirca de monte (Dadonaea viscosa), molle rastrero (Schinus engleri)”, entre otras. Aquí también se encuentran algunas especies prioritarias como la palmera butiá (Butia odorata). También existen bosques con condiciones ambientales que permiten el crecimiento de especies como la orquídea terrestre Galeandra beyrichii o helechos como la calaguala (Rumohra adiantiformis).

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Por otro lado, en el área existen registros de 191 especies de animales, compuestas por 32 mamíferos, 119 aves, 26 reptiles y 14 anfibios. Asimismo, en la ECFA hay 46 especies en cautiverio y “algunas de ellas son prioritarias para la conservación”. “Algunas especies se han escapado del cautiverio logrando reproducirse, generando pequeñas poblaciones silvestres, como es el caso del pecarí de collar (Pecari tajacu), el cual se consideraba extinto en el país. Otra de las especies escapadas que prospera en la zona es el coatí (Nasua nasua), encontrándose fuera de su rango de distribución natural, lo que puede llegar a ser una amenaza para el funcionamiento del ecosistema”, manifiestan.

Un monumento natural

La asociación propone que el cerro Pan de Azúcar ingrese al Sistema Nacional de Áreas Protegidas bajo la categoría de Monumento Natural, entendida como “aquella área que contiene normalmente uno o varios elementos naturales específicos de notable importancia nacional, tales como una formación geológica, un sitio natural único, especies o hábitats o vegetales que podrían estar amenazados, donde la intervención humana, de realizarse, será de escasa magnitud y estará bajo estricto control”. A su vez, suman otros dos elementos que le dan aún más importancia al área.

Indican que el cerro y la Sierra de las Palmas “vierten aguas hacia la cuenca de la Laguna del Sauce a través de las cañadas ‘zanja honda’ y ‘zanja encantada’, declaradas como zona de amortiguación de la Laguna del Sauce” en octubre de 2015. Afirman que la conservación de este cuerpo de agua es “un derecho humano”, ya que de este se abastecen entre 140.000 y 300.000 habitantes. En otro orden, también se encontró arte rupestre en el cerro Pan de Azúcar que “pertenece al legado de grupos humanos que vivieron entre 2.500 y 5.000 años atrás”. “El arte rupestre es testimonio del proceso prehistórico de nuestro país, como patrimonio cultural debe ser valorado y protegido”, enfatizan.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Cerro Pan de Azúcar. Foto: Asociación Civil Pro Conservación del Cerro Pan de Azúcar.

Amenazas actuales

El teleférico que propone instalar Roque de la Fuente puede llegar a convertirse en una amenaza futura, ¿pero qué sucede actualmente en el territorio? En la propuesta se ponen sobre la mesa varias fuentes de presión, entre ellas la invasión de especies exóticas invasoras, el turismo masivo y los fraccionamientos. Sin ir más lejos, la ECFA recibe 600.000 visitas anuales y entre noviembre y marzo un flujo alto de personas suben el cerro, alcanzando un máximo de 1.000 visitas diarias en Semana de Turismo. También alertan sobre “el desarrollo inmobiliario desmedido o intrusivo con el ambiente”. “En la actualidad se está dando una alteración en el paisaje, causada por el fraccionamiento de nuevos emprendimientos inmobiliarios (hotelería y chacras turísticas), generando caminería, embalses e introducción de flora exótica con fines de parquización”, señalan.

Manuel recuerda el conflicto que se generó con el barrio Sierras del Tirol, cuya locación está dentro de la propuesta de área protegida. “Era un padrón de 90 hectáreas, lo fraccionaron, destrozaron el monte nativo y justo en este lugar hay dos cañaverales de especies nativas muy importantes. El último incendio que hubo en el cerro Pan de Azúcar fue porque estaban quemando los cañaverales, que es un nicho biológico muy importante para los ofidios. En verano las víboras se meten ahí porque hay muchos sapos y ranas. Está fresco y tienen comida, entonces se quedan. Mucha gente, que tiene una capacidad asombrosa para destrozar, los quema”, relata. Antes de que sea tarde, sería interesante priorizar la protección de un sitio que se encuentra en peligro por viejas y nuevas amenazas generadas por los seres humanos.