La Laguna del Cisne es la única laguna natural de Canelones. Desde 1970 provee de agua potable a la población de la Costa de Oro y se encuentra en graves problemas por las actividades que llevamos adelante los seres humanos.
Tradicionalmente, los usos del suelo en la cuenca eran agropecuarios, con un fuerte uso de plaguicidas. En 2016, la Junta Departamental de Canelones decidió impulsar una serie de medidas cautelares con el objetivo de reducir el uso de productos que afecten la salud, el ambiente y —de esta forma— preservar la calidad del agua. Para lograrlo, determinó que los sistemas productivos que estaban vigentes hasta aquel momento debían transitar hacia otros más sostenibles, como la producción agroecológica y orgánica.
Sin embargo, investigaciones académicas recientes detectaron que las medidas no fueron suficientes para detener la degradación. La Laguna del Cisne se encuentra en peligro y, como si fuera poco, aparece una nueva amenaza: el avance inmobiliario. En este contexto, vecinos organizados denuncian la instalación de un barrio privado que podría aportar aún más vulnerabilidades a la principal fuente de agua potable del departamento canario y también la falta de participación en torno a la problemática.
73 pedacitos
En 2023, el estudio Boix —que, por ejemplo, según su página web ha llevado adelante proyectos como los barrios privados Pilar de los Horneros y La Juana— presentó una iniciativa para fraccionar padrones en la cuenca de la Laguna del Cisne. Al tratarse de suelo rural, para poder dividir los predios, deben solicitar permiso a las autoridades. Según manifestó el privado en un documento que presentó en la Intendencia de Canelones, al que accedió la diaria, busca crear “una urbanización con características de chacras rurales individuales”. Proyectan construir 73 chacras “con un área mínima de tres hectáreas con acceso por servidumbres de paso”. “La chacra 73 se compone de 35,7 hectáreas y es la única que tiene contacto con la Laguna del Cisne coincidiendo con el área rural natural establecida en el Plan Costa de Oro. Está previsto que sea propiedad de las demás chacras a modo de regular su conservación. Las demás chacras se encuentran en el área rural productiva”, dice.
El proponente relata que el proyecto tiene un perfil de “tipo vivienda habitacional no permanente, no se prevé que tengan perfil productivo”. Asimismo, añade que el “uso y actividades dentro del fraccionamiento estarán reguladas por un reglamento de copropiedad que establecerá condiciones de comportamiento”. Indica que “actualmente el área del emprendimiento se encuentra totalmente en estado natural, es una zona con escasas áreas impermeables cuyo uso se destina al pastoreo de ganado”.
Luego, sin aportar evidencia, el texto que el estudio Boix presentó a la comuna canaria señala que “este cambio de uso de suelo en una parte de la cuenca de la Laguna del Cisne traerá aparejado una disminución de nutrientes a la laguna”. Más adelante, se afirma que “el aumento de escorrentía debido a las nuevas edificaciones genera cambios en la cobertura vegetal, disminuyendo áreas permeables y aumentando la superficie impermeable de la cuenca”, sin ahondar en que al haber más escorrentía, los peligros de contaminación son mayores.
El estudio también plantea crear “sistemas de drenaje sustentable” que “permiten mitigar el impacto causado por el aumento de impermeabilización prevista para el emprendimiento”. Las chacras, de aprobarse, se abastecerán de agua subterránea “mediante perforaciones individuales”. Las aguas servidas se descargarán en “depósitos impermeables individuales con disposición final mediante barométrica”. De esta forma, se propone fraccionar padrones ubicados en la cuenca de la Laguna del Cisne en 73 pedacitos.
La laguna como paquete de venta
Pau Padrón es integrante de la Comisión en Defensa de la Laguna del Cisne y Yasyry. En diálogo con la diaria, pone sobre la mesa que el espacio donde se debería haber discutido el proyecto inmobiliario es en la Comisión de Cuenca de Laguna del Cisne y el arroyo Solís Chico, que es convocada por la Dirección Nacional de Aguas del Ministerio de Ambiente. “Es donde debe hacerse efectiva la participación de todos los actores que estamos en el territorio. Si bien reivindicamos estos espacios, también entendemos que en realidad la participación no está siendo real, efectiva. Las reuniones han sido siempre muy esporádicas y —en general— son convocadas a partir de demandas. Lo que está sucediendo es que se convoca cuando hay proyectos, como el del barrio privado, que ya están casi consumados o con un grado de avance y la Comisión de Cuenca termina funcionando como un trámite donde se presentan estas iniciativas, pero sin habilitar la discusión profunda sobre la planificación”, subraya.
Por ejemplo, Pau relata que la iniciativa del fraccionamiento presentada por el estudio Boix se trató al final de la penúltima Comisión de Cuenca de la Laguna del Cisne, que tuvo lugar en setiembre. “Fue después de tres horas de sesión, donde se había discutido otra iniciativa, la del cangrejal. Fue una presentación de la Intendencia, donde explicó cómo este proyecto se ajustaba a la normativa vigente. Nosotros recién habíamos tenido acceso al expediente, porque hicimos una solicitud de acceso a la información pública. Planteamos que necesitábamos tiempo para analizarlo y poder dar una contraargumentación. No hubo un debate sobre este proyecto, se nos informó”, describe.
Pau expresa que la infraestructura del barrio privado “ya se inició” y que han detectado remoción de suelo, construcción de piscinas y de un muelle —este último ubicado en suelo rural natural, que tiene más restricciones de uso—. “El proyecto genera segregación territorial. Va a haber un barrio privado con acceso VIP de lujo a la laguna, que es un bien común. ¿Cómo va a ser el acceso? Están fomentando a la laguna como parte del paquete de venta. Están vendiendo la laguna, la fuente principal de agua potable en la Costa de Oro, que además está en una situación muy frágil”, apunta.
Desde su perspectiva, lo que “está en juego es lo suficientemente delicado como para que no nos podamos permitir ningún margen de error” en cuanto a estimar la potencial contaminación. “Por esta razón se vuelve tan crucial que no se consolide. Todavía tenemos la expectativa de que la Intendencia de Canelones registre esto. Es triste porque puso mucho esfuerzo en la gestión de esta cuenca, hay convenios con la Universidad de la República para el monitoreo de calidad de agua y eso es bueno. El tema es qué hacemos una vez que tenemos la información”, menciona. Por otro lado, también han hecho denuncias en el Ministerio de Ambiente, que aún no han sido respondidas.
“Nuestra reivindicación es volver a una cuenca con vocación agroecológica, con gente produciendo, viviendo en la zona y defendiendo a los pequeños productores, muchas están en nuestro colectivo, para que puedan permanecer y seguir con el proceso. No queremos seguir sumándole usos del suelo a la cuenca, que debería ser pensada estratégicamente para el abastecimiento de agua potable a una zona que está en crecimiento, como la Costa de Oro”, finaliza Pau.
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La visión del gobierno departamental
Paola Florio, directora de Planificación de la Intendencia de Canelones, dijo a la diaria que el fraccionamiento “no lo aprueba” la comuna, sino la Dirección Nacional de Catastro y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. “Nosotros controlamos lo que nos manda el privado. El privado, previo a que ingrese a Catastro, pasa por la Intendencia. Nosotros cotejamos que se dé cumplimiento a las previsiones de los planes de ordenamiento territorial y las áreas protegidas. En particular, en este fraccionamiento, se logró algo que no se logra nunca, que es que el área rural natural quedó expresamente en un lote afuera del área que se fracciona”, manifestó.
Asimismo, Florio expresó que la comuna lo que hace es transmitir a Catastro si los fraccionamientos cumplen con la normativa. En el caso del proyecto en la cuenca de la Laguna del Cisne, la Intendencia de Canelones entiende que lo que los proponentes presentaron “cumple con la normativa”. “El fraccionamiento no está aprobado, ni lo aprobamos nosotros. Si uno ingresa a la página de Catastro, sigue vigente el padrón madre”, indicó. Por otro lado, señaló que se expidieron sobre el fraccionamiento y que “lo que se vaya a hacer después allí, habrá que discutirlo”.
En otro orden, Florio relató que recibieron denuncias por movimientos de suelo en la zona y se realizó una inspección. “Estaban haciendo un camino de acceso, que se puede hacer en un padrón rural. Estaban muy lejos de la laguna, lo cotejamos. De todas maneras, se los intimó a regularizar las obras existentes en el predio. Tenían viviendas y galpones, cosas que cualquier padrón rural tiene. También se los intimó a regularizar en la Intendencia y Ministerio de Ambiente un muelle que estaba construido. Lo mismo con una forestación que estaba en desuso, pero según la ordenanza forestal tenían que hacer la limpieza”, añadió.
A su vez, se consultó a Florio sobre si tendrían que actualizarse las normativas con las que se protege la Laguna del Cisne ante el cambio de uso del suelo por proyectos inmobiliarios. Respondió que “un primer paso” tuvo lugar en noviembre cuando la comuna emitió una resolución que se basó en el Compromiso Canario por el Agua, un documento que fue elaborado por el gobierno departamental en coordinación con el Centro Universitario Regional del Este (CURE). Allí se solicita al Ministerio de Ambiente que considere otorgar a la laguna la clasificación como clase 1, según lo dispuesto en el Código de Aguas. La clase 1 refiere a las “aguas destinadas o que puedan ser destinadas al abastecimiento de agua potable a poblaciones con tratamiento convencional”.
Asimismo, en la resolución también solicitaron a OSE que evalúe “las estrategias necesarias para avanzar en la mejora de los procesos de potabilización del agua, en particular el manejo y disposición final de los barros de potabilización”. En esta línea, encomendaron a las direcciones de la Intendencia a “asegurar una adecuada ejecución de las medidas planteadas [en el Compromiso Canario por el Agua], a efectos de dar sustento a la definición de la Laguna del Cisne como clase 1 y al compromiso asumido por este gobierno departamental”. En este sentido, Florio destaca que en el compromiso se hace hincapié en la “planificación y desarrollo sustentable del uso residencial del territorio” y también en el “desarrollo de sistemas de saneamientos seguros”.
Laguna del Cisne no soporta más presiones
Sistemas acuáticos canarios: estado del conocimiento y gestión ambiental, se llama un informe que realizó el CURE en convenio con la Intendencia de Canelones. Fue publicado en junio de este año y su coordinación general estuvo a cargo de Guillermo Goyenola, investigador del Departamento de Ecología y Gestión Ambiental del CURE. Cabe destacar que, además, es uno de los profesionales que más ha dedicado tiempo a estudiar la Laguna del Cisne. En el trabajo existe un apartado específico para este cuerpo de agua y se evidencian sus amenazas. Las principales: los altos niveles de fósforo total y de nutrientes que detectaron.
Por nombrar tan sólo un ejemplo más, se citan los resultados de la investigación Monitoreo multicompartimental de pesticidas heredados y usados actualmente en un lago subtropical utilizado como fuente de agua potable (Laguna del Cisne, Uruguay) que tiene como primer autor a César Rodríguez. De allí se desprende que “el análisis de muestras de agua permitió detectar la presencia de 29 plaguicidas, varios de uso prohibido en Uruguay” y de “otros plaguicidas con solicitudes de prohibición y de severa restricción”. De 120 muestras de agua analizadas, solamente 18 “no presentaron ningún compuesto”. En esta línea, de 212 muestras provenientes de 15 especies de peces, 68,6% dieron positivo para al menos un compuesto. Se detectaron 14 compuestos distintos, 5 de ellos prohibidos para su aplicación en Uruguay.
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Volviendo al informe de Goyenola y los demás investigadores del CURE, son contundentes en sus afirmaciones: “El mantenimiento de la calidad ecosistémica de la Laguna del Cisne debe ser entendido como un objetivo central en la gestión ambiental del Departamento. Resulta imprescindible tomar los recaudos necesarios para disminuir la presión hacia la intensificación del suelo en la cuenca y aumentar el nivel de cumplimiento de la normativa de protección ambiental vigente. Resulta necesario redoblar los esfuerzos públicos para revertir la tendencia hacia el deterioro ambiental y ajustar las medidas que aseguren la restauración ecosistémica y los servicios insustituibles que brinda a la sociedad”.
Recuerdan que en 2011, cuando escribieron el primer informe diagnóstico de la Laguna del Cisne, sus principales amenazas eran “la vulnerabilidad frente a intervenciones que generen disminuciones en la turbidez/aumento de la transparencia del agua”; “la intensificación y cambios en el régimen de uso del suelo de la cuenca”; “la disminución de la cobertura de los humedales asociados”; “el aumento de la carga de nutrientes”; “la utilización de agrotóxicos”; “la variabilidad y cambio climático” y “la inexistencia de una Comisión de Cuenca”. “Más de una década después el planteo mantiene total validez. La ahora sí existente Comisión de Cuenca es sin duda el ámbito para avanzar hacia un proyecto que asegure la calidad ambiental de la cuenca y que la Laguna pueda continuar siendo fuente de agua potable segura”, determinaron los científicos en la conclusión del apartado que refiere a Laguna del Cisne.