Las organizaciones sociales en Paysandú están unidas desde hace meses para alertar que la planta de combustibles sintéticos de HIF Global tendrá impactos socioambientales en el departamento. Actualmente existen dos iniciativas que impulsan la recolección de firmas para llamar a un referéndum departamental para prevenir los daños.

Uno es difundido por la Intersocial Paysandú junto con colectivos ambientales. La iniciativa popular pretende declarar como reserva natural departamental los padrones 11.950 y 11.951 (en los que HIF Global quiere instalar la planta de combustible, sitio que se encuentra frente al río Uruguay y la futura área protegida Islas del Queguay), el padrón 7.000 (isla San Francisco Grande) y el 3.045 (isla San Francisco Chica). En este territorio quieren impedir, a través del instrumento, “cualquier construcción con fines industriales”. Por otro lado, según consignó El Zumbido, otra juntada de firmas es avalada por el grupo Paysandú por un Uruguay Soberano, la Agremiación Federal de Funcionarios no docentes de la Universidad de la República, la Federación Uruguaya de Vivienda por Ayuda Mutua, entre otros actores. El conjunto de organizaciones pretende prohibir la instalación de “las mal llamadas plantas de hidrógeno verde en todo Paysandú”.

En paralelo, han tenido lugar discrepancias a nivel gubernamental. El 27 de febrero, la Junta Departamental de Paysandú votó el Programa de Actuación Integrada Complementario que permitía la recategorización de los dos padrones, que cubren 440 hectáreas, donde pretende instalarse la compañía. Este proceso es uno de los tantos necesarios para que HIF Global pueda instalar su planta en el sitio. 27 ediles votaron a favor y dos edilas en contra. Según establece la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, este tipo de herramientas deben contar con una Evaluación Ambiental Estratégica aprobada por el Ministerio de Ambiente. En torno a este último punto se generó controversia: la postura de la cartera ambiental es que no tuvo su aprobación, mientras que la Intendencia de Paysandú afirma que sí la obtuvo de facto.

El Área de Gestión Ambiental para el Desarrollo Sostenible del Ministerio de Ambiente, en un informe del 13 de mayo de este año al que accedió la diaria, dice que el Programa de Actuación Integrada Complementario “involucra un cambio muy significativo sobre los usos del suelo” en los padrones y genera “el desarrollo de un nuevo enclave industrial con los cambios que esto trae aparejado, involucrando también la tala de una extensión importante de bosque nativo con implicancias directas en la protección de la biodiversidad”.

Subraya que la zona de intervención está localizada en “un área de alto valor para la conservación de la biodiversidad, albergando varios ecosistemas amenazados, claves para la provisión de servicios ecosistémicos”. En concreto, recuerda que pretende modificarse una zona ubicada sobre el río Uruguay, lindera con el área protegida Islas del Queguay y a un área de importancia internacional para la conservación de las aves. Por otro lado, señala que los padrones “están dentro del conector regional para la biodiversidad denominado Valle del Río Uruguay”. Cuenta que esta zona también está próxima al área protegida Montes del Queguay y, por esta razón, considera importante “la prevención de afectaciones” que puedan “resultar en impactos en dichas áreas”.

“El bosque nativo ocupa una importante área del espacio donde se prevé la instalación de la planta”, determina el documento. Suma que la instalación del “enclave industrial” implicaría la tala de aproximadamente 110 hectáreas de bosque nativo y también afectaría una gran proporción de los “bosques latifoliados de planicie vargedícola” y “bosques latifoliados de planicie mesófila” presentes en Paysandú. “Los bosques juegan un rol clave para la conservación de la biodiversidad. No sólo son importantes porque constituyen el hábitat para varias especies de fauna y flora, sino que son esenciales para la protección de algunas de las especies amenazadas del país y constituyen importantes corredores biológicos, dando conectividad entre distintos ecosistemas. Adicionalmente brindan servicios ecosistémicos relacionados con ciclos hidrológicos, cumpliendo también roles para prevenir la erosión y contaminación de aguas”, explica el informe técnico.

En este sentido, considera que para aprobar la Evaluación Ambiental Estratégica del Programa de Actuación Integrada Complementario (PAIC) debería “modificarse, de forma tal que permita la conservación de la mayoría” de los ecosistemas y asegurar la conectividad de ellos en el área de influencia para evitar el “deterioro” y apostar por la “conservación de la biodiversidad”. El documento también menciona que la Intendencia de Paysandú interpretó “erróneamente” que “el plazo para la consideración de la aprobación de la Evaluación Ambiental Estratégica del PAIC ha vencido”. “Esta área señala que el proceso de aprobación se encuentra en curso [...] habiéndose cumplido todas las instancias formales correspondientes, en el plazo y condiciones correspondientes”, añade. Esta posición fue adelantada por el ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño, durante su entrevista con la diaria.

Discusiones por aquí y por allá

La planta de HIF Global continúa siendo objeto de discusiones, incluso con nuestros vecinos. Sin ir más lejos, el gobernador de la provincia argentina de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, tuvo una reunión en marzo con el presidente de la República, Yamandú Orsi, en la que le pidió reubicar la planta que se encontrará frente a la ciudad argentina de Colón. A su vez, El Observador informó que Josefina Minatta, fiscal federal argentina, inició una investigación de oficio por posibles efectos negativos de la planta. El presidente Orsi, el domingo, dijo al mismo medio que hay que entablar diálogo con los argentinos. “No cometamos los mismos errores que cometimos antes. Hay que cuidar mucho esa forma y no siempre se han cuidado”, manifestó haciendo referencia al conflicto por la instalación de la pastera de Botnia.

El jueves, la ministra de Industria, Energía y Minería (MIEM), Fernanda Cardona, reconoció que están trabajando en “achicar” y “correr” de lugar el megaemprendimiento, según constató Telemundo. Cardona indicó que la compañía “tiene que tratar de generar lo mismo en menos espacio y, al mismo tiempo, correrse”. Sin embargo, sostuvo que “no se puede correr” del departamento ni muchos kilómetros “porque requiere el CO2 de Alur [Alcoholes del Uruguay]”.

A nivel departamental el tema también generó fricciones. El exsubsecretario del MIEM y actual diputado del Partido Colorado Walter Verri manifestó a El Telégrafo que el “proyecto ejecutivo de la planta lleva muchas horas de estudios, análisis y cálculo, tiene 82% de avance”. “No podemos hablar de que estamos en foja cero”, remarcó. Asimismo, consideró que “desperdiciar o tratar de correr del departamento a la mayor inversión de la historia de Uruguay” es “un desacierto” y que le genera “preocupación” que “los propios sanduceros junten firmas para que los emprendimientos que van a generar fuentes de trabajo no se instalen en el departamento”. Catalogó que quienes recolectan firmas “simplemente se manejan con un panfleto ambientalista que no refleja la realidad”. “Por suerte, el proyecto no está en foja cero y hay un acuerdo que se firmó con nuestro gobierno”, acotó.

Ante las declaraciones del representante, la Intersocial Paysandú y el colectivo Ambiente y Diversidad emitieron un comunicado donde subrayan que el proyecto “no tiene la Viabilidad Ambiental de Localización que otorga el Ministerio de Ambiente” y que “está lejos de haber presentado el Estudio de Impacto Ambiental requerido para obtener la Autorización Ambiental Previa”. Recuerdan que HIF “no puede realizar ninguna actividad antes de contar con esta autorización”. Declaran que, luego de la aprobación del PAIC por parte de la Junta Departamental de Paysandú, “la Intendencia promulgó un decreto para actualizar la categorización de los padrones y solicitó a la Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial [Dinot] registrar la modificación en el inventario nacional”. “La Dinot no hizo avances con respecto a esa inscripción argumentando que subsisten diferencias jurídicas entre la comuna sanducera y el Ministerio de Ambiente y, mientras no se resuelva esa discrepancia, no se puede registrar la modificación”, insisten.

Premio Nobel llama a respetar la naturaleza y acuerdos internacionales

Adolfo Pérez Esquivel, reconocido artista, docente y activista argentino por los derechos humanos y el derecho de la libre autodeterminación de los pueblos, recibió el premio Nobel de la Paz en 1980 “por ser una fuente de inspiración para las personas reprimidas, especialmente en América Latina”. El 9 de mayo de este año, según informó El Entre Ríos, Pérez Esquivel envió una carta al presidente de HIF Global, César Norton Sacre, en la que manifestó su preocupación por la planta que pretende instalar en el corredor biológico del río Uruguay.

“Sabemos que dicho proyecto afectará a la población de Colón, Pueblo Liebig y San José en particular y a la región Tierra de Palmares en general. Es de conocimiento público que esta región, ubicada en la provincia de Entre Ríos, Argentina, tiene desarrollado desde hace varias décadas un modelo económico que permite que sus poblaciones desarrollen actividades vinculadas al turismo y a la producción de alimentos”, esgrime Pérez Esquivel. Enseguida, acota que el impacto ambiental que el emprendimiento implica “al corredor biológico del río Uruguay, así como a la salud y la contaminación visual que alterará sustancialmente el paisaje, influirá definitivamente sobre un pueblo que ha elegido un modelo de vida sostenible en el tiempo y un destino común de alianza y respeto hacia la naturaleza”. Por si fuera poco, insiste en que “afectará la histórica integración entre pueblos hermanos; integración que ya ha sido amenazada por la instalación de la empresa Botnia en la zona de Fray Bentos/Gualeguaychú y que ha llevado a un conflicto internacional”.

El premio Nobel también entiende los “aspectos positivos que dicha industria plantea en cuanto al proceso de descarbonización global”. Sin embargo, recuerda que “la paz social en la región es anterior a cualquier emprendimiento que pueda alterar el modo de vida que los pueblos que habitan la zona han elegido, su salud y su hábitat; tal como lo expresan los acuerdos internacionales firmados por ambos países, como el Tratado del Río Uruguay y el Acuerdo de Escazú”.