“No podemos discutir o poner en duda que existe una crisis climática; eso es mentir y la mentira no está bien, no hay que relativizarla, no es una opinión, la mentira hay que enfrentarla”, afirmó el presidente de Chile, Gabriel Boric, en un evento de alto nivel sobre acción climática que tuvo lugar el miércoles en el marco de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Como antesala de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se realizará entre el 10 y 21 de noviembre en Belém, Brasil, el evento sirvió de plataforma para los líderes de los países miembro de la ONU para presentar sus Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDCs por sus siglas en inglés).

En diciembre de 2015, 196 países adhirieron al Acuerdo de París, un tratado internacional sobre cambio climático jurídicamente vinculante, que busca mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 2°C y continuar los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C, respecto a los niveles de la época preindustrial.

Otro de los objetivos del tratado es aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático, promover la resiliencia al clima y poder tener un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, de una forma que no comprometa la producción de alimentos.

El acuerdo exige que los países que adhirieron establezcan metas y acciones para enfrentar al cambio climático, por lo que cada cinco años, cada uno de los miembros debe presentar a la comunidad internacional un informe sobre su Contribución Determinada a nivel nacional, así como las acciones previstas para los próximos años.

El presidente chileno aseguró que quienes deben “dar el primer paso y asumir la responsabilidad que les toca” son los países más ricos “por ser los principales emisores de carbono a lo largo de la historia”. Según Boric, estos países deben comprometerse con el mundo en “reducir sus emisiones de manera más rápida y apoyar la transición en los países en desarrollo”, los cuales “son los más vulnerables frente al impacto de la crisis climática”.

En ese marco, Boric se dirigió a los países miembro de la Unión Europea, y criticó que hayan “aceptado” un aumento del 5% en el gasto de la defensa de sus países “por presiones de un país externo”, lo cual, consideró que “es inaceptable”. “Los están obligando a aumentar su gasto en defensa, y los gastos en defensa es uno de los gastos más contaminantes”, sentenció.

“Invertir en guerra nunca es una buena opción. Invirtamos más en la paz y en cómo mejoramos las condiciones para los países en desarrollo, para que esto sea una transición climática justa”, señaló el presidente chileno.

Boric explicó que Chile actualizó sus contribuciones, y que por eso, van a cerrar las centrales termoeléctricas a carbón para 2035 “como un paso intermedio hacia la carbononeutralidad en 2050”.

Por su parte, Uruguay ratificó el Acuerdo de París en octubre de 2016, y el 4 de noviembre de ese año entró en vigor para todos los países que adhirieron.

El 12 de setiembre, el ministro de Ambiente Edgardo Ortuño, el canciller Mario Lubetkin, la ministra de Industria, Energía y Minería y el coordinador residente de las Naciones Unidas en Uruguay, Pablo Ruiz, participaron del lanzamiento la fase preparatoria de la participación de Uruguay en la COP30.

En esa oportunidad, Ortuño señaló que el artículo 9 del Acuerdo de París “establece que los países desarrollados deben movilizar recursos financieros para la mitigación y la adaptación en los países en desarrollo”, a lo que hacía referencia Boric. Sin embargo, dijo que ese compromiso de 100.000 millones de dólares anuales “aún no se ha materializado”.

Además, expresó que algunos de los desafíos que enfrenta Uruguay son “la segunda transición energética, avanzar en la descarbonización del transporte, la industria y los sistemas productivos, apostar al hidrógeno verde y la movilidad eléctrica”.