La mañana del viernes sorprendió a los montevideanos con imágenes televisadas de calles como ríos, autos como barcos y personas con el agua a la altura de la cintura. “No somos renacuajos” se quejaba una vecina del balneario La Paloma, en el departamento de Rocha, que reclamaba a las autoridades, en el informativo de Canal 4, la necesidad de contar con un saneamiento adecuado y calles en las que se pueda circular aun cuando llueve, en el entendido de que los vecinos pagan una abultada contribución inmobiliaria -entre otros impuestos- y la comuna tiene sus obligaciones.
¿Por qué se inundan las calles montevideanas? ¿Cuáles son los puntos críticos de la ciudad?
Américo Rocco, director de Saneamiento de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), explicó a la diaria que los volúmenes de lluvia del viernes fueron inusuales, que cayó mucha agua en poco tiempo y eso hizo que en algunos lugares los colectores “entraran en carga”: “se llenó todo el colector y eso produjo la obstrucción de la conexión domiciliaria, ya que al funcionar a presión, el colector expulsa agua hacia las casas, sobre todo a las que se encuentran en una implantación baja. También puede suceder que el agua residual penetre a través de la conexión a la casa. Ambas situaciones se producen por el colector funcionando a presión”, dijo Rocco.
Por otra parte, señaló que hay puntos en la ciudad que están entubados desde hace muchísimo tiempo a arroyos, con la pavimentación creciente de la ciudad, el terreno ya no absorbe el agua, los arroyos aumentan su caudal y en eventos muy lluviosos, como el del viernes, pueden desbordarse.
¿Qué es exactamente un arroyo entubado? Rocco explicó que en algunos lugares se hace un colector debajo de la calle que contiene el arroyo. Como los caudales de ahora no son los que circulaban en el momento en que se construyeron, “el agua tiene que salir por algún lado y emerge en los puntos bajos”.
Los puntos problemáticos son bien conocidos por las autoridades de la comuna y suelen desbordarse en estos casos, sin excepciones. Un imaginario mapa de los desbordes de agua incluirá necesariamente la zona de Jacinto Vera a la altura del arroyo Quitacalzones (afluente del Miguelete), el barrio Kruger en Arroyo Seco, en las inmediaciones de las calles Aguiar y Marcos Muñoz, en Paso Molino, en el arroyo Mataperros. También se presentan habitualmente problemas en un arroyo que va por la calle Asturias a la altura de Verdi, en Malvín. Y se producen situaciones extremas en la calle La Paz (desde Ejido a Av. del Libertador) a la altura de la estación de AFE.
Según Rocco, los arroyos mencionados que se desbordaron “requieren obras importantes, que implican una inversión muy fuerte. Son obras que se van a encarar pero que están en etapa de estudio y planificación”, aseguró el director de Saneamiento.
“En el caso del arroyo entubado en la calle Asturias se está aprovechando que hay que modificar la trayectoria del colector existente, se planteó a los promotores privados que están desarrollando un emprendimiento inmobiliario en el ex predio de Cristalerías del Uruguay que hagan un tanque de amortiguación allí. La propuesta fue aceptada y forma parte del acuerdo con la IMM por el pago del mayor aprovechamiento de los edificios con motivo de la altura, ya que están por encima de lo establecido por la norma”, dijo Rocco.
El viernes la comuna capitalina recibió 250 demandas por obstrucciones de conexiones (habitualmente se ubican en el orden de las 60), hubo problemas por obstrucción causada por basura y ramas que requirieron intervenciones, como por ejemplo a la altura de Paso del Negro, en el Pantanoso, donde cruza Camino del Rubio, en el barrio Colón. También en la cañada Tala, en Casabó, intervinieron máquinas que estaban actuando en la zona, y en el asentamiento de la calle Eguren y Jacobo Varela, al costado de la fábrica La Manchega, donde se tapó con basura una toma que habían limpiado hacía dos semanas. “Hubo problemas pero volvimos a la normalidad”, resumió Rocco.
Para Martín Ponce de León, presidente de OSE, que se refirió a las situaciones que se presentaron en el interior del país, el problema es cuáles son las vías por las que las aguas de lluvia llegan a los arroyos, que a veces son cunetas y otras bocas de tormenta. “En todos los casos, ya sea por cauces naturales o artificiales, las cosas están previstas para lluvias de hasta cierta magnitud, porque de lo contrario sería enormemente caro y estos fenómenos se dan una vez cada veinte años. No es admisible que una cosa se inunde una vez al año, pero una vez cada treinta años es el nivel de riesgo aceptado para hacer cosas que sean viables”, consideró.
Para Ponce de León, lo que hay que hacer es tomar recaudos y tener previsiones frente a las contingencias. “Tenemos que saber que una vez cada tantos años se producen estos fenómenos”, dijo, y agregó que la advertencia estuvo pautada en todas las ocasiones y que la DNM mandó los avisos del caso. El presidente de OSE mencionó que en pocas horas se repusieron los servicios en la localidad de Castillos (Rocha) y en Cerro Chato (Treinta y Tres); lo único irreparable fue la pérdida de una vida humana en Cerro Chato.
Daniel Soria, coordinador del comité departamental de Montevideo, especificó que en la capital hubo 24 evacuados -que ya regresaron a sus hogares -y que en algunos asentamientos la gente se negó a ser evacuada.