-¿Quiénes son Conatel-Siemens y General Electric en el planisferio de los productores de ciclotrones? -Tanto General Electric como Siemens y una empresa que se llama Iba, que está representada por Tera, son multinacionales. General Electric y Siemens producen ciclotrones, cámaras PET y también aparatos de resonancia magnética de tomografía computarizada; son las dos empresas más grandes del mundo. Iba no produce cámaras, sólo ciclotrones. Hay otra tercera empresa en el mercado, Philips, pero no se presentó al llamado de precios. Hicimos ese llamado porque, al comprar de forma directa, las rebajas que se pueden conseguir son mínimas. De esta manera, las empresas compiten entre ellas y tratan de hacer una oferta. Sin competencia no obtenés ventajas. De modo que hicimos lo correcto desde el arranque. -Hubo varios elementos cuestionados en el llamado, en primer lugar la elección de General Electric. -Antes de hacer el llamado ya habíamos decidido que precisábamos un ciclotrón de determinadas características para desarrollar la estrategia que nos planteamos de ser referentes en la región. No estábamos pensando en hacer sólo exámenes de rutina sino en desarrollar esta técnica a un nivel que no existe hoy. Siemens no pudo cumplir con las exigencias de nuestro ciclotrón porque lo que ofertó fueron cámaras. -También se dijo que los PET que se compraron no tienen tecnología de última generación y se cuestionó el precio. -Otra cosa traída de los pelos. Nosotros definimos una estrategia y nombramos una comisión asesora integrada por los mejores profesores de diferentes ramas, de la Facultad de Ciencias, de Química, de Medicina, que se encargó de estudiar que el equipamiento que necesitábamos para desarrollar esa estrategia fuera el correcto. Siemens y Tera ofertaron sin las cámaras que necesitábamos, General Electric ofertó todo como paquete. Siemens e Iba podrían haber ido juntas y hacer un precio paquete pero no lo hicieron. No es cierto que lo pagamos más caro, hicimos caer la oferta inicial 2,5 millones de dólares y luego tuvimos una mejora final de 400 mil dólares. No se puede comparar un equipo con el otro cuando hay un paquete de precio que abarca un montón de cosas, y eso es un error importante.

Por otra parte, la cámara Discovery 690 que compramos es de ultimísima generación. Es la misma que tiene el Hospital Universitario de Cambridge. Es fácil llamar a confusión pero compramos lo mejor para nuestra estrategia, es el mismo equipamiento que existe en los lugares más exclusivos que te puedas imaginar.

-Se divulgó en tono de denuncia que General Electric tenía vínculos con usted y con la Universidad de Upsala, donde usted trabajó.

-El Centro PET de Upsala en el que trabajaba pertenecía a la universidad. Debido a que teníamos ganancias económicas muy grandes y por ley la universidad no puede tener ganancias que excedan cierto margen, se nos pidió que de alguna manera hiciéramos una privatización, de forma que la universidad entró en una especie de negociación con la compañía inglesa Amersham. Como consecuencia, yo, que era empleado de la universidad, al venderse el centro, pasé a ser empleado de Amersham, no porque yo lo hubiera elegido sino porque compró el PET. Luego General Electric compró Amersham y nosotros quedamos dentro de General Electric, entonces yo trabajé un tiempo como jefe médico del Centro PET de Upsala bajo General Electric. En el año 2006 me fui de General Electric y terminé todas mis vinculaciones con ellos, desde entonces no tengo relación ni trabajo con esa empresa. De hecho, me fui porque no me sentía a gusto y discrepé con los lineamientos de la empresa.

-También se publicó que hubo quienes consideraron “raro” todo el proceso, e incluso que se cambió el informe de los asesores.

-Es una calumnia, porque la comisión asesora no presentó varios informes sino un informe final, después de haber recogido opiniones de una enorme cantidad de gente vinculada con la técnica PET o que ha leído mucho sobre el tema. Hubo un solo informe sobre el que la Comisión Honoraria de Administración, organismo máximo del CUDIM, tomó la decisión final. Todas esas acusaciones fueron rechazadas por la comisión asesora porque se llegó a publicar que ellos habían hecho eso para lograr un empleíto en el CUDIM y que yo los presionaba para eso. Y lo que está en juego es la dignidad de esos profesores de la universidad porque cuando se tiran cosas sucias siempre quedan manchas. Cuando Siemens plantó sus denuncias, el Ministerio de Salud Pública decidió hacer una investigación administrativa a fondo sobre todo lo que habíamos hecho. La conclusión, a la que la prensa no dio importancia, fue que habíamos actuado con total transparencia, incluso la parte administrativa podía ser tomada como ejemplo para futuras negociaciones. Luego vino la parte judicial, que fue al Juzgado del Crimen Organizado, y todos esos profesores tuvieron que ser interrogados y declarar por presuntos favoritismos y corrupción. Siemens contactó a varias personas, entre ellas la senadora Lucía Topolansky, y mostró correos que decían que eran nuestros y que los habían recibido de forma anónima en un sobre cerrado, alegando que las cosas eran irregulares y tenían las pruebas en los correos. El caso no está cerrado y estamos a la espera de la resolución del juzgado. Luego consultaremos con nuestros abogados qué corresponde hacer, ya que las leyes son muy complicadas y no hay que tomar decisiones traídas de los pelos.

Como ir a Nueva York

Consultado sobre qué tan perjudicial para el cuerpo humano puede ser la sustancia radiactiva que se inyecta a la hora de realizar una Tomografía por Emisión de Positrones, Engler indicó que es equivalente a la radiación que se recibe al viajar en avión de Uruguay a Nueva York. Sobre qué tanto puede esta tecnología ayudar a disminuir el error humano a la hora de diagnosticar, mencionó que puede ser confusa en casos de falsos positivos. “Ésa todavía es una debilidad de la técnica, en la que juega la experiencia del que mira y estudia. Con las cámaras que compramos, un híbrido entre la tomografía y el PET que permite ver la anatomía y la función, se refuerza la posibilidad de hacer un diagnóstico correcto y no equivocarse”.

Alzheimer social

-¿Qué tanta presencia tendrá en el CUDIM, una vez inaugurado?

-Hasta el momento me he manejado a través de videos simultáneos y Skype, estoy unas cinco horas por día conversando de ese modo con Uruguay. La tecnología del siglo XXI es una maravilla: se puede hacer propuestas, mostrar documentos; creo que mi presencia física es secundaria. La vinculación con Suecia y el resto de Europa es muy importante, ya que, de lo contrario, perdés la dinámica de trabajo y la visión de los proyectos que se están desarrollando. Mi circulación a través del mundo es sumamente importante para un proyecto como el que hemos definido para Uruguay, en el que apuntamos a un equipo de primera división.

-En caso de que José Mujica sea presidente, cosa que, según todas las encuestas, es lo que va a suceder, ¿aceptaría un cargo político si se lo pidiera?

-Me parece que soy mucho más útil en lo que estoy haciendo que como político. Ya he visto cómo funcionan los mecanismos acá, quizás no es mi campo, pienso que con esta movilidad que tengo, con la posibilidad de trasladarme, puedo promover mucho las redes internacionales. Si Mujica gana, y creo que eso va a suceder, se nos abre una perspectiva latinoamericana en la que podemos enganchar a países menos desarrollados, como Paraguay, Bolivia, Ecuador y Perú, en donde esta técnica no existe y, con ayuda de Argentina y Brasil, podríamos hacer una red latinoamericana que levante el nivel científico del continente. Pienso que ése puede ser un eslabón de unidad sumamente importante que no se logró a través de la parte política con emprendimientos como el Mercosur. Creo que fue un camino erróneo plantearlo por la parte económica, y tal vez sea la parte científica la que muestre que la unión es posible.

-¿Cómo vivió el hecho de que los votos no fueran suficientes para que ganara la papeleta rosada y se anulara la Ley de Caducidad?

-Fue una gran desilusión, cuando yo pienso que hay 174 desaparecidos y que seguimos sin saber nada de eso pienso cómo vamos a decirles a las generaciones futuras que eso no importa, que quedó en la penumbra, en la oscuridad, y “sigamos adelante”. Parece bastante incomprensible, sobre todo porque la naturaleza de los uruguayos me parece que es más de no conformarse con eso de “olvidate y seguí para adelante”. Me parece que el Alzheimer social es peor que el individual, no podemos tener un Alzheimer colectivo, un Alzheimer social. ¿Es posible tenerlo?