Unión Atlética consiguió una increíble y gozada victoria clásica que pagó con intereses un pésimo primer tiempo con una segunda parte en la que, a fuerza de ganas y tal vez empujados por la 6 que hizo atronar el Palacio Peñarol, logró un enorme parcial de 56-35 que sirvió para dar vuelta la tortilla y quedarse con un triunfo para recordar, no tanto por el valor del punto ni por la calidad del juego sino por la forma en que dieron vuelta el clásico cuando todo parecía venir en contra.

Está dicho: la UA lo ganó en el segundo tiempo, al que entró perdiendo 40-28 para terminar triunfando 84-75. En la primera parte del juego Malvín encontró distintos sostenes que le sirvieron para mantener una buena y tal vez hasta impensada diferencia en el marcador electrónico que durante todo el entretiempo permaneció diciendo Malvín 40-28 Unión Atlética. Alguien lo podría explicar diciendo que se debió a la notable eficacia y presencia de Braggs, que en los primeros minutos, cuando la UA se había puesto 7 a 1, se puso el equipo al hombro en ofensiva e hizo pasar a la gaviota 12-10, con 8 puntos del fornido pivot norteamericano.

Una mirada más global tal vez lo pueda centrar en la actuación colectiva de los malvinenses y fundamentalmente en la conjunción equipo-estrategia-dirección técnica. Es que sin demasiados brillos pero dando la sensación de saber muy bien lo que hacían, adaptándose a la dinámica de los acontecimientos -Braggs con dos faltas se fue a sentar al banco y Pablo Morales entró a jugar de cuatro y aportar gol-, los dirigidos por Pablo López nunca pusieron en discusión quién estaba haciendo mejor las cosas en el primer tiempo. Ya en el primer cuarto, con un 9-0 final que incluyó 7 puntos en tres anotaciones consecutivas de Joaquín Izuibejeres, los azules, ayer de blanco, se habían ido 24-16 y ya en el segundo chico llegaron a tomar 15 puntos de ventaja (36-21).

La historia no tuvo su correlato en el tercer cuarto, en el que a impulsos de Panchi Barrera la UA en el primer minuto se puso a 8 (32-40). La buena participación de Braggs volvió a llevar la ventaja al entorno de los 10, pero otra vez con Panchi, Long y JP Silveira los de Nuevo Malvín se pusieron a 4 (40-44). Ya sin tanto juego de equipo pero con buenos arrestos debajo de la tabla, los blancos remontaron y ya con menos sostén pero casi igual cantidad de puntos de diferencia volvieron a sacar 11 (57-46). Un triple de Rodrigo Riera, que estaba en la cancha para buscar la reacción, dio inicio a un inolvidable 11-0 cerrado con un preciso triple de JP, que dejó las cosas 57-57 para empezar el último chico.

Ese último cuarto y su desarrollo no coinciden con algunos datos informativos que, brindados por fuera del desarrollo y el resultado del partido, hubiesen llevado a una conclusión equivocada. Es que Malvín empezó ganando por 4 ese último cuarto (61-57). La cuarta falta de Tarrie Monroe hizo que el extranjero goleador se fuera a sentar al banco, con Long hiperdolorido por haberse sacado un dedo de lugar y con Quilla Barrera como loco por una falta de Braggs. Como dato final, a falta de cinco minutos para que terminara el partido la UA se quedó sin extranjeros cuando empataban en 65. Cualquiera se hubiera jugado a que ganaba Malvín, pero como un torbellino, con Juan Pablo Silveira impecable, Panchi y los goles oportunos del Pelado Vazquez, Unión Atlética tomó la posesión del partido para quedarse definitivamente con el punto, con el festejo y con un cacho de la gloria.

No me quiero ir

Un gran triunfo de los grises ante Cader les permite mantener la ilusión de jugar la Liga 2011. Tabaré empezó mucho mejor, llegando a sacar ventajas con Diego Olivera y Pepusa Pérez. Los grises dominaban el partido casi con comodidad. Cuando Cader perdía por 9 a falta de 3 minutos para que terminara el primer tiempo, Álex Galindo, que estaba inscripto en el formulario pero sin cambiarse, se puso los championes y la ropa de juego y entró a empujar para los rojos. Nutter y Griffin se habían cargado de faltas y comenzó la gran falla rochense, que no encontraba forma de contener al pivot del Parque Batlle Quentin Smith.

En el arranque del segundo tiempo Galindo fue terrible, Tabaré no defendió bien y con la combinación de los tres extranjeros los rochenses se pusieron en partido. El portorriqueño que no iba a jugar empezó a encestar desde todos lados y el Club Atlético Defensor Estudiantil Rochense pasó a ganar, silenciando el estadio.

A falta de cinco minutos para que terminara el juego los rochenses ganaban por 6 y triples de Jonnhy y Mc Kiver lo dieron vuelta: finalmente Tabaré ganó por 105-98 y quedó a un solo punto de sus vencidos en la lucha por evitar el descenso.

En la lucha

Aguada se trajo un puntazo de Salto, donde venció a Ferro por 78-75 y sigue en la lucha por asegurarse un lugar entre los 10, la misma pelea que está dando Trouville, que en Pocitos aplastó a Anastasia por 101 a 84. En la zona norte de Montevideo hubo mucha emoción y alargues; de manera poco creíble y gracias a la proeza del Sapo Rovira, Biguá derrotó en Ariel y la vía a Sayago por 101 a 100. Casi lo mismo sufrieron los de Colón: en casa, Olimpia venció en la prórroga a Hebraica por 119 a 114.