La presentación fue en un producido Salón de los Pasos Perdidos, en el Palacio Legislativo, con estrado, pantallas gigantes y luces preparadas para la transmisión del acto por VTV. Lacalle, adelantándose al acto que en unas horas se realizaría con consignas en su contra [ver página 3] dijo que su postulación no llegó para “ser un factor de división, [para] acrecentar ni aumentar las divisiones de la sociedad uruguaya”. A los que “hoy se empeñan en aumentar las divisiones y en hacernos objeto de ataques de todo tipo, a todos ellos la respuesta sigue siendo la mano tendida”, e incluso más, dijo que su campaña será positiva: “Si quieren, a cada piedra que se nos arroje la ubicaremos para ir armando un cimiento”.

Su compañero de fórmula, Jorge Larrañaga, afirmó que el programa divulgado ayer en forma impresa no es el resultado de una “discusión ideológica” sino que es la unificación realizada por los técnicos de los institutos del PN (el Instituto Manuel Oribe, la Fundación Wilson Ferreira Aldunate y el Instituto Aportes) de aquellas iniciativas que consideraron “las mejores soluciones para los problemas del país”.

Larrañaga aseveró que frente al déficit fiscal, que será el punto de partida del próximo gobierno, el PN considera prioritario “reactivar la economía, la eliminación del IASS, el desmontaje del impuesto a la clase media, la eliminación de aportes patronales, la reducción de impuestos sobre la energía eléctrica y los combustibles”. El candidato a vicepresidente argumentó que es “injusta” la pobreza “pero también es injusto sacarle al que trabaja para darle al que no trabaja”. Ante lo que calificó como una situación de exclusión y desintegración social, Larrañaga enumeró dos opciones que a su entender se reflejarán en las próximas elecciones: “Más Estado, dádivas y asistencialismo de corto plazo; o educación, familia, cultura y trabajo como pilares de la dignidad y la superación individual”.

Las palabras serias

Luego de la presentación del programa y en diálogo con la prensa, Lacalle demostró hasta dónde se arrepiente de haber mencionado la palabra “motosierra” para dar una idea de cómo, en caso de ser presidente, rebajaría el gasto público. Consultado por un periodista respecto a cómo se refleja en el programa la aplicación de la motosierra, Lacalle se molestó y contestó que sólo responde “preguntas serias”. El precandidato señaló que los integrantes del Frente Amplio intentaron confundir “lo que es gasto con inversión”, e indicó que “donde queremos cortar es el gasto corriente, que lamentablemente es muy grande”. Y ante un intento de repregunta, el candidato entendió que el trabajador estaba respondiendo, y entonces le sugirió que si además de preguntar contestaba, “se equivocó de profesión”.

El ensamble

El programa de gobierno, que finalmente se dio a conocer un mes después de lo anunciado por la fórmula nacionalista, se ordena en cinco capítulos: fortalecimiento del Estado de Derecho, desarrollo económico, desarrollo productivo, desarrollo social y desarrollo público.

En cuanto a los postulados tendientes al desarrollo económico, el programa destaca como vital proteger la libertad económica de los derechos de propiedad y de los derechos de los trabajadores, estimular la competencia en sectores con actividades monopólicas y oligopólicas tanto en el sector público como en el privado, y los ya reiterados cambios en materia tributaria.

También se propone impulsar la competencia, la inversión y la convergencia para mejorar la oferta y precios de los servicios de telecomunicaciones y promover el desarrollo de actividades económicas que utilicen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, por ejemplo, flexibilizando el mercado laboral en dichas áreas para “adecuar el marco legal a las necesidades particulares de esta industria”.

En materia de promoción de la industria, el programa promete la reducción de los costos “cuasitributarios implícitos en los insumos energéticos y telecomunicaciones y en los aportes patronales a la seguridad social” y se anuncia una “política agresiva, coherente y con visión de largo plazo en materia de inserción internacional” desde el punto de vista comercial principalmente. El capítulo sobre industria también se dedica al reconocimiento de los “derechos de propiedad de los inversores y flexibilización de sus obligaciones laborales para hacerlas consistentes con la situación de los mercados”.

El planteo nacionalista hace hincapié en la familia “como base de la sociedad”, y apuesta a medidas de “integración social” para las mujeres, discapacitados, jóvenes y adultos mayores. Entre las políticas de género, el PN busca promover el empleo femenino, evitar la discriminación de género en los ámbitos educativo, laboral, sindical y profesional, y revalorizar “el rol de la mujer como madre y primera educadora y transmisora de valores”.

También quedó escrito lo que se venía anticipando en los discursos, acerca de revisar la Ley de Educación, ampliar la cantidad de escuelas de tiempo completo, crear un sistema politécnico de nivel terciario y agencias públicas de acreditación de la calidad educativa, para que todos los establecimientos rindan cuentas. Con respecto a temas sanitarios y de forma muy general, el programa también incluye una “revisión crítica y analítica del Sistema Nacional Integrado de Salud con el objetivo de reformular su estructura”, construir un nuevo hospital de agudos para atender la zona este de Montevideo y el Hospital del Cerro.

Entre los cambios para el sector público, el PN incorpora la realización de concursos para los ingresos y ascensos y la eliminación de “un centenar de cargos de particular confianza creados en esta administración”. A las ya difundidas medidas sobre seguridad pública, el programa agrega la emisión de bonos de seguridad pública “como deuda flotante, para financiar inversiones del Ministerio del Interior”.