Gregori es una persona de extrema confianza de Mujica y militó con él en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), grupo al que todavía pertenece. Durante el primer gobierno del Frente Amplio, Gregori trabajó junto con la ex ministra Azucena Berruti, y luego pasó a Aduanas para acompañar a Ricardo Prato, que ayer formalizó su salida de esa dependencia.

La responsabilidad que le asignaron a Gregori se creó con el artículo 56 de la Ley de Presupuesto, que establece con claridad su carácter de “particular confianza”. Dependerá en forma directa del presidente de la República y tendrá como cometido “la coordinación de los servicios estatales con injerencia en la materia”, según puede leerse en el mensaje que le envió en aquel momento el Poder Ejecutivo al Parlamento, que luego lo aprobó.

Con esta figura, el oficialismo aspiraba a centralizar en la Presidencia de la República todas las acciones de inteligencia militar y policial que se desarrollan en la órbita del Estado. El paso posterior, según se manejó en aquel momento en el Frente Amplio, consistía en la conformación de una secretaría de inteligencia del Estado con todas las letras, es decir, una dependencia civil similar a la que tienen España y Argentina.

En todo caso, el cargo de coordinador que ahora recayó en Gregori tendrá como cometido unificar las tareas de inteligencia que dependen de los ministerios de Defensa e Interior, y sumarles actividades con esas características que se efectúan en otras dependencias, como, por ejemplo, la Dirección Nacional de Aduanas. “Si se aplica un concepto muy amplio hoy se realizan tareas de inteligencia en los ministerios de Economía e Industria, la cancillería y también en Ganadería, en el sentido de tener información estratégica que sirve para evitar conflictos posteriores. Si hay una corrida bancaria en algún lugar de la región se supone que el país tiene que tener capacidad de análisis y respuesta”, explicó una fuente gubernamental vinculada al área.

A pesar de la importancia adjudicada al rol y de los tanteos efectuados, la administración de Vázquez no pudo llenar ese vacío. El ex secretario de la Presidencia Gonzalo Fernández explicó en julio de 2007 que la coordinación de los Servicios de Inteligencia continuaba vacante porque el salario de 40 mil pesos “no lo hacía tentador” para nadie. “No parece suficiente para la tarea que hay que desempeñar”, decía el abogado, en declaraciones a radio El Espectador.

En mi barca

La decisión de Mujica de colocar en un cargo de tanta responsabilidad, y, seguramente, proyección, a un integrante del MLN puede sonar como una jugada arriesgada, aunque desde su entorno prefieren ponerle paños fríos al asunto.

“El Tito es un viejo compañero de la orga que se mantiene en la periferia del MLN, como tantos otros y que es muy respetado. Pero de ahí a llamarlo ‘jefe de la Inteligencia del MLN’, como se ha dicho por ahí, hay un trecho largo. Hay demasiados mitos con todo lo que tenga que ver con nosotros; al final cuando los vemos en la prensa nos causan mucha gracia”, evaluó en diálogo con este medio un militante del MLN, seguramente en referencia a un artículo de El País, publicado el 30/11/2009, titulado “Quién es quién en ‘la barra del Pepe’”, y que le atribuía a Gregori esa supuesta función. Para muchos dirigentes del MLN, para acercarse mejor a la figura del nuevo jerarca resultan más válidas reseñas sobre su vida como la publicada por el sitio de internet http://www.modelismonaval.com.uy.

“Ajeno a la profesión marinera, Augusto Gregori se vio, sin embargo, atrapado por el delicioso oficio del modelismo naval, sin duda influenciado desde su niñez por la convivencia con la cotidianeidad y los quehaceres de los antiguos astilleros del río Uruguay”, sostiene el artículo de ese portal cuando presenta al dirigente cooperativista oriundo de Salto. La afición de Gregori por el maquetismo de barcos “se perfeccionó” durante los años de reclusión en el penal de Libertad, cuando, siempre según esa crónica, logró desarrollar técnicas que le permitieron “sortear las carencias generadas por las precariedades del encierro forzoso”. “Los trabajos artesanales realizados por aquellos días son únicos y han sido adquiridos o regalados a lo largo y ancho del mundo”, agrega. Hay más datos sobre Gregori Soto en la página especializada en modelismo naval: es socio de la Asociación Uruguaya de Artesanos y fundador del “legendario” Mercado de los Artesanos de la Ciudad Vieja. Nada dice todavía, y quizá nunca lo haga, acerca de su nueva responsabilidad como jefe de la Inteligencia estatal.