No fue un gran partido el que se jugó ayer en Sayago para ponerse al día en el Torneo Clausura, pero en él se disputaban posiciones muy importantes y casi opuestas para ambos contendientes. Mientras que el local buscaba, después de ganar sólo un punto en los últimos seis disputados, volver a ponerse a tiro en la tabla anual, que, en esta temporada sin Liguilla, clasificará a las Copas Sudamericana 2010 y Libertadores 2011, el histórico y perseverante club de San Carlos jugaba sus últimas fichas por una permanencia que, luego de constatada la derrota con que se retiró Atenas del Roberto, sólo es una ilusión alejada de las reglas más o menos lógicas del fútbol.
Para alimentar esa ilusión, el partido se abrió con un buen gol del chiquito Matías Britos. Dos minutos antes, el Loco Contreras se mandó una pisada defensiva que puso en funcionamiento las defensas cardíacas de los hinchas locales, que igual disfrutaron con el éxito de la audaz maniobra. Si hasta ese momento Contreras tenía molestias, al terminar la acción demandó su sustitución al cuerpo técnico. Ésta comenzó a ser tramitada y Góngora ajustaba su entrada en ritmo de competición cuando llegó el tiro cruzado del delantero ateniense.
Antes y después de estas incidencias el partido transitó cansinamente entre la paridad y la ineficacia... salvo en la jugada del gol del empate, en la que todos los participantes hicieron lo que hay que hacer: abrió bien el juego el Vasquito Ostolaza, por derecha contra la línea de costado recibió Cazulo y mandó el centro para que Cauteruccio, goleador de las divisiones juveniles de Nacional, cabeceara recto al gol. Poco después del inicio del segundo tiempo, dos muy buenas jugadas hicieron correr riesgos a los dos arcos. Una, colectiva, de los carolinos con participación de sus figuras de más técnica, Torres, Rojas y Britos, con culminación apenas desviada de Aguirre. Otra, la del local, en un magnífico pase de Mirabaje para el único delantero neto, Cauteruccio, quien por algunos errores técnicos que comete cuando debe recibir, perdió la chance de gol, ya que se le escapó el balón afuera. Faltando media hora por jugar, el DT racinguista, desde la silla blanca que siempre le arriman en el Roberto, decidió incorporar al juego a un titular reservado, junto a Falucho Silva y Héctor Hernández, en la política de alternar descansos por la participación simultánea en Clausura y Libertadores. Y entonces ingresó Jean Pierre Barrientos. Y aseguró el partido participando en los dos goles que afirmaron la victoria y en otras acciones distinguidas. El tercer gol llegó, no sin un buen susto previo por un excelente tiro de Gerardo Rojas que dio en el horizontal.
El partido se fue con la tradicional entrada de Darío Larrosa recibiendo el afecto de su hinchada y con un cosquilleo nervioso de los fanáticos locales cuando el ingresado Guerra descontó faltando nada y dejó el resultado final en 3-2. Racing les tomó el gusto a las copas internacionales de Sudamérica. Le gustó ser un equipo copero. Tendrá cuatro duras “finales” con Tacuarembó, Liverpool, River y Cerro para repetir su participación actual. Se ubicó séptimo en la tabla anual, junto a Rampla, a un punto de Danubio y Defensor y a dos de River. Atenas quedó en situación de angustia deportiva, a más de 16 puntos de la línea de flotación para permanecer en Primera, faltando apenas cuatro etapas.