El paintball es considerado por quienes lo practican una actividad deportiva. Requiere de la coordinación del trabajo en equipo y de un estado físico aceptable que permita correr, esconderse y arrastrarse por el piso para protegerse de los opuestos.
Los jugadores emplean armas que, tal como lo establece su nombre en inglés, disparan pelotitas rellenas de pintura. Son de todos colores, pero cuando se juega por una misión en la que participan muchas personas, se evita utilizar municiones -llamadas pelet- de color rojo. “Es para diferenciar si hay heridos en el juego. Porque si bien las balas no lastiman, a veces pasa que te podés clavar una rama o algo así, y es la forma que tienen para darse cuenta de que lo que chorrea es sangre y no pintura colorada”, explicó Marcos di Giovannantonio, integrante de uno de los equipos que se conformaron en nuestro país en los últimos años, Legionarios.
En promedio, en un juego amistoso cada combatiente gasta unas 250 pelets. En el mercado uruguayo, cada una cuesta en el entorno de los 7 u 8 pesos. “El uso de municiones depende de cada jugador y de la posición que te toque ocupar. Hay algunos que gastan nada más que 50 pelets, mientras que otros capaz que disparan 500 por juego; en promedio se utilizan unas 250”, explicó el entrevistado.
Las armas, denominadas también marcadoras o markers, disparan las balitas, mediante gas a presión, que puede ser de CO2, aire comprimido a alta presión o nitrógeno. El gas se almacena en garrafas que van conectadas a las armas. El equipo puede completarse con un atuendo camuflado para poder pasar desapercibido y recibir menos disparos de pintura en un entorno natural, aunque no pierden los que quedan más manchados de pintura, sino los que no cumplen con el objetivo propuesto al inicio del juego.
Batalla regional
Entre ayer y hoy, unos veinte jóvenes, integrantes de tres equipos uruguayos de paintball, partieron rumbo a Córdoba para luchar con argentinos, chilenos, brasileños, yanquis y jugadores de otros países americanos. En total esperan superar los 500 participantes en las batallas, que serán mañana y el sábado.
La organización argentina Gold Water es la que convoca a la actividad, que se llevará a cabo en Agua de Oro, Córdoba.
En esta edición, el juego cumple diez años y lo celebrarán reconstruyendo la llamada “Batalla por los Cerros”, en las Malvinas. La fecha, 2 de abril, coincide con la ocupación de las islas por parte de los argentinos.
La recreación del escenario original, de los montes de Malvinas, será en la estancia cordobesa El Rosal, que según se informa en el sitio www.wargamesargentina.com.ar, tiene unas 600 hectáreas.
La organización ha intentado respetar el escenario -consultando a personas que estuvieron en las Malvinas- y el desarrollo de los acontecimientos históricos.
“Todavía no sabemos qué posición vamos a tener que ocupar, pero suponemos que nos tocará defender la zona argentina, para que quienes representen a los ingleses no puedan avanzar”, comentó Di Giovannantonio.
El juego resulta una forma inusual de pasar el fin de semana de Pascua, más en un país católico como Argentina. Aunque cabe señalar que el juego termina el sábado, para que los locatarios puedan pasar el domingo de Pascua en familia.