Lunes y martes fueron declarados días festivos en Afganistán. Los comercios cerraron y las guardias policiales en todas las calles de Kabul impedían que la gente sin acreditación circulara para garantizar la seguridad de los delegados de más de 60 países que asistieron a la Conferencia Internacional para el Futuro de Afganistán.

Anunciada como la “primera conferencia de Afganistán en Afganistán”, ésta fue “el inicio del proceso de transición”, indicaron autoridades afganas y varios delegados extranjeros. La declaración final parece querer demostrar que Afganistán, Estados Unidos y la OTAN tienen un plan trazado que será llevado a cabo por los afganos.

El nuevo plan es muy similar a lo que planteó el presidente Hamid Karzai antes de la Conferencia: que su gobierno controle un porcentaje mayor de los fondos de ayuda -actualmente maneja el 20% de ellos- y que las fuerzas afganas de seguridad “sean responsables de todas las operaciones militares y de orden público en el país para 2014”, como indicó en el discurso de apertura. La Conferencia también respaldó el “plan de reconciliación” con el talibán, que Karzai impulsó meses atrás.

El “plan de reconciliación”, que costará 784 millones de dólares en los próximos cinco años, consiste en motivar a unos 36.000 integrantes del talibán, entre los más abiertos a dejar la resistencia, a que se rindan, den información y sean reinsertados en la sociedad, informó la agencia de noticias Reuters. Todas estas propuestas fueron respaldadas por unos 1.600 dirigentes tribales, religiosos y políticos en la jirga de la paz, en junio.

En sus últimas declaraciones públicas el movimiento talibán descartó emprender negociaciones con la OTAN, ya que considera que está ganando y que las tropas extranjeras están considerando la retirada, según declaraciones de un portavoz de ese movimiento a BBC.

Fuentes de la Casa Blanca dijeron al periódico inglés The Guardian que la apertura a estas negociaciones es consecuencia de un “cambio de mentalidad en Washington. Una solución militar no existe. Esto significa que es necesario probar con otra cosa”. Según las mismas fuentes, las negociaciones serían conducidas a través de una red de intermediarios y contactos, en secreto.

La canciller estadounidense, Hillary Clinton, presente en la conferencia, dijo que se mantendrá la fecha para el comienzo de la retirada de las tropas de su país anunciada por el presidente Barack Obama en julio de 2011. “El retiro de las tropas representa el inicio de una nueva fase, no el fin de nuestro compromiso”, aseguró Clinton en conferencia de prensa.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, respaldó que las fuerzas afganas tomen el control a fines de 2014, aunque aseguró: “Estaremos hasta que terminemos nuestro trabajo. Nuestra misión finalizará cuando los afganos sean capaces de mantener la seguridad y la paz por ellos mismos”.

Según la declaración final de la conferencia, a la que tuvo acceso la agencia de noticias EFE, “la comunidad internacional mantendrá su compromiso para proveer el apoyo necesario”, incluso después del 2014.

En la misma declaración se incluía el “firme apoyo a que se canalice al menos 50% de la ayuda al desarrollo a través del presupuesto del gobierno afgano en dos años”. El 80% del total de las ayudas será destinado a planes gubernamentales. Este cambio viene acompañado de la exigencia de los países donantes de que el presidente Karzai presente proyectos, calendarios y presupuestos bien detallados en octubre.

El control de los fondos al gobierno se hará en una transición desde el 20% actual hasta el 50% establecido de acá a dos años, aunque “la comunidad internacional espera resultados” de los planes para combatir la corrupción del gobierno, indicó Clinton, según la agencia de noticias AP. Aunque se esperan nuevas ayudas económicas, en lo que va del año se anunció la colaboración con 13.000 millones de dólares. Desde la invasión de 2001 la comunidad internacional destinó más de 40.000 millones de dólares a Afganistán.

En el terreno

Durante los dos días de conferencia murieron en Afganistán 14 policías y un civil en ataques del talibán contra puestos de policía en otras provincias.

En el primer semestre de este año murieron en Afganistán 1.074 civiles, lo que representa un aumento de 1,3% respecto al mismo semestre del año pasado. Otros 1.500 civiles fueron heridos entre enero y junio, indicó un informe de la organización Afghanistan Rights Monitor (ARM).

Casi la mitad de las muertes civiles -661- fueron atribuidas al talibán, especialmente por el uso de bombas y atentados suicidas. Las fuerzas de la OTAN son responsabilizadas por 210 muertes, una cifra menor respecto al mismo período del año pasado, la disminución se atribuye a que se restringió el uso de los bombardeos aéreos.

Los restantes civiles fueron asesinados por las fuerzas de seguridad afganas y por “hombres armados asociados con firmas privadas de seguridad o grupos criminales armados”, indica el informe.

Ayer, un soldado afgano asesinó a dos civiles y a un compañero y luego se suicidó, durante una práctica de tiro. Aunque aún se desconocen los detalles, que serán revelados por una investigación de la OTAN, es la segunda vez que algo similar sucede en una semana. El martes de la semana pasada un soldado afgano asesinó a tres militares de la OTAN en un tiroteo y luego se dio a la fuga, dejando a otros cuatro soldados heridos.