Comercio justo

Mientras que los presidentes del Mercosur reafirmaron la necesidad de lograr un acuerdo “comprensivo y equilibrado” con la Unión Europea, la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur, en una carta enviada a los mandatarios, consideró de “importancia estratégica” el diálogo político entre las dos regiones. No obstante, advirtió que un eventual entendimiento debe basarse en “una relación de equilibrio entre ambas partes” y “reconocer las importantes asimetrías existentes”, así como “regirse por un comercio justo que contemple la dimensión social, en particular en lo que refiere al impacto en el empleo ante la liberalización comercial de bienes y servicios”.

Pocas veces sucede que los presidentes del Mercosur llegan a un acuerdo después de que un tema se tranque en el Consejo Mercado Común (CMC), integrado por los cancilleres y ministros de Economía. Algo similar había sucedido hace una semana con el acuerdo que puso fin al conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de la planta de celulosa de UPM: el anuncio de Fernández y Mujica llegó en un momento en el que las cancillerías no podían avanzar por divergencias en torno a determinados aspectos del monitoreo del río Uruguay. Pero bastaron dos horas de conversación entre los presidentes para llegar a una solución.

Ayer la participación de Mujica volvió a tener una importancia central, en este caso para cerrar la redacción de un Código Aduanero que se negociaba desde hacía seis años. Es verdad que los ministerios ya habían preparado el terreno: el lunes por la noche, horas después de la reunión oficial del CMC, los cancilleres y ministros de Economía volvieron a debatir para tratar específicamente este punto, informaron a la diaria fuentes de la cancillería uruguaya. Básicamente, la diferencia radicaba en los derechos de exportación. Argentina pretendía que se consignara en el código que es potestad de cada país el establecimiento de ciertos mecanismos, como por ejemplo las retenciones a las exportaciones, mientras que Uruguay y Paraguay querían que esto fuera potestad del Mercosur.

Brasil propuso que el código aclarara explícitamente que no se haría referencia alguna a los derechos de exportación. Éste fue finalmente el artículo que se terminó incluyendo, señalaron las fuentes. Pero para llegar a eso fue necesario que las negociaciones subieran un escalón más. En un cuarto intermedio de la cumbre que se celebró ayer en San Juan, Fernández, que ya contaba con el visto bueno de Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Lugo, se reunió con Mujica y éste accedió a incorporar la fórmula brasileña.

“Mujica tuvo una importancia clave, porque éstos son temas de decisión política y los funcionarios de cancillería muchas veces no tienen las mismas posibilidades de negociar que los que están arriba”, manifestó una fuente que participó en las negociaciones. Valoró además que la “muy buena” relación personal entre Fernández y el presidente uruguayo “ayudó” a encontrar una solución.

El Código Aduanero define un marco jurídico para el ingreso y egreso de mercaderías del Mercosur, los procedimientos de declaración aduanera, los regímenes aduaneros comunes y especiales en los que pueden incluirse las mercaderías, las zonas francas y los tributos. Entrará en vigencia una vez que sea ratificado por los parlamentos de los cuatro países del bloque. Cuando esto ocurra podrán instrumentarse otros acuerdos logrados en esta cumbre, como la eliminación del doble cobro de arancel externo común y el mecanismo de distribución de la renta aduanera. Y una vez que todas estas medidas se concreten, efectivamente podrá hablarse del Mercosur como una “unión aduanera”.

En su audición en M24, que realizó ayer desde San Juan, Mujica destacó que la construcción del Código Aduanero significa que “las distintas aduanas de la región se muevan con criterios técnicos y tengan un lenguaje común para facilitar los movimientos”, y apuntó que el doble cobro de arancel “costó más de un dolor de cabeza a Uruguay” por ser un país vendedor de logística y constructor de sus productos con otros semielaborados.

Todo mundo tá feliz

Lula definió la cumbre de San Juan como una reunión “feliz”. Fernández destacó la solución del conflicto con Uruguay, que en años anteriores rondó “como una sombra” los encuentros. “No hay que temerles a los conflictos, hay que temerle a la esterilidad de los conflictos”, le respondió Mujica a Cristina, que le había agradecido por la resolución del diferendo binacional. “Obligados por la necesidad, inauguramos una política de saber cuál es la realidad de uno de los grandes ríos que componen nuestra historia. Ineludiblemente, todos los ríos de América Latina van a necesitar mecanismos de ese tipo”, manifestó el presidente uruguayo.

Luego, en entrevista con la agencia argentina Télam, se refirió al saldo negativo del conflicto. “Nos hizo mal directamente, pero además llenó de chauvinismo, de prejuicios, y hay algo que no debe existir entre nosotros, porque caemos en pequeñeces y con eso no arreglamos los problemas, los agravamos”, indicó. En su alocución durante la cumbre Mujica advirtió que la integración “no puede ser sólo el reto de los gobiernos”, sino “desafío de las fuerzas políticas progresistas en el sentido profundo del término, porque falta la reunión de nuestras masas”.

Entre las declaraciones aprobadas ayer, los presidentes condenaron “enérgicamente” el ataque israelí a fines de mayo a una flota humanitaria que se dirigía a la franja de Gaza y respaldaron una investigación “imparcial” sobre el hecho. Además, subrayaron “la necesidad de una conclusión satisfactoria y equilibrada de las negociaciones de la Ronda de Doha”, abogaron por la “rápida” inclusión de Venezuela al Mercosur, acordaron que en todas las negociaciones externas del bloque con terceros países se le dará “un trato especial y diferenciado” a Asunción “por su condición geográfica de país sin litoral marítimo y por su menor grado de desarrollo económico” y que se continuarán implementando “medidas concretas de apoyo a Bolivia”.