Esta descripción surge del informe elaborado por la Cámara de Industrias (CIU) sobre la reciente reunión del Consejo del Mercado Común (CMC) del bloque, ámbito que comprende a los mandatarios de los Estados que lo integran, donde se recuerda como antecedente inmediato de dichos acuerdos el hecho de que las relaciones entre Argentina y Uruguay “se vieron mejoradas por el levantamiento del veto del gobierno uruguayo sobre la designación del ex presidente argentino Néstor Kirchner como secretario general de la Unasur”.

Pero antes de ello, además, ambas administraciones “lograron superar el conflicto bilateral que se inició con motivo de la instalación de la empresa Botnia/UPM en Uruguay”, una de cuyas principales consecuencias para el país fue el bloqueo del puente binacional Fray Bentos-Puerto Unzué, sobre el río Uruguay.

Transcurridos los sucesos citados, “las señales desde el lado argentino no se hicieron esperar” y casi inmediatamente “comenzó a barajarse la posibilidad de que Argentina levantara las objeciones referidas al financiamiento” parcial de la interconexión eléctrica entre Uruguay y Brasil “a través de los fondos del Focem”; se trata de los Fondos de Convergencia Estructural del Mercosur, previstos en la normativa común para mitigar las asimetrías entre sus integrantes y fomentar los proyectos comunes de desarrollo. Esto, “finalmente” acordado en San Juan el 4 de este mes, generó las condiciones “para avanzar en algunas decisiones que estaban relegadas” como efecto del deterioro previo de los vínculos bilaterales.

También previo a la Cumbre, pero menos enfocado en el plano regional y más en el frente externo del bloque, sus países miembro mantuvieron contactos y tratativas con la Unión Europea (UE), orientados al “relanzamiento de las negociaciones” bilaterales en pos de un tratado integral político y económico; esas negociaciones habían sido interrumpidas en 2004 tras desarrollarse durante varios años sin generar resultados, principalmente a causa de la cerrada negativa europea a comenzar a abrir sus mercados a la competencia de la producción de origen agropecuario del Mercosur.

El renovado proceso de aproximación diplomática fue iniciado a instancias de la Comisión Europea (Ejecutivo de la UE) en el marco de una fuerte crisis financiera y de confianza monetaria que sacudió a la economía del viejo continente, cuyos débiles niveles de recuperación posterior al capítulo estadounidense de la crisis (setiembre de 2008) quedaron severamente cuestionados; la 6ª Cumbre Birregional Europa-América Latina de mayo, desarrollada en Madrid, ratificó y oficializó el relanzamiento de las negociaciones entre el Mercosur y la UE, bajo las respectivas presidencias pro témpore de Argentina y España.

El informe señala que tanto el proceso de acompasamiento de la legislación aduanera del bloque como la continuidad de la negociación bilateral con la UE “intentarán su consolidación bajo la presidencia pro témpore de Brasil, país que en los últimos tiempos ha otorgado especial importancia a los asuntos regionales con impacto en la agenda internacional”.

Decisiones

San Juan fue escenario además de las correspondientes reuniones del Grupo Mercado Común y la Comisión de Comercio del Mercosur, ámbitos orgánicos del proyecto de integración a través de los cuales fueron vehiculizados los significativos acuerdos alcanzados previamente por los presidentes en el máximo nivel político. Así, el CMC produjo como resultado la aprobación de 27 decisiones y cinco recomendaciones (no vinculantes) sobre diferentes temas, entre ellos la unión aduanera, la integración productiva, la reducción de las asimetrías y la agenda exterior.

El informe de la CIU destaca los acuerdos logrados en cuanto al “perfeccionamiento de la Unión Aduanera, en particular la aprobación del Código Aduanero (CAM), la eliminación del doble cobro del AEC (Arancel Externo Común) y la distribución de la renta aduanera”.

La aprobación del CAM implicará su incorporación “a los ordenamientos jurídicos de todos los Estados miembro para que entre en vigencia”, pero además “la implementación de algunas disposiciones reguladas” en el nuevo texto supondrá “el ajuste de la normativa aduanera” interna de cada país, la cual “seguirá vigente para aquellas disposiciones no incorporadas en el CAM”.

Los mandatarios acordaron que el alcance del CAM se limite a los derechos de importación y a los regímenes especiales sobre ingreso y circulación de bienes, y que no aborde los derechos de exportación, con lo cual el tema de los gravámenes a las ventas externas (retención o detracción) continuará regido por “la legislación de los Estados” miembro, cuyos derechos al respecto permanecerán inalterados. “En consecuencia, si bien continuarán los reclamos en curso existentes en la justicia interna argentina, así como la activación del Mecanismo de Solución de Controversias del Mercosur por incumplimiento de lo pactado en el Tratado de Asunción (Derecho Originario), el CAM no legisla sobre dicho asunto”.

Por otro lado, el CMC dio la luz verde a “los lineamientos para la implementación de la eliminación del doble cobro del Arancel Externo Común” y también aprobó el criterio para “la distribución de la renta aduanera generada por los miembros del bloque”; en este punto, si bien la decisión implica “un avance sustancial en la aprobación de la normativa básica” exigida por el nivel “de integración que pretende alcanzar el Mercosur, el éxito en la implementación dependerá del avance en las negociaciones de aquellos asuntos no reglamentados en la misma”.

Fondeados

El resultado de mayor significación económica para Uruguay y la proyección de sus planes de desarrollo emergido de la Cumbre de San Juan fue la dilatada aprobación del financiamiento por el Focem del proyecto de interconexión eléctrica entre el país y Brasil. Presentado por Uruguay al resto de los socios, “supone un monto total de aproximadamente 98 millones de dólares” en lo concerniente a la parte del plan a ser realizada en territorio uruguayo. “Del total anteriormente mencionado, en el entorno de 83 millones de dólares serán aportados por fondos del Focem, mientras que cerca de 15 millones de dólares por Uruguay en carácter de contrapartida nacional”; cabe señalar que el financiamiento del Focem tiene carácter no reembolsable.

Asimismo, si bien la reunión de San Juan no produjo ninguna decisión sobre el relacionamiento comercial entre la UE y el Mercosur, la agenda de los presidentes recogió la relevancia del relanzamiento de las negociaciones entre ambos bloques, al punto que el tema fue incluido en el comunicado conjunto de los presidentes.