La firma del contrato que establece la continuidad del maestro Tabárez al frente de las selecciones nacionales de fútbol de Uruguay destrancó la situación que en algún momento sufrió bajo la sombra de oscuros nubarrones. Así se expresó el entrenador celeste:
Juventud, divino tesoro
“En nuestra cultura del fútbol existe la perversidad de decir que sólo se festejan los campeonatos. Por eso creo que el gran clic ha sido el de las mujeres de nuestro país. Mujeres jóvenes y maduras, creo que la selección nacional las ha ganado para sí. El otro gran clic lo hicieron los jóvenes. En uno de los peores momentos de las eliminatorias, la gente que estaba en el estadio se puso del lado de la selección. No apareció ese silencio que taladra o los silbidos que además contagian. Los jugadores que estaban en la cancha sintieron eso. También hubo un estadio lleno en el partido de despedida, ejemplo de la sintonía que había con la gente. Durante el Mundial la gente joven de nuestro país decidió cuándo festejar, no cuando le dijeran que había que salir a festejar. Yo creo que ese clic de los jóvenes debe incorporarse a nuestra identidad futbolística. El ganar o el perder depende siempre de lo que sucede ahí, en la cancha. El tema es cómo. La marca Uruguay tiene que seguir recibiendo cosas positivas por las que nos reconozcan en el mundo entero”.
“En un momento no teníamos tan claro que se pudiese concretar. También éramos conscientes de que dependía de cuál era la opinión de la otra parte con respecto a los contenidos de los proyectos de trabajo. Cuando se fue aceptando la idea quedaron los detalles, y la firma del contrato fue la culminación que nos pone de lleno en el trabajo. Nosotros nos vamos a apoyar en las mismas ideas básicas y en la experiencia de los últimos cuatro años. La intención nuestra es dejar un camino, una rutina para el futuro. Más allá de la expectativa de lo que viene, nosotros vamos a tomar la experiencia anterior, de la que muchas cosas nos han dejado muy conformes. Establecer una rutina para el futuro cuando no estemos nosotros, que haya un apoyo logístico para todas las selecciones nacionales. Ése es el objetivo”.
Dos meses después de que terminara el Mundial en el que Óscar Washington Tabárez y su equipo técnico llevaron a la selección al cuarto puesto, se llegó a la conclusión de renovar su contrato, que los ligará a la AUF por cuatro años más, “hasta la final del Mundial de Brasil”, según dijera el presidente del Consejo Ejecutivo, Sebastián Bauzá, manifestando su deseo de llegar a lo más alto, cuando el viernes pasado se estamparon las firmas correspondientes. Aparte de Tabárez, firmaron sus respectivos documentos contractuales el profesor José Herrera y los entrenadores ayudantes Celso Otero y Mario Rebollo.
Es la primera vez que sucede esta renovación de un cuerpo técnico mundialista en la historia del fútbol uruguayo. El énfasis marcado ahora es el de completar una orientación de trabajo que atienda seriamente al fútbol juvenil del interior del país.
La tarea abarca las selecciones mayores y todas las juveniles, la sub 20, la sub 17 y la sub 15, como fue hasta que renunció a esa tarea en enero, cuando los mismos dirigentes que actuaron ahora vetaron su propuesta de Daniel Carreño para dirigir la sub 20. En este marco, el DT mundialista tuvo palabras de apoyo hacia Juan Verzeri, actual técnico de la juvenil mayor.
“Nosotros fuimos muy conscientes de que teníamos un producto para ofrecer, el cual se ha visto y en el cual queremos profundizar en otros aspectos, y valía poner en un contrato esos contenidos para que fuera responsabilidad de todos los que firmamos el acuerdo”, dijo Tabárez en rueda de periodistas, luego de la ceremonia pública. Y de inmediato comentó las cláusulas económicas: “Las fijamos después de pensarlo mucho por creerlas posibles, adaptadas a la realidad de nuestro fútbol y a lo que nosotros ofrecemos como entrenadores”.
Según un neutral, el contrato insumirá en su globalidad, no sólo por los salarios, una inversión que se puede acercar a 200.000 dólares mensuales donde la AUF invertirá 60.000, mientras que los recursos “donados”, que serán administrados por la Corporación Nacional para el Desarrollo se aproximarán a los 140.000 restantes.
Tabárez enfatizó que la firma de los contratos lo que hizo fue “respaldar una opción de vida, una decisión profesional; está claro que queríamos quedarnos a trabajar acá”, razón por la cual no fue a fondo en el análisis de ofertas de cifras superiores llegadas del exterior.
Ahora que todo gira
-La participación en el Mundial de Sudáfrica resignificó todo, sobre todo para los gurises, para la muchachada.
-Sí. Creo que también hay elementos evolutivos que tienen que ver con cosas nuevas que se agregan a esa identidad. Por ejemplo, en Uruguay, determinada cantidad de años atrás la Noche de la Nostalgia no existía. Es una fiesta de la gente, algo que es muy nuestro y se instaló como nuestro y despierta la sana envidia de otros medios que no la han podido instalar. En el caso del fútbol, que tiene mucho más historia que esto, es algo muy importante para la vida de todos los uruguayos. Uruguay es uno de los países del mundo, de los más de 200 países de la FIFA, que tienen mayor cultura futbolística. Yo creo que la cultura futbolística es aquélla que hace que el fútbol sea algo muy importante para todos los habitantes de un país. Las reacciones que generó la actuación de Uruguay justifica todo esto. Infinidad de mujeres me han dicho: ¡yo de fútbol no entiendo nada! Y yo pienso que a partir del Mundial algo más entienden... Las cosas que se le reconocen a la selección tienen que ver con la imagen con la que ellos quieren que se reconozca a los uruguayos, ese sentimiento de identidad que de alguna forma nos une como pueblo. No es una exclusividad de los uruguayos. Yo veo a la selección argentina de básquetbol y veo también eso: ser humilde, pelear con todo, dar el máximo, gestos de compañerismo, de solidaridad, de respeto al compañero, no tienen exclusividad con otros pueblos del mundo.
Selecciones nacionales
“En épocas anteriores hablamos de poner la carreta delante de los bueyes. Con las mieles de la victoria hay que tratar de instaurar cosas que hacen a la fundamentación, a toda la marcha que puede tener una organización de selecciones nacionales. Creo que desde 2006 hicimos las dos cosas simultáneamente. Somos conscientes de que es importante tener una gran organización que respalde todo. Tengo una gran admiración en este caso por Francia, es lo mejor que yo conozco. Creo que hay que ir haciendo cosas. No pretendemos hacer ninguna revolución pero sí apoyarnos en las realidades positivas que podamos tener, que las hay, y rodearlas de una organización que haga un poco más lógica la realidad de nuestras selecciones nacionales. En lo que tiene que ver con cómo es el fútbol moderno de estos tiempos hay que tener un concepto de evolución, hay que mirar mucho hacia los medios más desarrollados y similares, ver las condiciones demográficas, sociales, económicas y no compararnos porque sí. Mirar mucho hacia la historia que tenemos, que eso es parte de nosotros también. Aquella teoría de que sólo se festejan los campeonatos, que estuvo muy en boga, está claro que hay que dejarla atrás. Esto es lo que intentamos hacer sin renunciar a nada de antemano pero estableciendo las condiciones, para que las intenciones tengan cierto sustento y no sean apenas manotones de ahogado.”
No es grupo
-Desde marzo de 2006 hasta junio de 2010 hubo un largo y pensado proceso de trabajo, centenares de entrenamientos, contactos, decenas de partidos. ¿La conformación del grupo fue clave en los 23 futbolistas que estuvieron en Sudáfrica?
-Yo creo que había cosas que teníamos muy claras en el Mundial: la manera de ser de este grupo, las relaciones interpersonales que había entre todos. Todo estaba muy encaminado. Más allá de que en el origen fuera una propuesta del cuerpo técnico y de la evolución que hubo luego. Sabíamos -y lo hablamos muchas veces con los jugadores- lo que era el Mundial en cuanto a la resonancia que podía tener en todo el mundo con respecto a lo que pasara ahí. El comportamiento, el acatar las reglas, el profesionalismo, y después también el relacionamiento hacia los otros estamentos fuera de la cancha. También teníamos conciencia de que lo bueno que pudiéramos hacer en el Mundial iba a tener más resonancia que cualquier otro torneo. Ése fue el elemento motivador más grande para todos nosotros. Todo se fue juntando para evolucionar, y a través de lo que se hizo en la cancha eso es fundamental en el fútbol, los partidos son cosas de futbolistas. Los entrenadores influimos en el antes, y en el durante yo creo que poco.
Fútbol juvenil
-¿Usted le va a dar prioridad al fútbol juvenil del interior?
-Fundamentalmente hay que tratar de que si queremos una formación integral de los deportistas juveniles del interior, el estado psicológico es clave. Creo además que hay otro aspecto muy importante. Y hay que cuidarlo. El ocio en tiempo libre se puede usar de muchas formas. El fútbol influye en la gente, es el deporte nacional más importante de este país. Los niños se apasionan, lo juegan. Simplemente hay que tratar de dar posibilidades para que ese tiempo de ocio se encamine hacia las actividades deportivas. El fútbol puede abrir puertas para otras cosas importantes. A través de la práctica de un deporte, por el solo hecho de practicarlo, se ejercita la voluntad del individuo. Creo que tiene que tener además una finalidad social, y no dejar el camino abierto a otras formas para nada valiosas como la droga o sumar a los índices de la delincuencia.
Tierra adentro
-¿Cuál sería la interacción de los futbolistas jóvenes de nuestro país interior en esta etapa?
-Suerte que usted me lo pregunta. Hay gente que ya ha escrito sobre esto y yo no he hablado con nadie. La idea es ver que en las 52 semanas de un año, les demos la posibilidad a todos en el interior de jugar al fútbol. La competición siempre es muy formativa, con controles, valorizaciones, dando espacio a la formación correcta de la personalidad del deportista. Hay que atender las realidades de todo el interior. La sola práctica del fútbol tiene que ver con el esfuerzo de voluntad, con tener compañeros, con la solidaridad, con tener rivales, respeto a los árbitros, al público que va a ver esos partidos, la vinculación de la familia; cuantos más actores positivos convoque esa actividad va a tener más beneficios. Todo eso se hace en todo el mundo. Nosotros vamos a ver si lo podemos hacer. Creo que lo podemos hacer. Es un trabajo de todos, a plazos mediatos, de convencimiento, de invertir tiempo, dinero, capacidades. Entonces, todo esto nos entusiasma a nivel personal. Es algo muy importante para nuestro país y no sólo para quienes juegan al fútbol, como puede pensar alguno que piensa en chiquito.
En agenda
-¿Las selecciones juveniles, por un lado, y la utilización de todas las fechas FIFA seguirán siendo puntos fundamentales del proyecto?
-Las oportunidades de competir hay que aprovecharlas, siempre. Nosotros tenemos que estar en el mundo del fútbol actual. Hay que distinguir en el concepto de fecha FIFA, es decir, aquéllas en las que es obligación que los clubes cedan a los futbolistas. Las otras son fechas en las que se puede concertar partidos aunque no pueda contarse con la cesión de todos los futbolistas, ya que la disponibilidad de ellos depende exclusivamente de los clubes que tienen sus derechos federativos. Como ahora por ejemplo, que había eliminatorias de la Eurocopa y hubo mucha actividad. Con respecto a los juveniles, también hay que darles apoyo y experiencia. El ritmo del fútbol internacional es superior al del fútbol interno. Hay que darles actividad internacional a las selecciones sub 20 y sub 17, queremos que tengan posibilidad de ese tipo de partidos. La semana anterior la sub 17 jugó dos partidos en Chile. Ganó y empató. Y la sub 20 el viernes pasado jugó su primer encuentro y lo ganó. Que esos grupos vayan con todo el respaldo posible y que, a su vez, intenten buenas actuaciones. Creo en continuar con cierta mentalidad positiva. ■
*Reportaje realizado en el Deportivo Uruguay, 1050 AM y la diaria, Textos: Marcelo Tasistro.