En 2009 el registro de propietarios indicó que 15,8% de los jóvenes reunía esa característica, porcentaje que en 2006 era de 20,8%, según el estudio Juventudes del Instituto Nacional de la Juventud (Inju). Todo indica que la diferencia se explica en un vuelco hacia los alquileres, cuya incidencia pasó de 37,1% a 42,1% en el mismo período.

El informe sostiene, además, que hay una tendencia a la “postergación de la emancipación”, lo que se manifiesta a través de “la asunción de roles adultos vinculados a la dinámica familiar”. De acuerdo al estudio, son señales de emancipación contraer matrimonio o vivir en pareja, dejar de vivir con los padres o tener hijos.

Respecto a la situación laboral de los menores de 30 años, el informe destaca que “los indicadores más relevantes del mercado laboral mejoraron en los últimos años (actividad, empleo, desempleo, formalización, entre otros)”. Sin embargo, “la tasa de desempleo entre los jóvenes, y en particular entre las jóvenes”, continúa siendo sensiblemente superior a las de otras franjas. El estudio lamenta que “los niveles de precariedad, subempleo e informalidad” en esa franja “son sistemáticamente más altos” que para el resto de la población económicamente activa.

Casa e hijos

Si bien muchas parejas esperan asegurarse el acceso a una casa propia antes de decidir ser padres, las líneas de crédito del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) requieren que los futuros propietarios tengan “a su cargo menores de 18 años y/o una persona con capacidades diferentes”.

Desde la secretaría de Estado se reconoce la limitación. “El gran inconveniente que hemos visto es que todos nuestros programas, hasta ahora, tienen alcance limitado: el problema central es que las parejas jóvenes sin hijos” no tienen cabida, admitió Américo Rocco, director Nacional de Vivienda. Para aquellos que sí los tienen, el ministerio concede subsidios. El ingreso familiar debe oscilar entre 25 y 60 Unidades Reajustables (UR), entre 11.716 y 28.119 pesos, según el valor actual de la UR (468,65 pesos). La tasa de interés es de 5% y debe abonarse, como máximo, en 25 años.

Rocco anunció que en 2011 habrá planes específicos para parejas sin hijos, para lo cual se conformó una Comisión Asesora de Vivienda que se encargará de elaborarlos. Explicó a la diaria que actualmente no los hay porque “en el quinquenio anterior la política social priorizó la niñez y la adolescencia; habiendo cumplido una etapa en esa dirección, ahora se entiende conveniente dar prioridad a los jóvenes”, además de reconocer que “la demanda es manifiesta”.

Públicos y privados

El Banco Hipotecario es el que exige los ingresos más elevados. Si un empleado público, por ejemplo, pretende un crédito que equivalga del 66% al 80% del valor del inmueble, debe poseer un ingreso familiar de 11.000 Unidades Indexadas (UI), o sea, 23.000 pesos al valor actual. Para el mismo préstamo un empleado privado debe acreditar ingresos familiares por 16.000 UI (33.592 pesos). En lo que hace a la antigüedad laboral también hay diferencias: para los públicos son seis meses y para los privados tres años. En ambos casos, la cuota-ingreso es del 25% y el plazo máximo para la devolución es de 25 años. El préstamo debe estar entre 100.000 y 1.800.000 UI (209.950 y 3.779.100 pesos). La tasa de interés es del 6%.

En materia de bancos privados, el Santander es una de las alternativas. Dispone de tres propuestas: créditos en UI, en dólares americanos o en moneda nacional. En UI, se financia hasta 80% del valor de tasación del bien y se dan hasta 20 años para pagar. En dólares, se cubre hasta 70% en 18 años. Los plazos mínimos son tres años para ambos casos, informó a la diaria Pablo Gaudio, gerente de productos de Santander.

Respecto a la relación cuota-ingreso, en el caso de las UI, es de un máximo del 30%. “La cuota no puede superar el 30% de los ingresos del titular o de los titulares; muchas veces son matrimonios, en ese caso se suman los ingresos”, precisó Gaudio, quien agregó que en el caso de préstamos en dólares, la cuota-ingreso es del 20%. Los ingresos mínimos que tiene que tener el núcleo familiar para calificar son de 20.000 pesos líquidos mensuales.

El piso que presta Santander es de 20.000 dólares para acceder a un inmueble de 45.000 dólares. Las tasas de interés son del 6,5% arriba de la variación de la UI para los créditos en esa moneda; mientras que en dólares es del Libor (tasa de interés variable) más el 7%. Los créditos en UI no llevan IVA; los de dólares, sí. La novedad para la institución son las líneas en moneda nacional. Gaudio destacó que suponen una cuota fija durante todo el período del crédito, que puede ser de hasta diez años. Los porcentajes de financiamiento son los mismos que en los créditos de UI (80% del valor del inmueble).

Sacando cuentas

“¿Averiguaron en el Hipotecario?”, es el comentario escuchado tantas veces por parejas jóvenes que buscan casa. Sin embargo, las exigencias desaniman a los futuros propietarios: no son muchos los que perciben 33.000 pesos al mes.

Por ejemplo, si un joven tiene un empleo privado y pretende comprar un apartamento de 45.000 dólares, puede solicitar como máximo el 80% del valor. Para un crédito a 20 años, el BHU establece una cuota de 5.308 pesos, mientras que el Santander, 5.982 pesos -de acuerdo a los simuladores de préstamos disponibles en las páginas web-. Las cuotas del Hipotecario resultan más accesibles mes a mes, pero para calificar es condición ganar más de 33.000 pesos; 13.000 pesos más que lo requerido por el banco privado.