La fecha fue elegida al azar aunque al momento de agendarla, para efectuar la convocatoria y las invitaciones correspondientes, los trabajadores tuvieron en cuenta el buen momento que está atravesando Ñandé. Sebastián Ugarte, arquitecto y gerente general del emprendimiento, definió el acto que ayer tuvo lugar en Casavalle como "una celebración" y especificó que, una vez encaminado el trabajo y la planta industrial, era momento de "celebrar por el trabajo como la forma de lograr un desarrollo personal y como la forma de generar y producir cosas positivas que ayuden a mejorar la sociedad".

Ñandé, que en guaraní significa "nosotros" o "entre nosotros", se define como una empresa socialmente comprometida pues su fin es consolidar soluciones en madera, posibilitando el acceso a la vivienda a los ciudadanos más excluidos mediante un sistema participativo e integrador. Además tiene por cometido financiar proyectos sociales y sustentar la Escuela de Oficios de Don Bosco del Movimiento Tacurú, al tiempo que brindará la posibilidad de capacitarse y formarse a los jóvenes que estudian allí. Es impulsada por la comunidad salesiana y recibió apoyo inicial para su financiación de una fundación suiza, con la Procura Salesiana de Suiza mediante.

El carpintero Diego De Angelis, gerente de Producción de Ñandé, contó que el sueño de consolidar una iniciativa con estas características se remonta a mucho más atrás en el tiempo que un año y medio. De hecho recordó que su compañero de trabajo Marino Giúdice, actual gerente de Investigación y Relacionamiento, se imaginaba un emprendimiento así 18 años atrás. De Angelis se incorporó hace 13 años a la Escuela de Oficios, donde nació la idea a partir de dos necesidades fundamentales: "Dar sustento a la escuela y a la gente del barrio". "Fueron muchos años de ver por dónde, de cómo hacer, de buscar un sistema productivo, de encontrar los materiales; hace poco años que, efectivamente, en el país hay materiales de fabricación nacional para la construcción de viviendas", reflexionó en conversación con la diaria. Señaló que diez años atrás todavía no había madera en condiciones de ser utilizada para la construcción de casas y que hoy Uruguay dispone y exporta material de calidad.

Lo tendremos en cuenta

El presidente del Instituto Nacional de Colonización, Andrés Berterreche, asistió a la inauguración y bendición de la planta industrial de Ñandé. Que construyan casas de madera, con mano de obra y producción nacional, con menores costos, a la vez que se trata de una propuesta de desarrollo inclusivo y de equidad, son algunas de las características que llevan a pensar que allí se pueden encontrar "soluciones para algunos de los problemas de vivienda que tenemos en Colonización". Explicó que la búsqueda de tierras para colonizar y de los recursos para la construcción de las viviendas se hacen a la par. "Si bien es prioritario conseguir la tierra para la colonización, también lo es tener toda la infraestructura que a veces nos genera muchos problemas. Tenemos colonias enteras con la gente asignada, con todo para producir, y todavía no podemos resolver algunas cosas que tienen que ver con este tipo de soluciones".

También se refirió a las ventajas que ofrece la madera Luis Polakof, director de Desarrollo Económico e Integración Regional de la Intendencia de Montevideo (IM), quien también participó en la ceremonia. Dijo que la iniciativa "es una opción de construcción y una opción para generar oportunidades de trabajo", al tiempo que puede ser una alternativa a tener en cuenta en los realojos que lleva adelante la comuna. Expresó que "las sociedades se transforman con trabajo y trabajadores", y consideró que un paso previo es "procurar que todas las personas tengan condiciones dignas de vida".

Detalló las ventajas de construir en madera: menores costos que una casa de construcción tradicional y un mismo nivel del confort; la aislación es mejor que la que brinda la mampostería y el tiempo que insume la construcción. Al tratarse de viviendas prefabricadas, el montaje se realiza en forma rápida. "Una casita de 40 metros cuadrados se monta en cinco días y en siete está terminada", aclaró. Las construcciones de madera requieren un tratamiento inicial para protegerlas y evitar a futuro un mantenimiento excesivo.

Al ser consultado por las diferencias que tienen las casas de madera prefabricada respecto de las que construye Un Techo para mi País, De Angelis destacó que la diferencia está en que las de Ñandé son viviendas definitivas y las de la organización no gubernamental son soluciones de emergencia para que duren un tiempo determinado. El gerente de Producción destacó que las viviendas no tienen punto de comparación porque son distintas las acciones que llevan adelante ambas iniciativas; valoró el trabajo de los jóvenes de Un Techo para mi País y detalló que el accionar de ellos es en tres etapas, y que los beneficiarios comienzan por una vivienda de emergencia y culminan con una casa definitiva y con la consolidación de un asentamiento en un barrio. "Lo que nosotros construimos son viviendas definitivas; es una casa para que dure el tiempo que tenga que durarle a una familia en toda su vida", resumió.

Casa y trabajo

Poco más de diez personas integran la plantilla de trabajadores de Ñandé. La mano de obra está conformada por siete hombres y dos mujeres de la zona. Laura Villar, que forma parte del equipo, contó que "la igualdad de condiciones" fue uno de los conceptos que quedaron más en claro desde el principio. "Hay mucha coordinación en el grupo, por lo que cada uno ya sabe lo que tiene que hacer. Yo trabajo a la par de los chiquilines, nos vemos todos por igual, somos compañeros de trabajo; no hay diferencia en que yo soy mujer y vos sos hombre", expresó.

Estudiando y trabajando fue como Laura adquirió experiencia en maquinaria y obra para desarrollar la tarea que hoy lleva a cabo en la empresa. Con sentido del humor comentó: "Nunca trabajé en un trabajo femenino, hice siempre trabajo masculino porque me identifico más; creo que no tengo paciencia para estar sentada en una oficina o atendiendo al público. Soy uno más".

Por su parte, Javier, también trabajador, manifestó que siente "orgullo" de formar parte del proyecto, no sólo por tener trabajo de carpintero, que fue para lo que se formó en la Escuela de Oficios, sino también porque en sus ratos libres se está construyendo su propia casa de madera, a pocas cuadras de la planta industrial, la que disfrutará con sus hijos.

El gerente de Producción explicó que el objetivo de la empresa no es crecer en personal, como máximo llegarán a trabajar entre 15 y 20 personas; sí habrá espacio para pasantías para los estudiantes de la Escuela de Oficios porque "cuando hablamos de producir y de que hay que trabajar no hay mejor manera que estar trabajando para demostrarlo".

Serrucho inicial

En la inauguración estuvieron presentes el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, y el presidente de la República, José Mujica. El primero fue responsable de bendecir la planta industrial, mientras que el segundo tuvo el honor de serruchar la banda inaugural realizada acorde con el proyecto, en madera.

Otras autoridades nacionales y departamentales, así como de la comunidad salesiana, participaron en el acto. El arquitecto Ugarte se encargó de comprometer a las autoridades presentes, reparando en el significado de Ñandé y solicitando que la palabra “nosotros” no quede “en un simple eslogan”. “Hacer juntos es poner lo que solamente cada uno puede poner para que esta pequeña locura salga adelante”, concluyó.