“Me encantaría tener un equipo A y uno A’, pero las turbulencias hay que superarlas y hay que salir de este momento”, había dicho Carrasco en la antesala del partido de ayer, en el que la victoria era impostergable. Siguiendo sus palabras, el entrenador repitió el equipo que había empatado entre semana con el Fluminense, con la excepción de los ingresos de Rodrigo Muñoz y Richard Porta. Así y todo, no fue hasta el segundo tiempo, cuando ingresaron Horacio Peralta y el Morro García, que Nacional quebró la paridad forzada por un equipo bellavistense, meritorio aunque bastante ineficaz.
De acuerdo a lo que viene viendo desde hace algunos partidos, Carrasco parece haber encontrado una oncena, aunque no la totalidad, porque el gran debe del equipo sigue siendo el aspecto ofensivo. Pese a que es uno de los grandes caballitos de batalla de JR, la claridad en ataque no sobra en este equipo tricolor, que en muchas ocasiones suma gente en las cercanías del área ajena, pero en el afán de hacer los firuletes requeridos por el técnico pierde ocasiones de gol y multiplica los murmullos que llegan desde la tribuna. Apenas seis minutos después de haber entrado a la cancha el Morro García con una notable definición de derecha marcó el único gol de la tardecita dominguera. El Morro reemplazó al inocuo Vigneri y en muy poquito tiempo dejó claro quién debe jugar y quién pelear por el puesto. Antes, el ingreso de Peralta había empezado a cambiarle la cara a un equipo que en el primer tiempo, a pesar del predominio sobre el rival, no pudo superar la sensación general de apatía. Bella Vista tuvo una pobrísima presentación y aunque pudo llegar al empate en un par de ocasiones -los delanteros Palermo y Varela erraron chances muy propicias- un punto hubiera sido un premio excesivo para los papales. Porque la imposición de Nacional, si bien fue ajustada, también se justificó plenamente. Dentro de la chatura general, cabe un destaque para el volante Mauricio Pereyra, el más claro de su zona, y también para la reaparición del argentino Muñeco Gallardo, cuyo buen pie puede significar un buen aporte para Nacional de cara a lo que viene.
Los bellavistenses terminaron el partido calientes, protestando un supuesto penal cometido por Cristhian Núñez, aunque el innegable contacto de la pelota con el brazo del jugador no tuvo la intención que el reglamento requiere para la sanción.
Del otro lado el pitazo final de Cabrera provocó un desahogo, aunque inmediatamente el parco festejo de la victoria dejará lugar al análisis y en esa parte los albos no pueden quedarse del todo conformes.