El sábado murió a los 88 años, por causas naturales, el argentino Alberto Granado, amigo de la adolescencia y compañero de viaje de Ernesto Che Guevara.

Granado emprendió junto al Che el viaje en motocicleta por América del Sur que comenzó en 1951 y duró nueve meses. Con muy pocos recursos, a bordo de una vieja moto a la que llamaron “La Poderosa”, y con escaso equipaje, el viaje les permitió visitar las regiones más pobres del continente y conocer de cerca las condiciones de vida de sus pobladores, algo que marcó a los dos.

El viaje, llevado al cine en la película Diarios de motocicleta, terminó en Venezuela. Luego el Che viajó a Cuba, donde conoció a Fidel Castro, mientras Granado se quedó en Venezuela y allí conoció a su futura esposa, Delia.

Luego del triunfo de la revolución cubana, Granado fue invitado a viajar a La Habana, donde se estableció un año después con Delia y sus tres hijos. Definido por los medios cubanos como un “fiel amigo” de Cuba, colaboró con la “formación de profesionales de la medicina y la genética” en los primeros meses de la revolución, cuando la isla contaba sólo con 3.000 médicos. Desde 1961 dirigió el Departamento de Genética cubano hasta que se retiró en 1994.

En los últimos años se dedicaba a pronunciar charlas en todo el mundo sobre el viaje que compartió con el Che.

Centenares de personas lo despidieron el sábado en su velorio en La Habana. Junto al féretro se depositaron ofrendas florales de Fidel y Raúl Castro. Según su última voluntad, que dejó establecida por escrito, sería cremado luego del velorio y sus cenizas serían esparcidas en Argentina, Cuba y Venezuela.