El titular de Economía participó ayer en un seminario para legisladores de la región organizado por el Centro de Formación de la Cooperación Española en Montevideo, denominado “Globalización, políticas públicas y cohesión social”. El jerarca comentó que el título de la instancia fue "suficientemente amplio" como para abarcarlo en todas sus dimensiones, por lo que se concentró en explicar cómo Uruguay ha tratado de vincular los efectos de la globalización e internacionalización del país con la justicia distributiva.

"El crecimiento sólo ocurre si llega a todos los que tiene que llegar", evaluó Lorenzo describiendo los cambios que se dieron en el ámbito fiscal en los últimos años, ya que "la política fiscal es la más política de todas las políticas" porque determina quién debe pagar impuestos y quién será destinatario del gasto.

Recordó que en 2005 se decidió garantizar la "sustentabilidad fiscal y de deuda", que constituyó el pilar clave de la política de gobierno. "Sabíamos que debíamos recurrir a la herramienta fiscal para lograr distribuir y crecer. Necesitábamos que cada paso para financiar programas claves tuviese una sustentabilidad muy firme", fundamentó.

Entra y sale

El secretario de Estado enfatizó que los cambios aplicados apuntaron a los dos extremos de la política fiscal: los ingresos y los gastos.

Respecto de los primeros hubo dos reformas relevantes: una en la administración tributaria, que permitió reducir la evasión a 15% en 2010, y otra a partir de la reforma tributaria, que permitió operar una mayor progresividad en el sistema impositivo.

En lo que concierne a gastos del gobierno, dijo que se realizó un "rediseño de las políticas sociales" aumentando el gasto destinado a la protección social, mediante "respuestas inmediatas" como el Plan de Emergencia y otras respuestas de mediano y largo plazo, como la inversión en educación pública, la reforma de la salud, el fortalecimiento del sistema de asignaciones familiares, la política de atención "a preescolares y pre-preescolares" (en los centros CAIF) y el Plan Ceibal, entre "otros esfuerzos". "Ocho de cada diez pesos del Presupuesto se orientan a políticas sociales", aseguró, para aclarar después: "Sabemos que la prosperidad económica es aprovechable para aquellos que tienen medios para aprovecharse", porque tienen educación, más contactos, contextos sociales adecuados, más recursos financieros, más capital, quienes "por suerte en Uruguay cada vez somos más". Sin embargo, matizó el ministro, "el problema es que nuestras sociedades tienen una estructura muy dual, en la cual hay un segmento importante de la población [...] que no forma parte de estos procesos". Ante la pregunta formulada por un legislador, “¿qué le falta [por hacer al país]?”, Lorenzo respondió que los avances registrados no implican que no quede nada por hacer. "Si de mis palabras surgió [la interpretación de] que la tarea está acabada, me equivoqué en el enfoque. Lo que falta es tanto o más importante que lo que se hizo hasta ahora", puntualizó. En este sentido dijo que si bien la pobreza se redujo aún representa 15% de la población, y que aunque la indigencia es de sólo 0,7% involucra a unos 7.000 hogares. Además, evaluó que Uruguay mantiene "una amplia agenda de reformas estructurales pendientes", tanto en el ámbito institucional como en la mejora del funcionamiento del mercado local.

Disciplina

Consultado sobre los desafíos de la región, Lorenzo contestó que la tarea principal pasa por consolidar la integración, evitando “los bilateralismos” y las medidas “unilaterales”, haciendo una clara referencia a la postura que han adoptado tanto Argentina como Brasil, en los últimos años. “Si tuviera que priorizar desafíos en la región seguramente llegaría a los desafíos tributarios, después de hacer hincapié en los principales desafíos para seguir progresando: la necesidad de recomponer el sistema de disciplina que rige los vínculos comerciales”, explicó el ministro y evaluó: “Enfrentamos problemas de creciente bilateralización”, advirtiendo que, “toda vez que se bilateraliza, toda vez que se siguen interponiendo obstáculos paraarancelarios en el Mercosur, se deteriora la calidad institucional, las certezas de quienes invierten, y afecta mucho a los países”.

Igualmente, denunció que los más perjudicados son los países chicos, Paraguay y Uruguay. “Somos objeto de medidas que nos perjudican” aplicadas por los dos socios grandes, sin que el país pueda responder con medidas espejo a modo de réplica. “Nos perjudica doblemente”, alertó.

El jerarca opinó que resulta necesario “eliminar las acciones bilaterales y unilaterales”, para luego proceder a la elaboración de “una agenda de armonización de políticas, que tiene mucho de importante para que funcione un área de libre comercio” verdadera en el bloque. “Pero en estas cosas lo peor es hacer una lista infinita de temas a tratar. Digo que nos concentremos en aquellas cosas que hoy son la atención principal”, propuso.

Al mismo tiempo, indicó que para Uruguay es importante que “el Mercosur tenga resultados efectivos en sus negociaciones con terceros países”.

Sobre el punto mencionó las negociaciones comerciales en marcha entre el Mercosur y la UE, que en 2010 y luego de varios años de estancamiento se volvieron a abrir. Subrayó que, pese a que 15 años para negociar un acuerdo comercial es un período “muy extenso”, es bueno que el diálogo siga abierto porque representa una “señal de mutuo interés”. “Nosotros aspiramos a que en la segunda parte del año haya un intercambio de ofertas que sea satisfactorio y que permita avanzar”, concluyó.