Una fuente de la OTAN que pidió que se preservara su identidad confirmó a la agencia de noticias EFE que la organización bombardeó, en la madrugada de ayer, un centro de mando “de alto nivel” en la localidad de Surnam, al oeste de Trípoli, donde según el régimen de Muamar Gadafi hubo 15 víctimas civiles, entre ellas tres niños.

El domingo, el gobierno libio acusó a la OTAN de haber matado a otras nueve personas, entre las cuales había un niño y una mujer, y herido a 20 civiles más en las afueras de la capital. Horas después la OTAN admitió haber matado por lo menos a cinco civiles y dijo que esto se debió a que un misil falló. Un poco antes, esa organización también reconoció que mató a seis rebeldes al bombardear por error una de sus caravanas en el puerto petrolero de Brega.

El vicesecretario de la Liga Árabe, Ahmed bin Heli, recordó ayer que la prioridad de las operaciones de la OTAN en Libia “es proteger a los civiles y no que sean objetivo de los ataques”.

Las autoridades de Roma también cuestionaron los hechos que ocurren en una de sus ex colonias. “La OTAN está poniendo en riesgo su credibilidad, no puede arriesgarse a matar civiles”, dijo el canciller italiano, Franco Frattini, antes de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, en Luxemburgo, para discutir sobre la ayuda del exterior a los rebeldes.

El canciller lamentó que la OTAN esté perdiendo la guerra de propaganda contra el régimen libio y que los medios occidentales no insistan más en los logros que a su entender alcanza a diario esa organización para proteger a los civiles.