Ryu Matsumoto fue nombrado a comienzos de la semana pasada ministro de Reconstrucción de Japón. El domingo visitó la provincia de Miyagi, donde se registraron 14.000 de las 23.000 muertes y desapariciones causadas por el terremoto del 11 de marzo. Las imágenes de la visita mostraron a un Matsumoto molesto porque el gobernador de la provincia, Yosihiro Murai, llegó tarde a recibirlo. Cuando Murai llegó, Matsumoto le negó el apretón de manos y lo rezongó: “Cuando llega un invitado, tienes que estar presente. ¿Me entiendes?”. Luego, exigió a los periodistas que no informaran sobre la charla o si no sus empresas “sufrirían”.

La gira del ministro continuó el mismo domingo por la provincia de Iwate, la segunda zona más afectada por el terremoto. Allí, Matsumoto explicó al gobernador Takuya Tasso que no podía seguir pidiendo “esto o lo otro”, y que el gobierno ayudaría a la comunidades “con ideas, pero no a aquellas sin ellas”, informó la agencia japonesa de noticias Kyodo.

El fin de semana de Matsumoto motivó críticas tanto en la oposición como en el oficialismo.

Ayer el ministro presentó su renuncia, que fue rápidamente aceptada por el jefe de gobierno, Naoto Kan, quien puso en su lugar al viceministro de la cartera recién creada, Tatsuo Hirano. “Mis palabras han sido brutales y han herido los sentimientos de las personas afectadas por el desastre. Pido disculpas”, fueron las últimas palabras públicas de Matsumoto.

Pero pese a la rápida salida, la breve gira de Matsumoto hizo tambalearse, nuevamente, al gobierno nipón e hizo aumentar las voces contrarias a la continuidad de Kan como primer ministro.

Después de sobrevivir una moción de censura, Kan se comprometió a dejar el cargo ni bien estuviera encaminada la reconstrucción, lo que incluía la realización de una agenda a largo plazo de Matsumoto -ahora se debe volver a empezar con Hirano- y la aprobación de un presupuesto extra para compensaciones y reconstrucciones.

“La mayor contribución a la reconstrucción” que podría hacer Kan sería irse, opinó el secretario general del opositor Partido Liberal Demócrata, Nobuteru Ishihara, informó la agencia de noticias EFE. Pero mientras los opositores reclamaban la salida de Kan, él consiguió una victoria en su gabinete, donde logró que se aprobara un presupuesto extraordinario para la reconstrucción de 25.000 millones de dólares.

El presupuesto, que será sometido a votación en el Parlamento el 15 de julio, incluye una partida de 1.500 millones de dólares para compensar a los afectados por la crisis nuclear de Fukushima y otra de 980 millones de dólares para financiar exámenes de salud a los habitantes de la provincia durante los próximos 30 años, de acuerdo a EFE. Otras partidas de ese presupuesto serán destinadas a la reconstrucción de infraestructura y a un plan de ayudas a los afectados por el terremoto y posterior tsunami.