El gobierno cubano pondrá en vigencia para fin de año nuevas normas de propiedad para habilitar la compraventa de viviendas y facilitar los alquileres. Actualmente en la isla la única forma de acceder a una vivienda es mediante permiso estatal de construcción, permutas o herencias; otras opciones son las facilitadas por el mercado negro de viviendas, que si bien ha sido combatido por el gobierno, persiste. La compra y la venta de propiedades fueron prohibidas en 1960 y la permuta de viviendas es muy lenta, en parte por el gran aparato burocrático de la isla.

Los sábados por la mañana, informó BBC, los cubanos que tienen interés de permutar sus viviendas se reúnen en la peatonal Paseo del Prado, en el centro de La Habana, con carteles que indican qué buscan y qué ofrecen.

La nueva normativa permitirá comprar y vender casas así como permutar pagando la diferencia, y, a su vez, reduce la interferencia del gobierno en estas operaciones financieras.

Además, el gobierno cubano reconoce que existe un déficit de unas 600.000 casas, en parte por la destrucción generada por tres huracanes en 2008, mientras más de 50% de las construcciones en la isla está en mal estado, informó la agencia de noticias EFE.

En La Habana, donde vive 20% de los cubanos, muchas casas han sido modificadas para albergar a más personas de las previstas inicialmente y es usual que varias generaciones de una misma familia compartan la misma vivienda.