UFA no es un grito de queja ni de resignación, dicen. "Es uno de lucha, con la intención de mejorar el fútbol femenino uruguayo y posicionar a la mujer futbolista en el lugar que merece", se lee en su página web. Como principio tienen las cosas, esta historia arrancó formalmente en 2010. Sin embargo, tiene un pasado que la gestó y un presente interesante de conocer para aquellos que gustamos del deporte.
Se trata de un argumento sencillo. Desde Paysandú, Gabriela Mathieu llegó como tantos otros estudiantes uruguayos a cursar estudios universitarios. Se anotó en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración en 2002. Dos años más tarde, se creó un equipo de fútbol femenino en la Universidad de la República (Udelar), con el propósito de competir en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) al año siguiente. Y así fue. "En 2005, en el primer partido, contra Rampla Juniors, perdimos 6-0. El picapiedra era el campeón del torneo. En Udelar jugué tres años. Ahí empezó el tema 'revolucionario'”, comenta Gabriela y continúa: "El equipo estaba a cargo de Bienestar Universitario, que tiene una dirección de Deportes. Creo que había gente que no estaba interesada en desarrollarlo y decidimos irnos con las jugadoras a buscar otro cuadro. Terminamos en Huracán Buceo. Jugamos dos temporadas pero con problemas. Otra vez salimos a buscar equipo y terminamos en Juventud de Las Piedras; ahí pintaba bien pero nos dimos cuenta de que no. En 2011 conseguimos competir en Salus. Fue mi último pasaje por las canchas". Pero, ¿qué fue 'lo revolucionario'? "La 'revolución' le decimos porque no nos conformamos con lo que nos daban. En 2007 abandonamos el campeonato en la segunda fecha del Clausura. Se sumaron varias cosas y Bienestar Universitario hizo un llamado, consiguió 20 jugadoras más y las mandó a la cancha. Pensamos en nosotras, en la situación que nos tocaba vivir, y nos dio el impulso para crear el primer sindicato de futbolistas amateurs".
Principio tienen las cosas
La UFA fue creada formalmente en 2010, durante el desarrollo del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, comenta Gabriela, su presidenta. "Tal vez por la ebullición que se dio con la selección, decidimos plasmarlo con contudencia. Empezamos a averiguar y lo mejor era fundar una asociación civil sin fines de lucro. Hablamos con escribano, hicimos un estatuto. Éramos poquitas al inicio, pero era importante darle andamiento. En los hechos, empezamos a trabajar antes de tener esta conformación formal", explica.
El área de acción que se marcó la UFA no se acota a la competencia de la AUF sino que tiene un fin integrador. "Nucleamos y está dirigida por un conjunto de jugadoras que han jugado o juegan en el ámbito de la AUF, pero no queremos centrarnos en eso sino romper con las organizaciones tradicionales de Uruguay que miran sólo a Montevideo. En ese sentido aspiramos a incluir a las competencias de la Organización del Fútbol del Interior [OFI] y de la Organización Nacional de Fútbol Infantil [ONFI], no sólo a nivel federado, sino reunir a aquéllas que quieran hacer fútbol cinco. Queremos que tengan un lugar donde se sientan representadas. Se trata de mejorar la competencia, crear espacios que antes no existían para competir y mejorar lo que ya existe", desarrolla la presidenta. Desde entonces la UFA se organiza en distintas comisiones de trabajo: Cultura, Comunicación, Campeonatos, Estadísticas y Finanzas.
Desde que arrancaron con esta tarea, las representantes de UFA han tenido reuniones con el Consejo del Fútbol Femenino (CFF) para crear un nuevo reglamento y construir un espacio tripartito de toma de decisiones. Como este trabajo requiere coordinación, Gabriela promueve el "golpe de puertas". "Intentamos vincularnos con instituciones; primero con la AUF, luego con el CFF. Empezamos a trabajar en cómo modificar el reglamento que existe, que es limitado y tiene incoherencias porque funciona paralelo a la norma general, que es la que rige al fútbol masculino y está escrita para futbolistas profesionales. Decidimos hacer un reglamento nuevo; para ello invitamos a los delegados de los clubes, pero no fue casi ninguno. Llegamos a una propuesta que fue elevada a la cátedra de Derecho del Deporte de la Facultad de Derecho de la Udelar, de la cual estamos esperando una respuesta para luego enviarla a la AUF. Además, hacemos reuniones periódicas en las que opinamos sobre cómo llevar adelante los campeonatos. En una de ellas detectamos una contradicción en el reglamento que permitía al club retener a las jugadoras. Eso ni siquiera se puede hacer en los casos que involucran a profesionales. Hicimos averiguaciones y logramos que se levantara", anota.
Visualizar
Otro de los objetivos de la UFA es difundir el deporte, pero en esa tarea encuentran una limitante: es necesario dar visibilidad a la mujer jugando al fútbol. Con la idea de aportar a la construcción de la mirada sobre el tema, preparan un documental cuyo guión fue redactado por algunas de las jugadoras que estudiaron cine. "Nos vinculamos con el proyecto Árbol para hacer un audiovisual que se puede difundir fácilmente en internet. El guión es nuestro", comenta con orgullo Gabriela. "Es que es un tema cultural que uno tiene incorporado: no es natural que la mujer juegue al fútbol. Con los llamados 'deportes menores' pasa lo mismo. Se sabe que hay otros deportes pero no tienen repercusión. Creo que los medios de comunicación generan su propia demanda con la oferta que proponen. En los campeonatos de niños ahora es distinto porque se incluye a las niñas en los equipos y eso ayuda a visibilizar un poco más", sostiene. Si bien saben que el trabajo es arduo, las ganas de seguir parecen intactas. UFA tiene 50 socias, en la AUF hay cerca de 300 jugadoras.
Los números y las cosas
Otro de los objetivos de la asociación es analizar las particularidades de la mujer en el deporte, sus posibilidades de desarrollo y sus restricciones. Para ello, la UFA concentra la base de datos de jugadoras que le cedió la AUF y con ella han trabajado en la sistematización de algunos aspectos puntuales. Gabriela estudia Estadística y sostiene que conociendo algunos números se puede aventurar ciertas hipótesis de trabajo. "Revisando la información vimos que 75% de las jugadoras son menores de 25 años. Sólo 10% es mayor de 26. Esto da para pensar algunas hipótesis. Las mujeres juegan hasta esa edad. ¿Por qué puede ser? Porque desarrollan otras actividades que hacen que tengan que dejar el fútbol, y capaz que eso al hombre no le pasa porque o bien no tiene que hacerse cargo de los hijos o bien no se hace cargo del hogar y sigue jugando. Pero, claro, capaz que no se trata de eso y elige no seguir jugando por no aceptar las condiciones en las que lo hace o porque ya no quiere continuar. Sabemos que hay jugadoras que nunca se recuperan bien de las lesiones", cuenta.
Algo que los registros no contemplan es el origen de las jugadoras, pero sí el historial. Gabriela ceba un mate, lo toma y sigue: "Por ejemplo, muchas rotan de equipo pero en conjunto, no en forma aislada. Ésta es una hipótesis que vamos a chequear con los datos. También se sabe que las jugadoras de menor edad tienen menos actividades; algunas van al liceo, la mayoría no trabaja y puede dedicarle más tiempo al deporte. A partir de la forma en que trabajó ONFI en el desarrollo del fútbol en el interior, se sabe que a partir de los 13 años ya no pueden jugar más en baby y encuentran en la AUF una posibilidad de seguir", dice.
Otra de las tareas a las que se abocó la UFA fue la realización de una encuesta a entrenadores. "Hicimos una encuesta de 20 preguntas a los entrenadores y relevamos algunos datos preocupantes. Les consultamos dónde practican y les pedimos que diferenciaran si era sobre pasto, en cancha de 11, de cinco o en otro lugar. Nos parece importante saberlo para poder tomar acciones nuevas. Otras consultas fueron acerca de la remuneración de los entrenadores, la asistencia a las prácticas. Sabemos que hay pocos equipos que entrenan en cancha de 11. Técnicos que reciben sueldo son tres. No hay casi instituciones grandes y, en general, no tienen poder adquisitivo. Nacional, Wanderers y Cerro son los clubes que estarían más desarrollados. Los demás apoyan pero tienen poca infraestructura", explica.
La celeste y el camino
Promover el diseño de un proyecto de selecciones (sub 17, sub 20 y mayores) a mediano y largo plazo que posibilite un mayor nivel competitivo y que tenga en cuenta el desarrollo de las futbolistas como personas y deportistas es otro de los objetivos que se planteó la UFA. Al abordar este tema Gabriela se pone seria: “Una crítica que hicimos fue que la designación de los directores técnicos se hace siempre uno o dos meses antes de la competencia. Esta vez se empezó a trabajar cinco meses antes. Es muy positivo. Los resultados marcarán otras cosas, pero se trata de trabajar con procesos. Había problemas en la selección mayor con respecto a la asistencia a las prácticas. Las jugadoras faltan mucho. No se sabe el motivo de las ausencias, si es por haber asumido otras responsabilidades o por falta de compromiso con la selección, o si incide otra variable”.
Más información: www.ufa-uruguay.com .