Con el extraño deseo de haber tocado fondo para darle paso a una impostergable recuperación, esta tarde Uruguay realizará su última práctica previa al partido de mañana ante Bolivia por las Clasificatorias. El plantel trabajará a puertas cerradas en el estadio del Blooming de Santa Cruz de la Sierra, donde Tabárez seguramente defina el equipo titular.

A la difícil coyuntura deportiva se suman tres ausencias defensivas. El capitán Diego Lugano, Diego Godín y Martín Cáceres no estarán a la orden porque acumularon dos tarjetas amarillas. La casi segura vuelta al lateral zurdo de Palito Pereira, que ya está habilitado tras perderse el encuentro con Argentina por la misma razón, reduce la incógnita a las plazas centrales de la zaga: Andrés Scotti, Mauricio Victorino y Sebastián Coates parecen disputarse dos lugares. Si se tiene en cuenta que Scotti entró por Lugano cuando éste se sintió ante los albicelestes, quizá la pelea se reduzca a los dos últimos.

El movimiento de hoy será el tercero luego de la derrota en el clásico rioplatense. Tras una primera práctica realizada el sábado en Mendoza, ayer fue el turno de la primera en el llano boliviano, con las puertas del estadio cerradas. Por eso no debe descartarse que a las obligadas y sospechables variantes defensivas se sume algún cambio más. La alineación seguramente se difunda cuando el equipo ya esté en La Paz, hacia donde viajará mañana, apenas unas horas antes de jugar.

En el altiplano espera una selección que marcha penúltima y que no consigue escapar a sus malas figuraciones de la última década. La espalda boliviana carga con la mochila de estar frente a la última oportunidad para mantener esperanzas rumbo a Brasil 2014. La personalidad y la experiencia del director técnico vasco Xabier Azkargorta por ahora no alcanzan para cambiar el panorama, ya que el viernes su equipo perdió dos de los seis puntos que disputará como locatario en este microciclo. Los cerca de 40.000 hinchas que colmaron el estadio Hernando Siles fueron testigos de un empate a uno ante Perú, que optó por una estrategia distinta de la uruguaya y presentó un equipo de alternativa especialmente preparado para la altura.

Algunas crónicas señalan que Bolivia desperdició medio partido, ya que igualó en el segundo tiempo con gol del volante Alejandro Chumacero. Perú se puso tempranamente en ventaja, pero corrió riesgo en el complemento. Entonces la verde ya tenía en la cancha al delantero Marcelo Moreno Martins, considerado la gran figura ofensiva, que jugó sólo medio encuentro porque sale de una amigdalitis. El jugador del Gremio de Porto Alegre seguramente sea titular contra Uruguay. Podría acompañarlo Mauricio Saucedo, el goleador de la liga local que no estuvo el viernes. Una crónica del diario La Razón de La Paz cuenta que en la práctica del sábado ambos compartieron equipo en un movimiento en espacios reducidos. Sus ingresos podrían desplazar a Juan Carlos Arce y a Alcides Peña, que fueron titulares. Hace dos días que Azkargorta trabaja a puertas abiertas. Hoy dirigirá la única práctica privada previa a mañana, con un plantel que no tiene lesionados ni suspendidos y que suma las altas de los volantes Gualberto Mojica y José Luis Chávez, que faltaron ante los incaicos por acumulación de amonestaciones.

Lio en puerta

Contra Argentina, el gol de Messi que abrió la cuenta marcó un quiebre dramático para los celestes. Uruguay fue un equipo avaro pero bastante bien dispuesto para neutralizar las virtudes albicelestes hasta los 66 minutos, cuando recibió el primer golpe y se desfiguró hasta caer por un contundente 3-0. Una vez que abrieron la canilla, los de Sabella se volvieron incontrolables: en 14 minutos, un tanto de Agüero y otro de Messi marcaron la diferencia final.

Uruguay intentó suplir las carencias futbolísticas con un empuje vecino de la perdición. Los dos anotadores y Di María e Higuaín aprovecharon la espalda de sus volantes para dejar en evidencia el desorden ajeno y la incapacidad de Coco Basile, Checho Batista y el mismísimo Maradona. Es que los vecinos tienen un equipo que mete miedo. Pero ya lo tenían en las anteriores Clasificatorias, en Sudáfrica y en la última Copa América.

Pese a absorber tres goles, Muslera volvió a ser importante. Todo un dato. También lo fueron los volantes abiertos. El sacrificado Cavani y Tata González dejaron la vida en las bandas, donde a Maxi Pereira le costó más que a Cáceres. Por su ruta, Di María complicó repetidamente. Por la otra, pese a los goles y a su talento a escala mundial e histórica, Messi por momentos fue bien escalonado.

Por encima del desorden posterior a la desventaja, preocupó la falta de ideas ofensivas. Uruguay pareció tener libreto sólo para aguantar. Más que por lo que pueda decirse de un Suárez muy aislado, por el bajo rendimiento de Forlán, que casi no entró en juego. El problema no cambió tras el ingreso del Cebolla. Futbolísticamente, su solución representa otro gran desafío para visitar La Paz con chance de cambiar la pisada.