El sábado en el agradable ámbito del Parque Saroldi, el equipo que se jugaba el campeonato -el corto, el Apertura- era Defensor Sporting. River Plate se plantaba en su cancha con todos los deseos y el afán de progresar desde la media tabla nítida que habitaba (cuatro ganados, cuatro empatados y cuatro perdidos, en medio de dificultades económicas ciertas y patentes).

No habrá una crónica igual para Nacional y Peñarol, dos de los tres rivales de los violetas en la disputa concreta de este torneo. Ninguno de ellos irá al Saroldi. Están eximidos de esa dificultad en un torneo que plantea distintas exigencias a sus protagonistas principales. Y esto que es expresión de lo evidente y constante -que estamos ante un Campeonato Uruguayo no equitativo- no se dice lo suficiente ni se remarca lo deseable.

El tratamiento diferente creado por reglamentaciones que amparan lo injusto se suma a las discriminaciones que se aumentan con un tratamiento de las prevenciones hacia el tema de la violencia en los estadios que, paradójicamente, beneficia a los que soportan dentro de sus filas a un número mayor de individuos con comportamiento violento.

Ahora sí, ubiquémonos en alguna de las plateas del escenario de la calle 19 de Abril: allí donde fracasó este Defensor Sporting insuficiente y donde el River Plate de Guillermo Almada arriesgó más, fue protagonista principal del partido e hizo más méritos para llevarse un triunfo. Al final, y dando un changüí de casi media hora final, con un futbolista menos, alejó al rival de la pelea por el primer título de la temporada.

Cualquiera lo sabe: este Defensor Sporting es menos que el de la temporada pasada. Con pensar en la presencia en la cancha de Nico Olivera alcanza, pero hay que agregar que los injertos que llegaron no conforman a la mayoría de sus parciales (el porteño Luna, el riograndense Felipe Gedoz -aunque fue el mejor ante Peñarol- e incluso Aníbal Hernández, que muchas veces los saca del pelo pero suma muchas maniobras erradas a lo largo de un partido).

El principal problema de Defensor Sporting se detectó en un dibujo impreciso de sus procedimientos de ataque, despreciando de continuo la apertura a las bandas y creando una separación muy antigua de cinco atrás y cinco adelante, en la hora de los hornos, que el sábado estuvo planteada ya desde los cinco minutos del segundo tiempo, cuando el lungo Felipe Avenatti clavó un zurdazo en el tiro penal que tuvo a su cargo.

Allí llegó la hora del desafío mayor para los defensoristas, que hasta entonces perdían por puntos con claridad. Hubo reacción y 19 minutos después Hernández buscó espacio, lo encontró y le dio con su calidad innegable para provocar el rebote de Frascarelli y la entrada al gol del lateral Emilio Zeballos, que ganó en la montonera en busca de la pelota perdida.

En un partido entretenido, con planteos defensivos bien hechos, River Plate se destacó porque arriesgó más (Porras fue el 5 con dos laderos abiertos, Rizotto algo por la derecha y Montelongo mucho por la izquierda) y tuvo individualidades fuertes en todas las líneas: el ascendente zaguero central Santiago Carrera, el ordenado Porras, el brasuca movedizo Janderson Pereira, con más que una buena temporada, en este caso, en el enlace de mediocampo y ataque, y un querendón hombre de punta como Gabriel Leyes, protagonista en las acciones de ataque más fuertes de su equipo, sobre todo en el primer tiempo.

Mientras eso funcionaba bien, en Defensor Sporting no existió claridad en las acciones atacantes. Para ellos el empate fue derrota. El desencanto fue la principal respuesta de sus hinchas en un final frustrante. Iban por la posibilidad de un final del Apertura ganando por los palos si el líder aflojaba, pero el pingo no dio todo o el jockey no le pudo sacar jugo al no soltarle las riendas hasta muy tarde (Puppo por Fleurquin a los 62 minutos, por ejemplo).

Pudo ganar cualquiera. Hamilton Pereira entró bien y la nueva versión zambranesca que aportó la simpática presencia del petiso Cristian Techera, en peligrosos contragolpes de un cuadro que estaba en inferioridad numérica no influyente, se diluyeron en insinuaciones. Al final, aunque el árbitro Ferreyra -de floja actuación, inarmónica con su progresivo destaque entre sus pares- dejó constancia en el formulario de un empate 1-1, River ganó y Defensor perdió, ¿quién lo duda?

Detalles

Parque Saroldi

Árbitros: Christian Ferreyra (5, esta vez no), Carlos Pastorino, Marcelo Gadea, Pablo Giménez.

River Plate (1) 4-3-1-2: Damián Frascarelli 5; Claudio Herrera 5, Santiago Carrera 7, Cristian González 6 y Baltasar Silva 6; Mario Rizotto 5, Gonzalo Porras 6 y Bruno Montelongo 4 (68’ Hamilton Pere ira 6); Janderson Pereira 7; Gabriel Leyes 7 y Felipe Avenatti 5 (73’ Cristian Techera). DT: Guillermo Almada. Suplentes: Danilo Suárez, Lucas Olaza, Claudio Innella, Ignacio Flores y Leandro Rodríguez.

Defensor Sporting (1) 4-2-2-2: Yonatan Irrazábal 4; Emilio Zeballos 5, Ramón Arias 5, Mario Risso (lesionado, 15’ Matías Malvino 5) y Robert Herrera 6; Andrés Fleurquin 5 (62’ Federico Puppo 5) y Torito Rodríguez 6; Felipe Gedoz 4 (46’ Damián Luna 4) y Aníbal Hernández 5; Ignacio Risso 5 y Diego Rolan 6. DT: Tabaré Silva. Suplentes: Darío Silva, Juan Carlos Amado, Diego Laxalt y Gastón Puerari.

Goles: 50’ Felipe Avenatti (RP) de penal, 69’Emilio Zeballos (DS).

Expulsado: 64’ Mario Rizotto (RP). ■