Con estas estimaciones e interrogantes, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, inauguró el sábado el seminario “Navegando las Tormentas Financieras Internacionales” desarrollado en el marco de la Asamblea Anual del organismo. En el evento participaron Barry Eichengreen, profesor de la Universidad de California en Berkeley; Takatoshi Ito, profesor de la Escuela Superior de Economía de la Universidad de Tokio; José Juan Ruiz Gómez, director general adjunto del Banco Santander en España; Henrique Meirelles, ex presidente del Banco Central de Brasil; José de Gregorio, ex presidente del Banco Central de Chile, y contó con la moderación de Michael Reid, editor para América Latina de la publicación británica especializada The Economist.

El estadounidense Eichengreen fue optimista sobre la situación europea al asegurar que lo peor ya pasó, aunque “no ha habido reestructuración ni crecimiento”, por lo que advirtió sobre la necesidad de fortalecer el Banco Central Europeo. Asimismo mostró confianza en el porvenir económico de su país destacando la mejora en las cifras de empleo de los últimos meses, principalmente en la suba de actividad del sector de la construcción. En tal sentido, señaló que los precios de la vivienda están “bajando lentamente”. Respecto de China, reafirmó el escenario posible planteado por Moreno: más desaceleración de la prevista, es decir que crecerá entre 7,5% y 8% en 2012.

Takatoshi Ito comenzó su disertación asegurando que “la distancia entre Asia y América Latina es simbólica”, y apeló a la generación de ideas entre ambos continentes. Reflexionó sobre la complejidad del escenario de Japón, que actualmente se reconstruye tras las secuelas del devastador tsunami. De acuerdo a lo informado por el especialista, Japón perdió 3% de su PIB y tiene una deuda del 200% de éste, superior a la griega. “Éste es el año de la recuperación”, afirmó no obstante, estimando para 2012 un crecimiento de 2%. A diferencia de las economías endeudadas del Eurogrupo, “Japón todavía cuenta con superávit”, explicó. Para la recuperación de su país recomendó el aumento de las tasas de interés, y recordó que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) japonés es de 5%. “Podríamos tener 20% más de IVA, pero allí aparecen las trabas políticas”, transmitió. El docente asiático destacó, a pesar de la 
desaceleración china, el “crecimiento continuo del resto de Asia”, como Indonesia, “que presenta un crecimiento estable hacia adentro”, y de Mianmar (ex Birmania), donde la gestación de un movimiento democrático facilitaría el crecimiento económico.

Not good

Al español Ruiz Gómez le tocó quizá la parte más difícil. “Me hubiera gustado poder vivir mi condición de criollo y tener que hablar de Latinoamérica”, bromeó, evocando luego un episodio de 1995 entre el último premier soviético Mijaíl Gorbachov y un periodista. Cuando éste le preguntó si podía resumir en una palabra cómo veía la situación rusa y Gorbachov respondió “good”, el reportero, disconforme con el retorno, le solicitó extenderse y el dirigente contestó: “Not good”. Gómez dio después su perspectiva para Europa: “Not good” para el corto plazo pero “good” para el largo. Acto seguido transmitió optimismo y afirmó: “Europa no se va a romper. Continuará siendo uno de los pilares de la economía y la civilización”, auguró. Prosiguió aludiendo a la relación entre la crisis que hoy enfrenta Europa y las experiencias latinoamericanas en el tema. “No les voy a explicar cómo Europa ha llegado a la situación en la que se encuentra: ustedes tienen excelentes papeles para ver qué nos ha pasado, y si no quieren leer papeles les aconsejo que vayan a sus memorias, porque lo que está ocurriendo en Europa no es nada distinto a lo que ustedes, latinoamericanos, pasaron en muchas de las crisis de los últimos años”, reflexionó. Reconoció después que si en el “viejo mundo” se hubiera leído la historia de Latinoamérica, “muchos de los retrasos que hoy soportamos no hubieran ocurrido. Decíamos: esto no nos puede pasar, y nos pasó”. El economista aseguró que Europa saldrá de la crisis bancaria y solucionará sus problemas de diseño institucional. “Lo haremos a regañadientes, nos moveremos fracasando”, vislumbró, puntualizando que “no es el euro el culpable de la falta de productividad de Europa” y que el problema europeo no radica en la crisis. Citando un artículo de Eichengreen, el español citó los “déficits de la Unión Europea, además de lo macro”: déficit de liderazgo, falta de confianza de los ciudadanos y entre los propios países. “Esa idea de que esto es una crisis en la que un centro industrioso y trabajador ha financiado a un sur vago y perezoso que ha vivido de las transferencias, deja huecos entre los países. Ustedes también hoy lo están viviendo con esas medidas proteccionistas de los países vecinos. Desconfiar de tus vecinos tiene consecuencias: daña, pega y tiene efectos permanentes”, graficó. E incluyó el aspecto del déficit cultural: “Creíamos que teníamos una cultura europea y nuestra crisis nos ha demostrado que tenemos una cultura mucho más fragmentada. [...] Esa idea de no buscar en la diversidad la mejora de Europa es una prueba de xenofobia, que también va a durar mucho en nuestros países”, alertó. Finalizando su discurso, recomendó para América Latina la implementación de reformas por encontrarse en momentos de crecimiento.

Costo de comodidad

Meirelles, por su parte, destacó las fortalezas de Brasil a través de la continua diversificación industrial de las mercancías y la creciente influencia del sector servicios en su economía. Aseguró que en los últimos años “40 millones de brasileños han ingresado a la clase media”. Señaló que el nivel de desempleo “cayó a 6%”, y resaltó: “Hemos llegado al límite de la productividad”. Estuvo de acuerdo con el economista español en que es momento de implementar reformas, que en el caso de Brasil significarían el fortalecimiento del mercado interno, el aumento de la productividad y la mejora de la infraestructura. El especialista chileno De Gregorio alabó la fortaleza de las economías de América Latina frente a la explosión de la crisis en 2008-2009, destacando que actualmente presentan mejores políticas fiscales, monetarias y niveles de deuda. Asimismo, advirtió sobre la dependencia del subcontinente respecto de los commodities. Sobre la persistencia de las políticas fiscales anticíclicas, recomendó introducir “mecanismos de ajustes más automáticos”, y manifestó preocupación por la apreciación del tipo de cambio. Una vez que los especialistas expusieron, el moderador Reid leyó una pregunta que un usuario de Twitter envió al panel: “Ante el panorama de crisis en Europa, ¿América Latina será proteccionista hacia Asia, y Asia lo será sobre sí misma?”. A continuación, Reid afirmó que hay claras señales de proteccionismo tanto en Argentina como Brasil, para interpelar acto seguido al panel: “Parece que en este momento el mayor riesgo de proteccionismo en el mundo está en el Mercosur. ¿Están de acuerdo con esto?”, interrogó al jerarquizado staff. Resultó significativa la respuesta del experto chileno: “Ha sido impresionante cómo el mundo ha sobrevivido a una crisis sin proteccionismo. Me preocupan las señales que está teniendo el Mercosur. En Latinoamérica hemos hablado por décadas de que íbamos a estar integrados, hablando de protección... con las arbitrariedades burocráticas es muy difícil que una región pueda crecer en conjunto, si al primer síntoma uno empieza a ver ese tipo de arbitrariedades”, culminó evaluando entre aplausos del auditorio.