Con el gobierno dirigido por el ex dirigente cocalero Evo Morales, Bolivia experimenta un viraje en cuanto al modelo económico aplicado: abandonó el neoliberal implementado desde 1985 y puso en ejecución otro que tiene al Estado como protagonista de la política económica y que reconoce e incluye todas las formas de economía presentes en la sociedad, como la comunitaria, de los indígenas, y la cooperativa. El ministro Arce explicó por qué el Estado y no otro agente, como el mercado durante los 20 años anteriores, debe regular y encauzar la economía. “La política del mercado, puntualmente en Bolivia, no cumplió ni satisfizo los requerimientos de la sociedad boliviana. Desechamos la economía de mercado en ese sentido como factor de resolución de los problemas económicos y sociales, e implementamos un modelo en que el Estado toma la mayor responsabilidad en dirigir, conducir, planificar y organizar la economía de nuestro país”.

El funcionario comparó el rol del Estado con lo que sucede en una cancha de fútbol al momento de generar juego y concretar un gol. Indígenas, cooperativistas, públicos y privados tienen su lugar y función. “Todos conformamos el mercado, pero la camiseta número 10, la de la creación, de la formación, del negocio, de estrategia y de país, la tiene el Estado como principal promotor de la economía”, puntualizó. El nuevo modelo no se agota en los números, las gráficas, las calificaciones de riesgo y el interés por el desarrollo. Su concepción está sustentada en tres planos: social, comunitario y productivo, que demuestran el afán de integración sociocultural.

El carácter social refiere al privilegio del interés colectivo sobre el individual en contraposición a los parámetros del modelo neoliberal. El rasgo comunitario busca recuperar valores como el de la solidaridad, que se opone al de individualismo reivindicado por aquél. Con estos dos elementos y junto a la relevancia que se otorga al Estado, el esquema se opone a las premisas neoliberales. Finalmente, es un modelo productivo, ya que la única manera de que “Bolivia salga de la pobreza no es pidiendo ni extendiendo la mano, sino produciendo”.

¿Pobres, nosotros?

Debido a su ubicación geográfica, Bolivia posee capacidad de explotación de minerías, hidrocarburos, electricidad y muchos otros recursos naturales. Los excedentes que genera el sector primario, nacionalizados por la nueva gestión política de los activos nacionales, son redistribuidos por el Estado hacia los sectores industriales y generadores de empleo, como el de manufacturas, el turismo y el agropecuario. Por ello, se define el rol del Estado como agente “regulador, empresario, inversionista y planificador”. ¿Cuál es el objetivo de esta política?: modificar el patrón de exportación de materias primas al de bienes manufacturados. Esta orientación permitió que en sólo cinco años la economía boliviana registrara cambios acelerados respecto de lo ocurrido durante 20 años de política neoliberal. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) durante los años del modelo antagonizado (1985-2005) alcanzó el 3%, mientras que en el período 2005-2011 la expansión creció a 4%. Arce enfatizó en el crecimiento de 5% logrado durante la crisis mundial a lo largo de 2011, y comparó las cifras de los ejercicios 2008 y 2009 con las de otros países de la región. En 2008, durante la explosión de la crisis económica internacional, Bolivia ocupó el primer lugar en la tasa de crecimiento de la región y continuó creciendo el año siguiente.

Ese cambio de patrón de exportación significó una mejora económica general para el país. Las cifras de las exportaciones también son un caballito de batalla de este gobierno. El ministro destacó que en 2005 se exportaba por un valor de 2.800 millones de dólares, mientras que en 2011 esa cifra creció a 9.000 millones de la divisa estadounidense. ¿A qué se debió? Según Arce, fue fundamental el rol del Estado transfiriendo los excedentes de ciertos sectores hacia aquellos que generan ingresos y trabajo. En otras palabras, el incremento se basa en la exportación de hidrocarburos y manufacturas. En cuanto a las importaciones, la creciente importancia del sector secundario de la economía alimenta la adquisición externa de materias primas para sus manufacturas y de bienes de capital (maquinaria y equipamiento). Como consecuencia, la balanza comercial del país es favorable desde 2004 debido al aumento de los precios internacionales de las materias primas, que beneficia comercialmente a los países de América Latina.

Sol del Alto Perú

Arce prosiguió su exposición señalando su visión de que el Estado debe hacerse cargo de todo esto, ya que los dirigentes del país descreen en las compañías privadas como agentes de promoción. “Estas empresas van a lucrar, pero nunca van a fortalecer y generar desarrollo económico y superar la pobreza en nuestros países. Ésa tarea es del Estado”, remarcó. Además de la búsqueda de desarrollo, el modelo de la nueva administración debió resolver los problemas económicos más urgentes, de desarrollo, sociales y de pobreza profundizados durante el período neoliberal. La problemática fue abordada con distintas modalidades: bonos estratificados para las personas más vulnerables, renta dignidad, nuevo sistema de pensiones, bono Juana Auzurdy (que permitió disminuir la mortalidad infantil ya que se atiende a niños desde antes del nacimiento hasta sus dos años) y aumento del salario mínimo, generándose así un incremento de la demanda interna. Al inicio de la gestión, en 2005, el salario mínimo alcanzaba los 440 pesos bolivianos, y en 2011 estaba en 815 bolivianos. Asimismo, el PIB per cápita en aquel año era de 1.010 dólares, mientras que el año pasado alcanzó los 2.283 unidades de la moneda verde. La inflación alcanzó niveles, según el caso, de 8.171%, 18% y 64% durante los años de política económica neoliberal, mientras que durante los ejercicios 2007 y 2008 el pico no superó el 11% debido al aumento de los precios mundiales de los bienes de consumo (inflación importada). Y fue de sólo un dígito durante los otros años de gobierno. En 2011 fue de 6,9%.

Asimismo, la economía boliviana estuvo durante muchos años altamente dolarizada. En 2005, la utilización del dólar estadounidense para depósitos y transacciones osciló entre 90% y 95% del total de la actividad, pero actualmente 72% de los créditos y 64% de los depósitos se realizan en bolivianos.

Arce denominó a ello un proceso de “bolivianización”, consecuencia de la confianza en la moneda y en la política económica, confianza que durante los 20 años de modelo neoliberal representó un activo escaso.

Las perspectivas económicas del país son similares a las que atraviesa la región, constatándose similitudes, por ejemplo, en las líneas de acción de beneficencia. Sin embargo, destacó el funcionario, su gobierno buscará “intensificar el comercio y la cooperación” apuntando a mejorar la integración cultural y el relacionamiento comercial.