2010 fue un año bisagra para el sector ovino uruguayo. Luego de 20 años de tendencia a la baja en los precios, la pisada cambió y en 2011 se verificó un récord en el Índice de Precios de la Lana en el Mercado del Este de Australia (principal referencia mundial). Uruguay no estuvo ajeno a la situación favorable, ya que desde hace más de un año el precio del cordero superó al del novillo gordo. Como si fuera poco, los integrantes del sector plantean otras ventajas de la cría de ovejas, como su estabilidad productiva y la baja demanda de pastura para su desarrollo, un factor crucial cuando la sequía, fenómeno climático tan frecuente durante los últimos años, empeora y las pasturas se secan. Además de ello, ¿por qué los productores deberían criar ovejas y no plantar aprovechando, por ejemplo, los altos precios de la soja?

La oveja, por su rápido ciclo de crecimiento y reproducción, le permite al productor recuperar en poco tiempo los recursos invertidos y así continuar reinvirtiendo. En este escenario, se considera pertinente promover el convenio suscrito por las tres entidades mencionadas para apoyar a los pequeños y medianos productores en el acceso al crédito con destino a la compra de ganado e insumos para la producción. Los objetivos del acuerdo son la promoción y difusión del negocio ovino, y la extensión de la cría de corderos para mejorar el entorno competitivo del sector.

El programa que nuclea a PENRO, GTM y Banco Santander tuvo su origen en préstamos destinados a la compra de insumos para la producción, luego de ganado vacuno y ahora, como novedad, de ovino. Según Marcelo Secco, de GTM, para instrumentarlo se buscó asociarlo al ganado vacuno, que tiene trazabilidad incorporada a nivel nacional, de modo tal que el banco tiene garantías efectivas. Secco destacó la importancia y el beneficio que representa el plan para el pequeño y el mediano productor, así como la recepción positiva que tuvo el instrumento de financiación de ciclo corto entre los productores.

Según Gustavo Trelles, miembro del directorio de Santander, existen algunas cifras contundentes para exhibir sobre la receptividad obtenida por el programa desde hace un año: 12 millones en líneas de crédito otorgadas, 400 productores que se inscribieron para recibir el beneficio y más de 27.000 cabezas de ganado de garantía. A su vez, puntualizó que “es un gran orgullo ir cerrando [el plan] con los grandes sectores de la pecuaria de Uruguay. Este programa es fruto de un trabajo mancomunado entre diferentes sectores, con distintos puntos de vista, pero que siempre persiguió el objetivo común de innovar e incorporar, para que el sector sea más proclive a obtener un crédito sencillo y barato, y con un beneficio asociado”, fundamentó.

Hay para todos

La línea de crédito que otorga la citada entidad financiera privada es concedida cuando el productor pone los animales como garantía, y se otorga a un año fijada con relación a un precio determinado por el mercado. El productor tiene un año para tomar esa línea de crédito, y a partir de su usufructo dispone del mismo lapso para cancelar el importe que tomó. El plan establece para los créditos una tasa de interés fija de 6,9%, que incluye un seguro sobre los animales que se toman como garantía de pago. En el directorio de Banco Santander se valora especialmente que la tasa, además de ser accesible, brinda el seguro para la hacienda. Por ejemplo: accediendo con ganado de garantía a una línea de crédito por valor de 20.000 dólares, pero utilizando sólo 2.000 dólares, el productor pagará el monto utilizado y los intereses correspondientes en el plazo de un año.

Pedro Otegui, representante del sector lanero uruguayo, destacó la relevancia para la entidad bancaria de que el préstamo nazca con una garantía, que en este caso es el ganado, y remarcó el hecho de que el ciclo productivo del ovino “permite que comience el repago en poco tiempo, ya que el productor vende y ya recupera lo que le pidió al banco”. A su vez, el empresario hizo énfasis en la buena racha que experimenta el sector. “Le está dando al productor una rentabilidad que hacía tiempo no tenía”, celebró. Otegui ponderó la unidad del sector lanero y el buen momento que atraviesa toda la industria agropecuaria en Uruguay. “Lo bueno es que el sector ovino está vivo, no es que uno tira la frazada para un lado y el otro la tira para el otro”.

Todos los subsectores agropecuarios “hace años que vienen caminando bien: la carne vacuna, la soja, el arroz, la lechería, la forestación. Caminando todos bien, el ovino vuelve a tener su lugar. Creo que el desafío es aprovechar al máximo las oportunidades que da la tierra. Creemos que el ovino tiene espacio para mucho más, sin desplazar a nadie y en complementación con otros: ahí está la sabiduría de la gente de saber leer el mercado. Ojalá que en unos años el stock ovino del país sea más grande que el actual”, reflexionó.

A ese respecto ya hay avances. Desde el PENRO se pretende elevar a 490 millones de dólares el valor en exportaciones del sector. Como se consigna más arriba, entre 2011 y 2012 las colocaciones ya alcanzaron los 400 millones de la divisa estadounidense, por lo que no es aventurado afirmar que, en el escenario actual, es muy probable que aquella meta sea alcanzada.