El mal tiempo les jugó una mala pasada a los organizadores, que debieron cambiar los planes a último momento. La bienvenida de Blatter no sería en el portal ubicado en la entrada de la ciudad sino en el Cine Helvético, en el centro. Minutos antes de su arribo, la calle del cine ya estaba cortada y centenares de personas esperaban expectantes. Otra de las razones para que los pobladores se acercaran era la presencia de Diego Godín y Cristian Cebolla Rodríguez, dos colonienses miembros de la selección uruguaya de fútbol, de Rosario y Juan Lacaze, respectivamente.
Los integrantes del grupo Los Cantonales Suizos también formaban parte del comité de recepción, pero ellos lucían atuendos típicos suizos de siglos atrás. Decenas de cámaras de fotos y marcadores con merchandising de la selección para ser autografiados acompañaban a la mayoría de los vecinos. “Por lo menos que le firme alguno de los jugadores”, dijo un hombre que sostenía en brazos a su hijo.
De aquí para allá
Finalmente, Blatter apareció y antes de sacarse algunas fotos entre la multitud ingresó al cine por la puerta del fondo. Junto con él, además de Godín y Rodríguez, estaban en el escenario el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Sebastián Bauzá; el vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Eugenio Figueredo; el intendente de Colonia, Walter Zimmer; la alcaldesa de Nueva Helvecia, María de Lima; y el embajador suizo en Uruguay, Hans Rüedi Bortis. Luego de que niños de la Escuela Nº 34 de Concordia -de origen suizo- exhibieran danzas tradicionales, llegó el momento de las oratorias. Blatter fue el último y se ganó la ovación del público al referirse a la posibilidad de que Uruguay coorganice con Argentina el Mundial de 2030. El grito que se escuchaba en la sala -totalmente colmada- era: “Viva Uruguay, viva Suiza y viva Nueva Helvecia”.
Al mediodía hubo un encuentro con la prensa en el que el Cebolla pidió perdón a todos los niños a los que no les había podido firmar autógrafos y Blatter se refirió a la actualidad del fútbol uruguayo. En la tarde, la diaria pudo conversar con el presidente de la FIFA durante una recorrida por el Centro Cultural Colonia Suiza y su museo, en el que se encuentran varios documentos que testimonian la historia de la ciudad. Según dijo Blatter, el año pasado recibió en Zúrich a la alcaldesa y al embajador, quienes le habían comentado de la existencia de la colonia suiza en Uruguay. Blatter habló de la emoción que significó la forma en la que fue recibido. También destacó el aspecto cultural de su visita. “Todas las civilizaciones vienen de una cultura, y si la cultura suiza aportó a la civilización de este país, yo estoy muy orgulloso. Este centro cultural es muy importante para recordar lo que fue el pasado y para mantener en el futuro la memoria, que nos dice de dónde venimos. Vivimos en el presente pero nunca debemos olvidar lo que pasó antes”, indicó. Finalmente, hizo referencia a la relación entre Uruguay y Suiza y nombró al fútbol como el principal elemento de unión entre todos los pueblos del mundo.
La alcaldesa De Lima dijo a la diaria que la figura de Blatter fue elegida porque “los unió el destino”, debido a que se conocieron en una visita oficial y el presidente de FIFA quedó con ganas y comprometido a visitar la ciudad. Además se refirió a la jornada como “un hecho inédito” en el que todos los habitantes estuvieron muy emocionados. Por su parte, la ministra de Turismo y Deporte, Liliam Kechichian, destacó que la actividad haya ocurrido en el interior del país y que el presidente de la FIFA haya mencionado la organización del Mundial 2030.
En contexto
Los habitantes del pueblo discuten cómo debe llamarse el lugar. Algunos sostienen que originalmente el nombre fue Colonia Suiza y que debe denominarse de esa forma porque es parte de su identidad, y además es la forma en que mayormente se la conoce. Otros se quejan de que el término “colonia” aparezca en la denominación del pueblo, y prefieren Nueva Helvecia, que remite a la forma en que el pueblo suizo era llamado antes de llevar su nombre actual. Si bien no hay acta de fundación, se toma 1862 como el año de su nacimiento, porque fue en el que más inmigrantes llegaron.
Para Noemí Artola, profesora de historia, a diferencia de otras ciudades del interior, Nueva Helvecia presenta una convivencia pacífica entre protestantes y católicos. Otro de los rasgos que destacó fue el impulso trabajador de sus habitantes, heredado de los antecesores suizos y alemanes. Leticia Paschetta, presidenta del Centro Cultural, señaló en diálogo con la diaria que los primeros colonos eran esperados como trabajadores agrícolas, “pero muy pronto encontraron otras vetas para explotar, como la ganadería lechera y la fabricación de quesos”. Además reivindicó que el turismo rural fue otra de las actividades importantes de la zona, que comenzó a pocos años de la fundación de la ciudad.
Un espacio importante en el pueblo es la biblioteca. De acuerdo a lo que comentaron las funcionarias Laura Larrama y Rose Marie Berruti, es una biblioteca popular, de las pocas en el país que no dependen de ningún organismo público. La dirige una organización civil sin fines de lucro y se financia a partir de los aportes de sus socios, unos 500, que pagan una cuota mensual de 80 pesos. La biblioteca cumple 50 años y fue fundada en el marco de los festejos del 100º aniversario de la ciudad.